Elecciones en Francia

Los nacionalistas corsos toman posesión con un ojo en Cataluña

Los líderes soberanistas exigen a Macron sentarse a negociar sobre el futuro de la isla y la situación de los terroristas en prisión

Gilles Simeoni y Jean-Guy Talamoni
Gilles Simeoni y Jean-Guy Talamonilarazon

Los líderes soberanistas exigen a Macron sentarse a negociar sobre el futuro de la isla y la situación de los terroristas en prisión.

El triunfo de los nacionalistas corsos en las elecciones de diciembre culminó ayer con la reelección del jefe del Ejecutivo, Gilles Simeoni, y del presidente de la Asamblea, Jean Guy Talamoni. Ambos instaron a Emmanuel Macron a comenzar un diálogo sobre el futuro de la isla. Talamoni, el líder independentista, no dejó dudas sobre cuáles son sus intenciones al frente de la Asamblea de la nueva colectividad nacida de la fusión de los dos departamentos en que estaba dividida la isla. Realizó su intervención enteramente en corso, la lengua que se habla en Córcega, pero no reconocida oficialmente, a pesar de los intentos en los últimos años para que sea declarada cooficial con el francés. Talamoni dedicó la victoria a «nuestros prisioneros y buscados» por la Policía por distintos delitos y «a todos aquellos del Frente de Liberación Nacional de Córcega, ejército no vencido, nacido hace cuarenta años para defender al pueblo corso en una época en el que la democracia no existía en esta tierra».

El líder del partido independentista Córcega Libre fue elegido por 40 de los 63 votos emitidos. Poco antes, en una entrevista al diario «Le Figaro» aseguró que los corsos eligieron «una lista enteramente compuesta de nacionalistas corsos» y «esa palabra tiene un sentido». Para Talamoni, es un «hecho político» poseer una mayoría absoluta «que vota para decir que Córcega es una nación, no para renovar un consejo regional». Sin embargo, no parece que Cataluña sea un modelo para la isla. En otra entrevista a «Le Parisien», Talamoni asegura que sigue «con atención» la crisis en Cataluña, pero reconoce que no están en «la misma secuencia» y que por ello no se plantean la independencia. La razón, reconoce, es que si se sometiera al voto de los corsos la independencia, «no habría mayoría». «Por eso –añade– la cuestión no se plantea por ahora. Veremos en diez años».

Por su parte, el relegido presidente del Ejecutivo corso, Gilles Simeoni, pidió a Macron que se pronuncie rápidamente «sobre su visión de Córcega y del diálogo» que debe establecerse entre las instituciones de la República francesa y las de la isla. En unas declaraciones en la emisora France Inter, el líder autonomista, que a diferencia de Talamoni no busca la independencia sino una clara autonomía, aseguró que el presidente de la República es la persona «mejor situada» para mostrar esa señal de apertura del diálogo. Sin embargo, reprocha al Gobierno no haber dado hasta ahora «las señales indispensables de que se tiene en cuenta la nueva situación política en Córcega».

Simeoni afirmó que están «en una lógica del respeto de los derechos adquiridos», ante una página que se abre con la reforma aplicada desde ayer y que ha fusionado los dos departamentos de Córcega en una sola entidad. El nuevo presidente de la región hablará «en corso y en francés, serenamente, sin voluntad de provocación». Y esperan que la lengua regional pueda hablarse «de forma natural», también en los intercambios públicos, porque «el tema de la lengua es siempre fundamentalmente político».

Sobre el tema de los prisioneros corsos, Simeoni recordó que la petición de amnistía no procede «sólo de los nacionalistas», y que no pretenden «banalizar actos graves, sino decir que estamos en un proceso en el que se quiere salir de la lógica de conflicto».

Está previsto que Macron visite Córcega el 6 de febrero, pero la ministra Jacques Gourault, la llamada «Madame Corse» viajará a a la isla el viernes. El anuncio fue realizado ayer, poco antes de la toma de posesión de los nuevos mandatarios, aunque Interior no precisó el contorno de este desplazamiento. Gourault fue nombrada responsable de este tema tras el rotundo triunfo de los nacionalistas. En esos días, el jefe del Gobierno, Edouard Philippe, recordó que la nueva colectividad territorial única sobre la isla hace de ella «una de las colectividades más descentralizadas» de la República, y que las iniciativas que se tomen serán «conformes al marco constitucional». Sin embargo, los líderes corsos recuerdan las palabras que pronunció Macron antes de ser elegido presidente de la República: «Si parece que el marco actual no permite a Córcega desarrollar sus potencialidades, entonces podremos examinar el ir más lejos y revisar la Constitución». Talamoni ya ha avisado de que «el pulso político con los dirigentes parisinos no ha terminado» porque no están dispuestos a «traicionar» a sus electores.