Reino Unido

Los agentes de fronteras de los aeropuertos británicos se suman a las huelgas en plena Navidad

El Gobierno ha desplegado al Ejército y voluntarios para hacerse cargo de los controles de pasaportes

Policias de frontgeras se manifiestan en el aeropuerto británico de Gatwick
Policias de frontgeras se manifiestan en el aeropuerto británico de GatwickSTUART BROCKAgencia EFE

Los agentes de fronteras de puertos y aeropuertos de Reino Unido, entre ellos, el de Heathrow, uno de los más transitados de Europa, comenzaron ayer la primera jornada de unas huelgas que se extenderán hasta el 31 de diciembre, lo que puede plantear un auténtico caos en plenas Navidades. Los paros profundizan la crisis del llamado “invierno del descontento” con una ola de protestas de numerosos colectivos del sector público, que reclaman mejoras salariales ante una inflación disparada que roza el 11%. Los trabajadores de correos también secundaron este viernes y sábado una huelga, mientras que los de ferrocarriles continuaron ayer con su medida de fuerza. En definitiva, la guinda a un año especialmente complicado, marcado por una inestabilidad política que ha llevado a tener hasta tres inquilinos diferentes en Downing Street.

Los agentes de fronteras mantendrán la huelga hasta finales de mes, con excepción del 27 de diciembre, después de rechazar una oferta de mejora salarial del 2%, ante el 10% que piden los sindicatos. Ante la falta de avance en las negociaciones con el Gobierno, amenazan con extender los paros durante los próximos seis meses.

El secretario general del sindicato PCS, Mark Serwotka, recalcó ayer que “como muchos trabajadores, nuestros miembros están lidiando con la crisis del coste de vida”. “Están desesperados”, matizó. “Creo que en enero lo que se verá es una gran escalada de esta acción en el servicio civil y en el resto de nuestra economía a menos que el Gobierno se siente a negociar”, añadió.

Los paros afectarán sobre todo a los pasajeros que lleguen a los principales aeropuertos del país, como Heathrow, Gatwick, Manchester, Glasgow o Cardiff, y el puerto de Newhaven, en el sureste de Inglaterra. El Gobierno británico ha desplegado al Ejército y voluntarios para hacerse cargo de los controles de pasaportes a fin de limitar el impacto. Con todo, los pasajeros ya han sido advertidos de que se esperan grandes colas. Se trata de las primeras Navidades desde 2019 sin medidas covid y en los próximos días se espera la llegada al país de más de dos millones de personas.

Algunas compañías como EasyJet permiten han pedido que cualquier persona con reserva para volar a Birmingham, Gatwick, Glasgow o Manchester en un día de huelga cambie la fecha de su vuelo dentro de los 14 días en la misma ruta sin costo adicional. Alternativamente, los pasajeros pueden obtener un bono por el valor de los vuelos. En cualquier caso, las aerolíneas no pagan compensación en efectivo y con muchos vuelos completamente reservados para Navidad, puede ser difícil encontrar asientos alternativos.

Por su parte,los sindicatos que representan a los enfermeros, el Royal College of Nursing, anunció nuevos días de huelga para el 18 y 19 de enero, tras dos paros de un día este mes, los primeros en la historia para este colectivo sanitario.

El Gobierno del primer ministro Rishi Sunak ha rechazado hasta ahora negociar con los empleados de ambulancias y los enfermeros incrementos salariales por encima de los recomendados por el órgano independiente dedicado a valorar la escala de sueldos sanitarios, que en julio estipuló subidas de entre el 4% y el 4,75% en el sector.

“Lamento mucho todos los problemas que están causando estos paros”, señaló ayer Sunak. “Nosotros siempre tenemos la puerta abierta para hablar con los diferentes colectivos. Hemos llevado a cabo las mejoras que plantean los órganos independientes. Pero no podemos hacer más porque tenemos un problema con la inflación y lo que yo planteo es medidas para que las cosas mejoren a largo plazo”, recalcó.

El Ejecutivo defiende dos argumentos por los que no puede otorgar aumentos salariales acordes con la inflación. Por una parte, considera que es completamente inasequible. La deuda pública es ya del 97.5% del Producto Interior Bruto, cerca de su nivel más alto desde la década de 1960, y se espera que aumente en los próximos dos años, porque el Gobierno va a gastar más de lo que recibirá en impuestos.

Por otra parte, considera que poner más dinero en los bolsillos de los ciudadanos podría mantener alta la inflación por más tiempo. Esto empeoraría la situación de todos y aumentaría la presión sobre el Banco de Inglaterra para amortiguar los aumentos de precios elevando las tasas de interés, lo que afectaría a los costos de endeudamiento para los consumidores, propietarios de viviendas y empresas.

En definitiva, un escenario nada fácil para un país donde los pobres son cada vez más pobres. Casi un millón de hogares en Reino Unido esperan ser desalojados de sus casas este invierno por no poder hacer frente a las facturas.