80 años del Día D

Carlos III llora al recordar a los soldados que liberaron a Europa del yugo nazi

El monarca británico llama a los jóvenes a que recuerden el sacrificio de los excombatientes del desembarco de Normandía

Los Windsor no suelen mostrar sus emociones en público. El autocontrol incansable y la solemnidad fueron los pilares que marcaron el reinado de Isabel II. Sin embargo, Carlos III no pudo reprimir ayer las lágrimas al recordar “el coraje y valentía” de aquellos que participaron en el desembarco de Normandía durante la II Guerra Mundial, expresándoles la “eterna gratitud” por la liberación de Europa.

El monarca presidió la conmemoración de los 80 años del llamado `Día D´ en un acto celebrado en Portmouth (en el sur de Inglaterra), desde donde la operación Overlord partió el 5 de junio de 1945, destacando que era “casi imposible” imaginar el terror y la ansiedad a los que se enfrentaron los cientos de miles de personas que participaron en aquella misión histórica. El aniversario cobra este año un sentido especial ante las amenazas que afronta el Viejo Continente con la invasión de Vladimir Putin en Ucrania y el conflicto en el Medio Oriente.

Frente a un reducido número de antiguos combatientes, militares y representantes políticos, el rey señaló que era nuestro “deber” garantizar que las generaciones futuras entiendan cómo su servicio y sacrificio reemplazaron la tiranía por la libertad. “Las historias de coraje, resiliencia y solidaridad que hemos escuchado hoy y a lo largo de nuestras vidas no pueden dejar de conmovernos, inspirarnos y recordarnos lo que le debemos a esa gran generación de tiempos de guerra”, afirmó. “Todos estamos eternamente en deuda con ellos”, añadió.

Antes de que el rey pronunciara su emotivo discurso, tanto a él como la reina Camilla se les pudo ver muy emocionados con lágrimas en los ojos. Carlos III leyó un mensaje que el mariscal de campo Montgomery, comandante en jefe de las Fuerzas Terrestres Aliadas, entregó a todos los soldados en vísperas del Día D: “A nosotros nos corresponde el honor de dar un golpe por la libertad que quedará en la historia; y, en los mejores días que se avecinan, los hombres hablarán con orgullo de nuestras acciones”.

Aquel 5 de junio de 1945, más de 160.000 tropas aliadas se reunieron a lo largo de las costas de Portmouth listas para embarcarse en una misión que, según recalcó ayer el monarca, “asestó ese golpe por la libertad”, una que luego sería registrada como ¡la mayor operación de la historia”.

“Aquellos que se reunieron aquí en Portsmouth nunca olvidarán estas vistas. Era, con diferencia, la flota militar más grande que el mundo haya conocido. Sin embargo, todos sabían que tanto la victoria como el fracaso eran posibles y ninguno podía conocer su destino”, destacó el jefe de Estado. “Tripulaciones aéreas sobrevolando, marineros tripulando buques de guerra; o tropas en embarcaciones de asalto abriéndose paso a través del tormentoso oleaje hasta la orilla; Ya sea cayendo en paracaídas, aterrizando en un planeador de madera o dando ese terrible acto de fe en las playas... todos deben haberse preguntado si sobrevivirían y cómo responderían ante un peligro tan mortal”, recalcó el monarca citando al poeta Keith Douglas, que murió en combate tres días después de escribir sobre el embarque: “Los actores que esperan en las alas de Europa, ya miramos las luces en el escenario y escuchamos el comienzo de la colosal obertura. Para nosotros, al entrar en medio del estruendo, será difícil escuchar nuestros pensamientos, difícil evaluar hasta qué punto nuestra conducta se debe al miedo o a la furia”.

Carlos III se reunió con varios veteranos, cada uno de los cuales recordaba, “con una claridad tan desgarradora, la visión de tantos soldados tirados en la playa, que se ahogaron antes de que pudieran siquiera entrar en combate”. “Ocho décadas después, es casi imposible imaginar la emoción de ese día, el orgullo de ser parte de una misión tan grande, la ansiedad de no estar a la altura de alguna manera, y el miedo de que ese día pudiera ser el último”, matizó destacando la importancia que su valor no quede en el olvido para las nuevas generaciones.

Una encuesta reciente realizada por la Comisión de Tumbas de Guerra de la Commonwealth encontró que sólo el 48 por ciento de las personas de entre 18 y 34 años reconocían el Día D como la fecha en que las fuerzas aliadas desembarcaron en las playas de Normandía el 6 de junio de 1944. Esta cifra aumentó al 59 por ciento cuando se encuestó a todos los grupos de edad. Uno de cada cinco (21 por ciento) de los jóvenes admitió que no sabía en absoluto qué era el Día D, mientras que el 12 por ciento creía que era “el día en que Alemania se rindió incondicionalmente a las fuerzas aliadas”.

Pese a estar con el tratamiento de un cáncer -cuyo tipo no se ha especificado-, Carlos III, de 75 años, ha ido retomando poco a poco su agenda pública. Por su parte, la princesa Catalina, de 43 años, esposa del príncipe Guillermo, heredero al trono, permanece apartada de todo tras revelar el pasado mes de marzo que también padecía cáncer -no especificado- y estaba recibiendo quimioterapia.