¿Se arregló Venezuela?

Burbuja en Caracas

El salario mínimo en Venezuela es de 5,4 dólares, siendo el más bajo de América Latina junto con Haití y Cuba

Un barbero atiende a un cliente en una barbería callejera, el 12 de mayo de 2022, en Caracas (Venezuela)
Un barbero atiende a un cliente en una barbería callejera, el 12 de mayo de 2022, en Caracas (Venezuela)Rónald PeñaAgencia EFE

Una burbuja económica abraza las zonas más pudientes de Caracas. Bares y restaurantes abarrotados de gente dan la sensación de una supuesta mejora en la calidad de vida de los venezolanos. Las redes sociales muestran repetidas imágenes de un cierto gozo por parte de un segmento minúsculo de venezolanos que deciden disfrutar de sus dólares en un país donde su moneda está pulverizada.

Ante una realidad existente, pero ciertamente disminuida y falsamente engrandecida, se ha pretendido construir la idea -en gran medida desde el madurismo- de que Venezuela se está arreglando. La conclusión resulta una falacia. Por ejemplo, el salario mínimo en Venezuela es de 5,4 dólares, siendo el más bajo de América Latina junto con Haití y Cuba. Así mismo y según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), la inflación acumulada de 2023 en el país caribeño fue de 67.7%, y la anualizada fue de 537.7%. ¿Qué significa esto? Que la inmensa mayoría de los venezolanos que ganan en bolívares tienen menos poder adquisitivo.

Así mismo, según el economista e investigador venezolano, Diego Santa Fombona: «…los cambios en el patrón de consumo de las y los venezolanos han girado en torno a factores como mayores importaciones, más facilidades para hacer transacciones y mayores ingresos laborales o por remesas». Ergo, un país que no produce, que mantiene un mecanismo de remesas importante y que no sostiene un sistema de justicia que proteja al emprendedor, está destinado a vivir en el estancamiento.

Venezuela no se arreglará mientras la misma cúpula que lleva más de dos décadas en el poder continúe gobernando el país. Sin confianza económica es imposible que pueda verse una luz al final del túnel. Venezuela, lejos de arreglarse, sigue en terapia intensiva.