Europa

Oleada de paros

El invierno del descontento paraliza Reino Unido y su sistema sanitario

Los trabajadores del sector ferroviario británico inician cuatro días de paros en pleno caos provocado por las nevadas. Los enfermeros se suman a la huelga por primera vez en la historia

Personas con maletas en la estación de Paddington, en Londres, durante una huelga de miembros del sindicato Rail, Maritime and Transport
Personas con maletas en la estación de Paddington, en Londres, durante una huelga de miembros del sindicato Rail, Maritime and TransportDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Es intrigante lo relativo que se puede convertir el tiempo en política. Hace ahora justo tres años, los conservadores conseguían la mayor victoria electoral desde los tiempos de Margaret Thatcher capitaneados por un excéntrico Boris Johnson que, según los analistas, iniciaba una nueva era dorada que podía garantizar a la formación una década más en el poder.

Hoy, sin embargo, tras tres primeros ministros, los tories muestran claros signos de fatiga, la inflación está disparada y el país está prácticamente paralizado por una oleada de huelgas que reflejan el descontento de la población ante el escenario político y económico. El llamado invierno del descontento pone broche a un 2022 especialmente turbulento.

Los trabajadores del sector ferroviario empezaron ayer cuatro días de paros sumando así más caos al ya provocado por el temporal de nieve que ha dejado las temperaturas más gélidas desde 2010. Pero tan sólo encendían la mecha. A ellos se sumarán este mes el servicio postal, el cuerpo de funcionarios, los operarios del control de fronteras de los principales aeropuertos y puertos del país lo que vaticina grandes problemas en plenas vacaciones navideñas. Por primera vez en la historia, también saldrán a la calle los enfermeros del sistema nacional de salud pública (NHS, por sus siglas en inglés) y, por primera vez en treinta años, también lo harán los paramédicos y los conductores de ambulancias.

En Reino Unido es prácticamente imposible llevar a cabo una huelga general. La Ley de Relaciones Laborales y Sindicatos de 1992 establece unos requisitos muy rígidos para convocar paros, junto a la prohibición expresa de una coordinación sindical entre diversos sectores. En cualquier caso, este mes de diciembre va a ser particularmente caótico.

En los últimos meses del mandato de Margaret Thatcher, sucesivas huelgas simultáneas y solapadas provocaron la pérdida de casi dos millones y medio de horas de trabajo. Ahora se perderán un millón de horas laborales en tan sólo un mes. Justo en un momento en el que la economía está sumamente debilitada con los problemas de productividad como clave de fondo.

El “premierRishi Sunak se reunió ayer con su gabinete de crisis para estudiar los planes de contingencia. Entre otros, se desplegará al Ejército para que los soldados puedan, entre otros, conducir ambulancias o realizar control de pasaportes en puertos y aeropuertos. En cualquier caso, no se espera que se evite el caos.

La situación es realmente preocupante con el sistema sanitario. Más de 6.000 operaciones no urgentes en más de 40 hospitales tendrán que ser pospuestas, junto con más de 64.000 citas, entre ellas, chequeos de pacientes que habían tenido cáncer.

El estado de ánimo entre los ministros, según los analistas, es de “nerviosismo”. La situación es tremendamente complicada porque saben que la gente es especialmente “comprensiva con los enfermeros”, considerados gran héroes durante la pandemia. Todos los sectores tienen las mismas demandas: mejoras salariales ante una inflación que supera el 11%, la más alta en 41 años.

A unos salarios que ya permanecían congelados desde hace años se ha sumado una crisis del coste de la vida que ha llevado a muchos empleados públicos a situaciones cercanas a la pobreza.

Pero el Ejecutivo es consciente que cualquier dinero extra destinado a los servicios públicos deberá salir de unos impuestos que acaba de subir en su programa fiscal a fin de no incrementar más la deuda pública que roza el 100% del PIB.

En este sentido, el Gobierno analiza seriamente un plan de 16 puntos propuesto por el ministro de Negocios, Grant Shapps, para frenar las huelgas. Entre otros, se podría plantear prohibirlas en los sectores claves -como enfermeros, maestros y maquinistas- a menos que la mitad de todos los miembros de su sindicato voten a favor. En cualquier caso, no se espera de manera inminente el anuncio de nueva normativa.

La huelga de ayer de los miembros del Sindicato Ferroviario, Marítimo y de Transporte volverá a repetirse martes, miércoles, viernes y sábado. Se estima que solo el 20 % de los servicios ferroviarios operará durante los paros.

La empresa ferroviaria Network Rail ha ofrecido un incremento salarial del 5 % este año, por debajo del 7 % que reclama el sindicato, ya que la inflación británica ha llegado ya al 11,1 %. El secretario general de RMT, Mick Lynch, asegura que el Gobierno está “obstruyendo deliberadamente” los medios para llegar a un acuerdo con el sindicato. Lynch agregó que la última oferta del Gobierno, está “muy por debajo de la inflación” y es “totalmente inaceptable’'. Nuestros miembros no quieren aceptar la oferta... el valor del acuerdo no es lo suficientemente alto”.