Chantaje

La diplomacia de los rehenes

Rusia, China e Irán chantajean a los países occidentales con el secuestro de sus ciudadanos, a los que aceptan poner en libertad a cambio de un detenido o del pago de dinero

Moscow (Russian Federation), 18/04/2023.- WSJ correspondent Evan Gershkovich attends a court hearing of the Moscow City Court where they consider the demand of his defence to cancel his arrest, in Moscow, Russia, 18 April 2023. Evan Gershkovich is a US journalist at The Wall Street Journal covering Russia. He was detained in Yekaterinburg on 29 March. Russia's Federal Security Service (FSB) claimed that on the instructions of the American authorities, the journalist collected information constituting a state secret about one of the enterprises of the Russian military-industrial complex. He is charged under Article 276 of the Criminal Code of the Russian Federation - Espionage, which provides for imprisonment of up to 20 years. (Rusia, Moscú, Ekaterimburgo) EFE/EPA/MAXIM SHIPENKOV
El periodista del «WSJ» Evan Gershkovich detenido en RusiaMAXIM SHIPENKOVAgencia EFE

¿Cuáles son los límites para salvar la vida de un inocente? ¿Puede un Estado plegarse a cualquier demanda por parte de un secuestrador? La respuesta suele ser un «no» rotundo cuando quien amenaza, intimida y retiene a alguien en contra de su voluntad es una organización terrorista, pero un «quizás» o incluso un «sí» cuando quien recurre a esta táctica es un Estado autoritario.

Se llama diplomacia de rehenes. Un fenómeno que ha ido «in crescendo» y que afecta a casi todos los países democráticos. Estados Unidos prohíbe en su legislación negociar con los grupos terroristas identificados por el Departamento de Estado, mientras presidentes de diferente signo como Barack Obama y Donald Trump se han sometido a las exigencias de potencias como Cuba, Egipto, Irán, Corea del Norte, Siria y Turquía. Estas concesiones han incluido intercambio de prisioneros, reconocimiento diplomático, pagos e incluso retirada de tropas a cambio de la liberación de ciudadanos norteamericanos. Joe Biden también se ha sumado a la tendencia y decidió intercambiar a la famosa deportista Brittney Griner a cambio de un traficante de armas ruso.

En otras ocasiones, hay varios países implicados. Uno de los casos más recientes y llamativos ha sido el de la alta ejecutiva de Huawei, Meng Wanzhou, quien fue arrestada en Vancouver a instancias de Washington, acusada de infringir las sanciones estadounidenses contra Irán. China reaccionó de manera airada, al considerar que EE UU estaba intentado perjudicar a una de sus empresas punteras y procedió a la importación de varios productos, así como a la detención en su territorio de dos canadienses acusados de espionaje. Wanzhou acabó volviendo a su país a cambio de la liberación de los canadienses.

Según explican Danielle Gilbert y Gaëlle Rivard Piché a la Universidad de Texas, el «modus operandi» de estos casos suele ser muy similar. Estos países autoritarios detienen a inocentes con pretextos falsos, normalmente espionaje. Esto hace que desde el punto de vista formal estas personas no estén secuestradas, sino detenidas. «Esta dualidad inherente hace a la diplomacia de rehenes particularmente llamativa y difícil de contrarrestar», explican los autores. El encarcelamiento en países que no respetan los derechos humanos implica además que los prisioneros tengan que someterse a condiciones muy penosas, al igual que las víctimas de un secuestro. «En la diplomacia de rehenes, el perpetrador –como el objetivo– es un Estado. La distinción retórica entre rehenes y detenidos va más allá de la semántica. Hay implicaciones legales y prácticas. Específicamente, los medios para recuperar a alguien retenido por estado versus actores no estatales difiere de manera dramática. Que los actores estatales tengan una «dirección de retorno» hace la recuperación más fácil en algunos aspecto, pero desafiante en otros».

En Europa existe el mismo fenómeno. A menudo, el dilema es tan difícil de resolver que debe ser el más alto tribunal de un país el que ponga orden.

Bélgica llegó el año pasado a un acuerdo con Irán para intercambiar prisioneros, en medio de las protestas de activistas y parte de la clase política del país que ve este pacto como un chantaje y un peligroso precedente. Esto llevó a que se planteara un recurso antes el Tribunal Constitucional belga. Después de que el acuerdo de intercambio de prisioneros quedase en suspenso durante meses, en el mes de marzo un fallo del alto tribunal confirmó la constitucionalidad del pacto Esto facilita la liberación del cooperante belga Olivier Vandecasteele, encarcelado por la República Islámica al ser acusado de espionaje. A cambio de que Vandecasteele pueda volver a su país de origen y abrazar a su familia, Teherán reclama a Bruselas la entrega del diplomático iraní Assadollah Assadi. A diferencia de Vandecasteele, no parece inocente. Está condenado a 21 años de prisión por participar en un intento de atentado contra una reunión de opositores al régimen iraní en 2018 en París. Las negociaciones entre Irán y Bélgica habían comenzado en 2016 y el pacto fue firmado por las partes en marzo de 2022, dos semanas después de la detención del cooperante. Teherán también ha utilizado la misma táctica con otros países como Francia, Suecia y Reino Unido. Desde 2010, al menos 66 extranjeros o iraníes con doble nacionalidad han sido detenidos por los ayatolás.

A pesar de que estamos ante un fenómeno que no tiene visos de desaparecer, no existe un enfoque común en los Veintisiete sobre qué hacer. “Los Estados miembros por sí solos no suelen tener suficiente influencia para luchar contra las terribles violaciones de los derechos de los ciudadanos de la Unión, pues se ven obligados a pagar grandes cantidades de dinero o a intercambiar a terroristas condenados por ciudadanos suyos. Por lo tanto, pedimos una estrategia europea para contrarrestar la diplomacia de los rehenes, incluido un grupo de trabajo especializado que pueda ocuparse eficazmente de los ciudadanos de la Unión retenidos como rehenes por Irán y otros regímenes. Solo puede detenerse a Irán y otros regímenes que utilizan la diplomacia de los rehenes mediante la cooperación a escala de la Unión; solo podemos proteger a nuestros ciudadanos si colaboramos”, asegura una pregunta parlamentaria interpuesta por varios eurodiputados ante el máximo representante de la diplomacia comunitario, Josep Borrell.

Brittney Griner

►Nacionalidad: EE UU

►Edad: 32 años

►La jugadora de baloncesto fue liberada en un intercambio de prisioneros por el traficante de armas ruso Viktor Bout tras ser detenida por tenencia de drogas.

Nazanin Zaghari-Ratcliffe

►Nacionalidad: británica

►Edad: 45 años

►Fue liberada tras casi seis años de prisión por espionaje gracias a que el Gobierno británico pagó 400 millones de libras al régimen iraní.