Pena de muerte
China ejecuta a una maestra de guardería que envenenó a 25 de sus alumnos y mató a uno
Wang Yun fue declarada culpable por rociar nitrito de sodio tóxico en las gachas de avena que sirvió a los niños en 2019
Un tribunal del centro de China comunicó el viernes la ejecución de una maestra de guardería que envenenó a 25 de sus alumnos y mató a uno. Un anuncio colocado en el exterior del Tribunal Intermedio nº 1 de la ciudad de Jiaozuo, en la provincia de Henan, indicaba que la sentencia de Wang Yun había sido ejecutada el jueves.
Wang, de 40 años, fue declarada culpable de rociar nitrito de sodio tóxico en las gachas de avena servidas a los niños en Mengmeng Educación Preescolar el 27 de marzo de 2019, después discutir con un compañero que ha sido identificado por el apellido, Sun, sobre la «gestión de los estudiantes».
24 de los estudiantes envenenados se recuperaron con bastante rapidez. Pero uno de ellos, identificado solo por el apellido Wang, murió de insuficiencia orgánica múltiple después de 10 meses de tratamiento, según el comunicado.
Wang, que había abandonado los estudios secundarios, envenenó en el pasado a su marido con la misma sustancia comprada por Internet hace dos años. Sobrevivió con heridas leves.
Aunque la motivación de Wang se presentó como venganza, no estaba claro si su intención era matar o simplemente hacer enfermar a su marido y a los estudiantes. En principio, fue condenada a nueve meses de prisión por daños deliberados, pero la sentencia se convirtió posteriormente en pena de muerte. El tribunal rechazó el recurso de Wang, que trasladada a un campo de ejecución donde pusieron fin a su vida.
China ejecuta cada año a más presos que el resto del mundo junto, según las estimaciones de los observadores internacionales, aunque la cifra real es un secreto de Estado. La mayoría de las condenas se ejecutan con un tiro en la nuca, aunque en algunos casos se ha empleado la inyección letal con unidades móviles.
Los ataques a jóvenes estudiantes se han convertido en una tendencia preocupante en el país en los últimos años, la mayoría perpetrados por agresores armados con cuchillos descritos como perturbados mentales o que guardan rencor contra individuos o la sociedad. En China, la tenencia privada de armas es ilegal, por lo que en estos ataques se utilizan principalmente cuchillos y explosivos caseros.
El lunes, un hombre armado con un cuchillo mató a seis personas e hirió a una en una guardería del sureste de China. Un varón de 25 años fue detenido tras el ataque de las 7:40 de la mañana en Lianjiang, ciudad de la provincia de Guangdong. El medio de comunicación Dafeng News citó a un testigo no identificado que dijo que el hijo del atacante había sido atropellado antes por un coche perteneciente a una de las personas muertas en la escuela. También dijo que una de las personas asesinadas era un profesor de la guardería, pero otros detalles no estaban claros.
Los ataques han continuado a pesar de que se ordenó aumentar la presencia de seguridad en las escuelas tras la muerte de unos 20 niños en 2010. En 2020, un guardia escolar fue acusado de herir a 39 personas con un cuchillo.
El índice de delitos violentos en la férreamente controlada sociedad china sigue siendo relativamente bajo, pero algunos científicos sociales han achacado los ataques escolares a las deficiencias del sistema sanitario a la hora de diagnosticar y tratar las enfermedades mentales.
Con la economía, antes en auge, ralentizándose considerablemente, el agotamiento profesional y otros factores económicos también empiezan a entrar en juego. Con la caída de la natalidad y el descenso de la población, las agresiones a escolares también adquieren un peso añadido, lo que posiblemente explique la decisión del tribunal de condenar a muerte a Wang.
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