“No habrá gran transferencia de votos de la izquierda francesa a Le Pen”

En apenas unas horas, Francia votará al que será su presidente para los próximos cinco años. Los protagonistas son los mismos que en la pasada convocatoria en 2017: el actual presidente de la República, Emmanuel Macron, y la líder ultraderechista, Marine Le Pen. Mientras los políticos de izquierdas de toda Europa han instado a los franceses a votar a Macron, la abstención o el auge de los extremos en el país dan a Le Pen más posibilidades que en los últimos comicios de llegar al Eliseo.

El experto Nicolas Lebourg, historiador francés experto en movimientos de extrema derecha en Europa, analiza para LA RAZÓN los posibles escenarios de la segunda vuelta de las elecciones de Francia

¿Ha cambiado algo tras el cara a cara entre Macron y Le Pen en el debate presidencial?

El debate mostró que, en todos los aspectos técnicos, Marine Le Pen se mantuvo insustancial e imprecisa. La candidata siguió manejando su discurso con un eje social para atraer el voto del electorado de Jean-Luc Mélenchon, pero al final lanzó un mensaje directo a su base de votantes. Esto lo vimos en el debate sobre el velo musulmán. Durante los últimos días parecía haber dado marcha atrás de forma muy vaga a su plan para prohibir el velo. Sin embargo, durante el debate presidencial vimos que Le Pen volvía a su proyecto inicial, totalmente asumido, de prohibir llevar el velo en Francia. En resumen, los dos candidatos se ajustaron en el debate a sus defectos, Macron, seguro de sí mismo y altivo; Le Pen, sin estar a la altura y demasiado radical.

¿Cree que muchos votantes de Mélenchon apoyarán a Le Pen el domingo?

En las encuestas de opinión vemos un reflujo: cada vez menos votantes melenchonistas hablan de votar a Le Pen. Hay una desconexión de la cultura tradicional de las izquierdas francesas para bloquear a la extrema derecha, así que seguramente habrá muchos más votos en blanco que en la segunda vuelta de otras elecciones presidenciales, pero no estamos ante una transferencia de votos importante de la izquierda a la derecha extrema.

¿Es posible que exista un gran voto oculto para Le Pen?

No, ese voto existía pero ha desaparecido. Por otro lado, existen votos que se han abstenido en la primera vuelta, cuyas características (regiones, edad, profesiones, etc.) concuerdan bien con el voto lepenista. Pero para movilizarlos en masa habría tenido que ofrecer en el debate presidencial televisivo con Macron una gran actuación, y no fue así.

¿Cree que Le Pe tiene opciones este domingo?

Lo normal es que pierda Marine Le Pen, pero mejorando su puntuación con respecto a 2017. En ese momento el objetivo era superar el 40% y finalmente logró el 33,9%. Ahora debería conseguir diez puntos más. La situación, por tanto, está abierta para ella: puede, si quiere, marcharse con la frente alta tras este tercer fracaso, diciendo que “el sistema” provocó la candidatura parasitaria de Eric Zemmour (7% en la primera vuelta), que ella sido víctima de traiciones, etc. También estaría en mejores condiciones para permanecer al frente del partido que hace un año.

Macron es un presidente odiado. Le Pen es una candidata divisiva. Mélenchon era un aspirante muy izquierdista. ¿No hay un candidato que despierte entusiasmo?

Nuestro sistema institucional es muy complejo. Pero se basa en un principio simple: la vida política está organizada por la elección presidencial a dos vueltas. Normalmente eso hace que salga un presidente con una mayoría, y que tengamos una oposición y su líder. Pero en los años 80 los dos bloques, conservador y socialdemócrata, representaban 9 votos de cada 10. Hoy lo que tenemos es una fragmentación que lo vuelve todo muy inestable. La debilidad de los dos grandes partidos alimentó primero los votos hacia Mélenchon y Le Pen, y permitió el ascenso de Macron, Sin reforma institucional, todo seguirá siendo inestable, y el riesgo de ver ganar a la extrema derecha será cada vez mayor.

¿Estas elecciones son, como dijo Macron en el debate, un referéndum a favor o en contra de la UE?

Las cosas están claras: Marine Le Pen siempre ha explicado que considera ilegítimas las organizaciones internacionales, que el derecho europeo tiene que ser inferior al derecho francés, y nunca ha dejado de explicar que no tiene confianza en Alemania. Por lo tanto, habría tres efectos con una victoria de Le Pen: 1) una desestabilización de la ONU, donde Francia tiene un asiento permanente en el Consejo de Seguridad; 2) una desestabilización de Europa, que se vería privada del eje franco-alemán y con una Francia que rechaza las reglas de las autoridades europeas; 3) un régimen antiliberal en el poder en Francia que sirve de modelo para otros partidos de extrema derecha en el continente, por lo tanto, una desestabilización de la vida política en nuestros vecinos.