Conflicto

Comienza el éxodo de los armenios de Nagorno Karabaj

Armenia acusa a Azerbaiyán y Rusia de no evitar una limpieza étnica en la región separatista

Los bombardeos lanzados por Azerbaiyán la pasada semana contra la región separatista de Nagorno Karabaj cesaron a las 24 horas de iniciarse, causando la muerte de al menos 200 personas. A esta sangrienta consecuencia se ha sumado el éxodo de habitantes de la zona con destino a Armenia. Según el Gobierno de ese país, al menos 4.850 personas habrían abandonado esta región, situada en Azerbaiyán, para dirigirse a Armenia, lugar de origen de su etnia. El control de este enclave por Bakú tras la operación relámpago refleja el reconocimiento de esos territorios como pertenecientes a Azerbaiyán, algo que también ha sido reconocido por parte del Gobierno armenio.

El número de desplazados podría verse incrementado notablemente, considerando los movimientos de vehículos que cada hora parten de Nagorno Karabaj. Los refugiados están llegando a Armenia a través del corredor de Lachín, controlado por el Ejército azerí que está permitiendo el viaje a través del puente de Hakari, sin ningún tipo de control por parte de las autoridades fronterizas.

El centro de acogida levantado en Kornidzor está haciendo posible el registro de los desplazados. Representantes del Gobierno secesionista de Nagorno Karabaj han afirmado que todo el que quiera puede abandonar el territorio y dirigirse a Armenia. Por su parte, el presidente de este ejecutivo, Samvel Shahramanián, confirmó que ya han partido 30 autobuses con personas que se habían quedado sin hogar como resultado de los bombardeos de hace una semana, habiendo sido acogidas muchas de ellas en la base de las fuerzas de mantenimiento de la paz rusas en Ivanián.

Armenia asegura que ya no dispone de efectivos militares ni equipamiento en la región separatista, centrándose en la coordinación de los desplazados a su país y confirmando que algunos de ellos están llegando a sus fronteras en «estado crítico». El primer ministro armenio, Nikol Pashinian, aseguró que los armenios de Karabaj «siguen topándose con el peligro de una limpieza étnica». El líder armenio ha justificado el exilio afirmando que «si no se crean las condiciones reales para la vida de los armenios de Nagorno Karabaj en sus propias casas y mecanismos eficaces de protección ante limpiezas étnicas, entonces aumentarán las probabilidades de que los armenios del Karabaj vean en el exilio la única salida».

Pashinián acusó directamente al Gobierno ruso, su principal aliado, de no haberles protegido de la ofensiva de Azerbaiyán, asegurando que "Armenia nunca ha abandonado sus obligaciones y nunca ha traicionado a sus aliados, pero el análisis de los acontecimientos demuestra que los sistemas de seguridad y los aliados de los que hemos dependido durante muchos años sí lo han hecho".

Las palabras del líder armenio no han sentado nada bien en Moscú provocando una respuesta inmediata del Kremlin a través de su portavoz oficial, Dmitri Peskov. "Entendemos la intensidad emocional del momento, pero estamos categóricamente en desacuerdo con el intento de responsabilizar a Rusia o a las tropas de pacificación rusas, que están mostrando un verdadero heroísmo a la hora de llevar a cabo sus funciones, en línea con el mandato con el que cuentan. Armenia sigue siendo nuestro aliado, un Estado cercano. Los armenios son un pueblo cercano a nosotros", ha declarado el colaborador del presidente Vladimir Putin.

Según ha confirmado el Consejo de Seguridad armenio, el primer ministro Pashinián, y el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, se reunirán el 5 de octubre en Granada para abordar la negociación de un tratado de paz entre ambos países. Al encuentro también acudirán el presidente de Francia, Emmanuel Macron; el canciller alemán, Olaf Scholz; y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.