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Defensa

El dron 'Furia' se prepara para su primer despegue: puede cambiar las tornas de las guerras

En la competición por el futuro caza no tripulado de EE. UU., el dron Fury de Anduril está a punto de despegar por primera vez, un vuelo demorado a propósito para perfeccionar primero su cerebro: la autonomía

El dron 'Furia' se prepara para su primer despegue: puede cambiar las tornas de las guerras Anduril

La compañía norteamericana Anduril no se conforma con el cielo estadounidense. Antes siquiera de que su nuevo dron de combate, el Fury, haya realizado su primer despegue, la empresa ya tiene la vista puesta en el mercado europeo. Para ello, ha forjado una alianza estratégica con el gigante alemán de la defensa Rheinmetall, con el objetivo de desarrollar variantes de exportación y posicionarse con fuerza en el tablero internacional.

Asimismo, la ambición de la compañía va más allá, con el desarrollo paralelo de un concepto de aeronave de combate colaborativa específicamente para la Marina de Estados Unidos. Lejos de ser una simple adaptación de su modelo para la Fuerza Aérea, la propia empresa ha confirmado que se tratará de un diseño completamente nuevo, un proyecto que evidencia un considerable esfuerzo de ingeniería para satisfacer los exigentes requisitos del combate naval. Este enfoque en el entorno marítimo es una tendencia creciente, donde se buscan plataformas especializadas, como demuestra el diseño de otro dron letal que puede volar sobre el mar para misiones sigilosas.

Con todo, este despliegue de planes futuros depende del éxito de su proyecto estrella: el dron YFQ-44A Fury y su inminente primer vuelo, previsto para mediados de octubre. Este hito es crucial dentro del programa de Aeronaves de Combate Colaborativas (CCA) del Pentágono, una carrera en la que su principal rival, General Atomics, parece llevar la delantera, tal y como han publicado en The War Zone, tras el vuelo de su prototipo el pasado mes de agosto.

De hecho, este aparente retraso responde a una decisión estratégica. Anduril ha optado por priorizar el desarrollo de el complejo software de autonomía, el auténtico cerebro que gobernará el dron. La compañía confía en que este enfoque, centrado en la inteligencia artificial del sistema antes que en la propia aeronavegabilidad, terminará por acelerar el calendario global del proyecto a largo plazo.

La carrera por el futuro escolta no tripulado de la aviación norteamericana

En este contexto, la Fuerza Aérea de Estados Unidos ha marcado un calendario muy claro y ambicioso. El objetivo es que la primera remesa de estos escoltas no tripulados, diseñados para volar junto a los cazas pilotados, esté plenamente operativa antes del fin de la década. Para ello, se contempla una adquisición inicial de entre 100 y 150 aeronaves, una cifra que subraya la enorme relevancia de este programa. Estos escoltas se integrarán con aeronaves que también se mantienen a la vanguardia tecnológica, como evidencia la importante actualización que ha recibido el caza de combate F-22 Raptor para asegurar su dominio aéreo.

Por ahora, mientras múltiples unidades del Fury superan pruebas en tierra y otras tantas avanzan en la línea de producción, la prueba de fuego de su software llegará en el vuelo inaugural. Este se realizará de forma semiautónoma, con el despegue y el aterrizaje ejecutándose con la simple pulsación de un botón por parte de un operador, demostrando así los avances logrados en el núcleo del sistema.