Guerra

La polémica arma prohibida en más de 100 países que Ucrania habría utilizado en su contraofensiva contra Rusia

Moscú ha denunciado la muerte de un periodista ruso tras un ataque de Ucrania con este tipo de munición

La guerra entre Ucrania y Rusia continúa. A punto de cumplir un año y medio desde que las tropas comenzaran su invasión, Kyiv busca recuperar los territorios ocupados ilegalmente por Moscú, que persiste en sus intentos de "desmilitarizar" la nación con bombardeos y continuos ataques. Asimismo, en el conflicto ha entrado en juego un arma nueva, aunque haya sido usada como amenaza a lo largo de la contienda.

El Ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, anunció la semana pasada que las Fuerzas rusas podrían llegar a emplear bombas de racimo en Ucrania, después de que EEUU estuviera preparando el envío de este tipo de munición hacia Kyiv. Y es que, ante esta propuesta, hasta los aliados del ejército ucraniano mostraron su descontento, como fue el caso del primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, que pidió a Zelenski que no emplee estas armas, mientras que el Gobierno de Canadá recordó la prohibición de su uso en conflictos armados, certificado a través de una convención internacional. También España rechazó el envío.

No obstante, la OTAN dejó en manos de los aliados el envío de bombas de racimo y no criticaba la decisión de EEUU de enviar estas armas. Por lo que no echó hacia atrás la decisión de la Administración Biden, que ya ha confirmado que el ejército ucraniano está desplegando bombas de racimo en el campo de batalla.

¿Por qué las bombas de racimo están prohibidas en más de cien países y son muy peligrosas?

En la pasada Conferencia de Seguridad de Munich en marzo, Kiev pidió a EEUU bombas de racimo Mk 20 Rockeye II, también conocida como CBU-100, con el objetivo usar las submuniciones de su interior para adaptarlas a los aviones no tripulados con los que después atacará a Rusia. Moscú, hace unas horas, aseguró que Kyiv está utilizando este arma y que habría causado la muerte de un periodista ruso por su uso, después de un lanzamiento contra un convoy en el que viajaba con otros compañeros.

Las bombas de racimo están prohibidas en más de 100 países y su uso se considera ilegal debido al gran peligro que entraña para la población civil. Utilizadas por primera vez en la Segunda Guerra Mundial, fueron diseñadas para destruir objetos militares y causar la muerte o severas lesiones. Este arma se fragmenta en el aire, liberando un gran número de pequeñas bombas sobre un área que puede llegar a alcanzar entre 200 y 400 metros.

Muchas de ellas se quedan enterradas durante años, y es que, según explica Reuters, el 60% de las víctimas de bombas de racimo resultaron heridas mientras realizaban actividades cotidianas. Asimismo, según la Coalición de las Bombas de Racimo, que aglutina a decenas de ONG, el 97 por ciento de las víctimas de estos remanentes explosivos en 2021 eran civiles, dos terceras partes de ellos niños. La Convención sobre Municiones de Racimo prohíbe su uso desde 2008, así como su fabricación, almacenamiento o transferencia. Entre los 123 países firmantes, no se encuentran ni EEUU, ni Rusia, ni Ucrania forman partes del mismo.

Pese a que Ucrania habría utilizado estas bombas de racimo, lo cierto es que Rusia no se queda atrás. Rusia ya ha utilizado bombas de racimo para atacar ciudades ucranianas como Jarkiv, Mykolaiv y Kramatorsk, cuyo uso ha sido documentado por organizaciones independientes como Human Rights Watch. 61 personas murieron en este último, en el ataque contra su estación de ferrocarril donde los vecinos esperaban para abordar los trenes de evacuación.