Elecciones en Francia

El Gobierno de Macron salva dos mociones pero no su imagen

La oposición consigue afear la actuación del presidente pese a la derrota ante La República en Marcha frena a la oposición, que consigue afear la actitud del presidente

El primer ministro, Edouard Philippe, durante su discurso antes de la votación contra el Gobierno, ayer, en la Asamblea Nacional en París
El primer ministro, Edouard Philippe, durante su discurso antes de la votación contra el Gobierno, ayer, en la Asamblea Nacional en Paríslarazon

El Gobierno de Edouard Philippe se enfrentó ayer a una doble moción de censura, una de la derecha y otra de la izquierda, presentadas a raíz del llamado «affaire Benalla», el nombre del ex colaborador del Elíseo que aparece implicado en una serie de actos violentos durante las manifestaciones del 1 de mayo, como reveló el pasado 18 de julio el diario «Le Monde».

Para el primer ministro, la oposición tenía un único objetivo, «atacar al presidente de la República, pero no lo lograrán», afirmó durante su intervención en la Asamblea. Para Los Republicanos, que fueron los primeros en presentar la moción, se trataba de poner en evidencia la «confusión de poderes a la cabeza del Ejecutivo» y la «incapacidad del Gobierno para ejercer sus responsabilidades y poderes institucionales». Su portavoz, Christian Jacob, denunció «la República de compadreos malsanos» que se ha instalado en el Elíseo. Según él, todo se resume en la actuación de Emmanuel Macron, que ha querido «proteger a un hombre que le había servido», en referencia a Alexandre Benalla. Éste fue en la campaña la sombra del candidato, encargado de supervisar la seguridad de sus desplazamientos en todo momento, haciéndose indispensable, lo que le valió integrar el Gabinete en tanto que encargado de misión: la coordinación de los servicios responsables de la seguridad de Macron.

Tras la revelación, Benalla ha sido inculpado, entre otros cargos, por violencia en reunión, intromisión en el ejercicio de una función pública y encubrimiento de violación de secreto profesional. Sin embargo, antes de que estos actos fueran públicos, el Elíseo había considerado que bastaba con una suspensión de dos semanas sin empleo ni sueldo, y no denunció los hechos ante la Justicia.

La segunda moción de censura ha servido para unir el frente de izquierdas. Los tres grupos justificaron su moción porque estos hechos «cuestionan (...) un ejercicio del poder y de las instituciones» y «fragilizan» la autoridad del Estado. André Chassaigne, encargado de presentar la moción, denunció que Macron, «en lugar de sancionar a su colaborador, le protegió». Auguró que si las investigaciones muestran que Macron ha cometido una falta, corresponderá a la Asamblea Nacional «destituir al presidente de la República».

Philippe respondió a las intervenciones de Jacob y Chassaigne denunciando una «instrumentalización política», y el deseo de «atacar» al presidente y ralentizar el ritmo de las reformas que quiere aplicar el Gobierno. De hecho se han visto obligados a suspender el proyecto de revisión constitucional, y la oposición pedía ayer que la abandonara de forma definitiva. Phlippe comenzó hablando de un affaire « de faltas individuales y pequeños apaños entre un encargado de misión y un miembro de la prefectura de Policía de París». Unos hechos a los que el Ejecutivo hizo frente con «una investigación administrativa», en claro «contraste con los periodos precedentes», enumerando los «affaires» durante las presidencias de Hollande y Sarkozy.

El «premier» aseguró que nada de lo sucedido permite hablar de «una milicia paralela ni de una deriva monárquica, ni de impunidad», al mismo tiempo que admitía que «la República ejemplar no es la República infalible», pero sí la que «vela por que se respete la ley, se sea poderoso o miserable». Sin sorpresas, la Asamblea Nacional rechazó las mociones de censura gracias a la amplia mayoría de La República en Marcha. Pero la oposición no quiere pasar página, y está convencida de que este affaire «no hace más que comenzar», como dijo Christian Jacob. En cualquier caso, ayer aparecieron nuevas «mentirijillas» de Benalla. Según «Le Figaro», acudió dos veces a la Asamblea Nacional cuando se suponía que estaba suspendido de sus funciones.

Además, el debate se producen cuando los sondeos reflejan un aumento del desafecto de los franceses frente a Macron. El affaire Benalla no es la causa única, pero en julio el presidente ha registrado sus peores índices de popularidad, según siete institutos de sondeos, que reflejan una pérdida media de tres puntos en relación a junio.

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