Política

Nueva York

EE UU define a España y otros países europeos como «objetivo a espiar»

Nuevos documentos demuestran el interés de Washington por la economía de la UE. Irán, Rusia y China centran sus prioridades

Un miembro de la Policía yemení vigila un puesto de control en Saná, la capital del país árabe
Un miembro de la Policía yemení vigila un puesto de control en Saná, la capital del país árabelarazon

Edward Snowden no ha permitido que Obama disfrute ni 24 horas de otro momento de gloria después de anunciar una revisión de sus programas de espionaje. Tras el anuncio del presidente de Estados Unidos el pasado viernes forzado por la preocupación general ante sus sistemas masivos de vigilancia y la consecuente intromisión en la privacidad de los ciudadanos, el semanario «Der Spiegel» filtró ayer nuevas informaciones que demuestran hasta dónde es capaz de llegar la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) en su interés por conocer al detalle los movimientos de ciertos países.

A pesar de que estos documentos fueron facilitados por el ex analista de la CIA hace meses (se comprometió a no filtrar más datos como garantía para conseguir el visado en Rusia), el rotativo alemán ha decidido publicarlas ahora. Lo más relevante de estos nuevos cables, fechados en abril de 2013, es que descubren cuáles son las naciones qué más interés suscitan al Gobierno norteamericano en función del tipo de información espiada y no en relación al volumen de documentación interceptada. Este ranking de espionaje se organiza a través de una escala del 1 al 5, en la que se sitúan en el primer dígito aquellos países de máximo interés, y en el número cinco a los que poseen escasa importancia. A la cabeza se encuentran China, Rusia, Irán, Pakistán, Corea del Norte y Afganistán, cuyos avances en energía nuclear y terrorismo mantienen alerta a los servicios de inteligencia de EE UU. En una posición intermedia se encuentran la mayoría de los países europeos. Según los documentos de «Der Spiegel», resulta de gran interés conocer la política exterior, el comercio internacional, los análisis de riesgos financieros y la estabilidad económica de Alemania, a la que clasifica con el número 3 dentro de la mencionada escala, en el mismo escalón que Francia y Japón. Detrás de ellos, España e Italia, en la cuarta posición, sobre los que Washington quiere información acerca de temas como la exportación de armas, las nuevas tecnologías, las armas convencionales avanzadas y el comercio internacional. A la cola del «Top Five» de la NSA se encuentran el Vaticano, Camboya, Laos, Finlandia, Croacia, la República Checa y Dinamarca, entre otros, a los que espía en temas de seguridad energética, nuevas tecnologías y políticas alimentarias.

Estos nuevos documentos que ayer vieron la luz confirman el creciente interés de la Administración Obama por los países de Europa y confirman anteriores filtraciones en las que se mostraba cómo la inteligencia estadounidens «se coló» en las delegaciones de la UE en Washington y Nueva York.

Por su parte, Obama, antes de iniciar hoy su descanso veraniego en la exclusiva isla de Martha's Vineyard, en la costa este norteamericana –donde se alojará en la lujosa vivienda del donante demócrata David Schulte valorada en seis millones de euros–, ordenó la publicación de dos nuevos documentos sobre el alcance y el funcionamiento de sus controvertidos programas de espionaje. Esta medida, que trata de cumplir el compromiso de transparencia anunciado el viernes por Obama, no estuvieron a la altura de lo esperado. Tan sólo vinieron a contar una vez más las bondades de su trabajo en pro de la seguridad nacional. En el documento de nueve páginas que subió a su web la NSA se explica que sus programas de seguimiento tan sólo manejan el 1,6% del tráfico global en internet. De ese porcentaje, los analistas de Inteligencia se centran en un 0,025%, lo que, según sus estadísticas, tan sólo supone el 0,00004% de toda la información que circula por las autopistas de la información. Según ellos, esta cantidad de datos vendrían a significar lo mismo que «Un dime (una moneda de 10 céntimos de dólar) en una cancha de baloncesto».

Curiosamente, esta aportación quedaría minimizada con las informaciones publicadas ayer por «Der Spiegel», que ponen el acento no sobre el volumen de la información a la que han tenido acceso las autoridades norteamericanas sino en el contenido de las mismas. Lo que vendría a significar que no importa la cantidad sino la calidad.

En los documentos facilitados por los servicios de inteligencia, en los que también se enumeran los programas utilizados por la NSA (Fairview, Blarney, Oakstar y Lithium), se realiza una descripción sobre la base legal de la recogida de datos de teléfono, así como los números marcados y la duración de las llamadas. Recuerdan que todo ello está regido por la Ley Patriota aprobada tras los atentados del 11-S y que Obama ha prometido revisar a la vuelta de sus vacaciones.

Sí espiaron a ciudadanos de Estados Unidos

Ha sido una de las máximas de Obama: «Hemos espiado, pero no a nuestros ciudadanos». Sin embargo, ayer, «The Guardian» dejó en entredicho al presidente norteamericano al publicar una información en la que se asegura que existe un vacío legal registrado en la enmienda FAA 702 (en la imagen) a la FISA (Ley de Vigilancia de la Inteligencia Extranjera) aprobada en octubre de 2011, que habría permitido detectar llamadas telefónicas de los estadounidenses así como el contenido de sus correos electrónicos sin una autorización previa, tal y como se ha hecho con ciudadanos extranjeros de manera masiva. Según afirma el diario británico, «las agencias de Inteligencia que reconocen las comunicaciones nacionales también han podido verse arrastradas involuntariamente en sus bases de datos a un proceso que se denomina ''recolección involuntaria''».