Defensa
Los buques de guerra de Estados Unidos ahora estarán mejor defendidos: estos robots militares se encargarán de ello
Es la última línea de defensa, una muralla de acero que dispara 4.500 proyectiles por minuto. Ahora, el veterano sistema Phalanx de la Armada estadounidense se pone al día con una inversión millonaria
Concebido como la última línea de defensa de un navío, el sistema de armas Phalanx representa el último recurso cuando todo lo demás ha fallado. Su misión es crear una barrera de acero impenetrable frente a misiles o aeronaves que se aproximan a una velocidad crítica. Para ello, se vale de un cañón rotativo M61A1 Vulcan capaz de escupir proyectiles de 20 milímetros a una cadencia de fuego endiablada: hasta 4.500 disparos por minuto.
De hecho, su gran baza es que no necesita que un humano apriete el gatillo. El sistema funciona de manera completamente autónoma, un guardián robótico que por sí mismo busca, detecta, sigue y neutraliza cualquier amenaza inminente. Cuando un ataque logra superar las defensas perimetrales del barco, el Phalanx, con su característica cúpula blanca que alberga hasta 1.550 proyectiles, se activa para interceptarlo en cuestión de segundos.
A pesar de su veteranía, pues su primera instalación a bordo data de 1980, este sistema ha sabido reinventarse. Su variante más moderna, la Block 1B, incorpora un sensor electro-óptico, una evolución que, tal y como han publicado en Interesting Engineering, le permite enfrentarse con mayor eficacia a amenazas asimétricas contemporáneas. Ya no se trata solo de misiles, sino también de lanchas rápidas, helicópteros a baja cota e incluso los drones que dominan los conflictos actuales. Esta capacidad es crucial en un escenario donde el Pentágono planea aumentar su poderío militar con más drones, redefiniendo las tácticas de combate modernas.
La puesta a punto de un veterano de los mares
Precisamente para garantizar que este escudo defensivo siga siendo infalible, la compañía de defensa estadounidense Raytheon se ha adjudicado un contrato de 205 millones de dólares. Esta notable inversión está destinada a un programa de actualización y mantenimiento que se extenderá durante los próximos años, asegurando la plena vigencia de uno de los sistemas de protección más extendidos en las armadas de medio mundo. Esta apuesta por la modernización no es exclusiva de EE. UU., ya que en el ámbito nacional la artillería antiaérea española también precisa una mayor inversión para hacer frente a los nuevos desafíos.
Asimismo, el alcance de este acuerdo garantiza que los trabajos de puesta a punto de los sistemas Phalanx tengan una finalización prevista para enero de 2029. De este modo, se asegura no solo la operatividad de las unidades existentes, sino también su adaptación continua a los desafíos tecnológicos y tácticos que puedan surgir en el futuro cercano, manteniendo a este guardián autónomo en la vanguardia de la defensa naval.