Aviones de combate

Estados Unidos pierde dos aviones cerca de China, pero tranquilos no ha sido un acto de guerra

La Marina de EE. UU. investiga el doble accidente de un caza y un helicóptero en las tensas aguas del Mar de China Meridional, un incidente que pone a prueba a la flota norteamericana en la zona

Avión de combate de Estados Unidos a punto de despegar
Estados Unidos pierde dos aviones cerca de China, pero tranquilos no ha sido un acto de guerraUS Navy

La imponente maquinaria bélica de Estados Unidos se enfrenta a un enemigo silencioso que no entiende de misiles ni de estrategias: el paso del tiempo. La capacidad naval de la primera potencia mundial atraviesa una crisis estructural marcada por la obsolescencia de sus astilleros públicos, los constantes retrasos en el mantenimiento de su flota y una notable escasez de personal cualificado para acometer las reparaciones necesarias. Un cúmulo de problemas que pone en jaque la operatividad de muchos de sus buques.

De hecho, el portaaviones USS Nimitz, en servicio desde 1975, es un claro ejemplo de este envejecimiento. Como otros navíos de su generación, este gigante de los mares exige un mantenimiento cada vez más intensivo y costoso para seguir navegando, una realidad que evidencia las grietas en el sistema de sostenimiento de la Armada norteamericana. Es precisamente en este veterano buque donde se ha producido el último sobresalto.

En este delicado contexto, dos de sus aeronaves se precipitaron al mar el pasado 26 de octubre con apenas media hora de diferencia. Se trata de un caza de combate F/A-18F Super Hornet y un helicóptero MH-60R Sea Hawk, ambos asignados al USS Nimitz durante unas maniobras rutinarias. El doble siniestro, cuyas causas ya se investigan, ha vuelto a poner el foco sobre los desafíos que afronta la Marina estadounidense. Este tipo de incidentes operativos son especialmente sensibles en un momento de creciente competencia tecnológica en el aire, donde China desarrolla avanzados aviones de combate para desafiar la superioridad estadounidense.

Un incidente en el tablero de ajedrez del Pacífico

Por otro lado, el lugar del accidente dista mucho de ser una localización anodina. Los aparatos cayeron en aguas del Mar de China Meridional, uno de los escenarios más volátiles del planeta debido a las reclamaciones territoriales de Pekín sobre la práctica totalidad de la zona. En este sentido, la presencia naval norteamericana, justificada por Washington como una defensa de la libertad de navegación, es una fuente constante de fricción con el gigante asiático, tal y como han publicado en Interesting Engineering. Esta tensión se ve agravada por el desarrollo de armamento específico por parte de Pekín, como su nuevo misil "asesino de portaaviones", diseñado para neutralizar este tipo de buques.

Afortunadamente, y pese a la gravedad de perder dos aeronaves de forma casi simultánea, la jornada no terminó en tragedia. En las operaciones de rescate que se activaron de inmediato, los cinco tripulantes fueron rescatados con vida y su estado es estable. Mientras la investigación trata de esclarecer si los dos accidentes guardan algún tipo de relación, el suceso sirve como un recordatorio de la fragilidad que se esconde tras el poderío naval de la administración Trump.