Crisis en Europa

Con todo a por Rusia: Occidente busca dejar fuera a Moscú del mercado de uranio

Más allá de las sanciones impuestas a petróleo o gas ruso, Europa quiere dar otro paso en su objetivo de aislar al gigante euroasiático

CENTRAL NUCLEAR DE ASCÓ
CENTRAL NUCLEAR DE ASCÓManu lozanoShooting

El 24 de febrero de 2022 fue una fecha marcada en Europa, al dar comienzo la guerra en Europa tras la invasión de Putin a Ucrania. Desde entonces, han pasado más de 400 días en los que cientos de combatientes han muerto en el frente, un sinfín de infraestructuras han quedado destruidas y el territorio ucraniano está irreconocible, así como se ha deteriorado la imagen de Moscú. Pero Occidente, más allá de las sanciones impuestas a Rusia a petróleo o gas, ha encontrado una nueva forma de presionar al Kremlin: dejarle fuera del mercado de uranio.

El pasado fin de semana, los ministros de Energía y Medio Ambiente del G7 se reunieron para acordar medidas destinadas a combatir el cambio climático en la ciudad de Sapporo, ubicada en la isla japonesa de Hokkaido. Asimismo, reafirmaron su compromiso de abandonar combustibles fósiles, mientras que EEUU, Reino Unido, Francia, Canadá y Japón acordaron potenciar el desarrollo de la energía nuclear y reducir la dependencia internacional de las cadenas de suministro rusas, con el objetivo de seguir aislando a Moscú.

En un comunicado conjunto firmado por los cinco países en el que muestran su compromiso para colaborar en la provisión de combustible para los reactores “de hoy” y en el desarrollo de combustible para “los reactores avanzados del mañana”. Y el primer paso es dejar fuera de juego a Rosatom, el gigante ruso.

Cómo Europa va más allá de las sanciones para aislar a Rusia

La empresa rusa cuenta con el 38% de la conversión mundial de uranio y el 46% de la capacidad de enriquecimiento de uranio global, según un informe de la revista Nature. Por otra parte, Rusia fue el proveedor de casi el 50% de los acuerdos internacionales firmados para la construcción y desmantelamiento de plantas y reactores nucleares, entre otros servicios. En un artículo publicado por The New York Times, el miembro del Centro de Política Energética Global en la Universidad de Columbia, Paul Dabbar, afirmó que la presencia rusa en el mercado internacional de la energía nuclear es “equivalente a toda la OPEP en términos de cuota de mercado y poder”.

La enorme capacidad rusa convirtió al país en el tercer proveedor de uranio de la Unión Europea, por detrás de Kazajistán y Níger. Y países europeos como Francia están “atados”, prácticamente, a esta competencia. No es baladí aislar al gigante euroasiático, pues cuenta con un poderío inmenso y una importancia enorme en el mercado internacional de la energía. Otro ejemplo del valor de Moscú es la dependencia del gas, que hizo temer a Europa que tuviera lugar un invierno más frío de lo normal, más allá de las sanciones occidentales y los cortes de suministro por parte de Rusia (aunque, finalmente, las temperaturas más altas de lo normal permitieron que no sucediera). Por ello, el Viejo Continente busca, con pies de plomo, no volver a tentar a la suerte.

Esta intención se basa en una clara apuesta por la energía nuclear, fuente de energía que muchos países consideran alternativa a la quema de combustibles fósiles. En algunos países europeos ya han planteado la reducción de la dependencia de la capacidad rusa. Por ejemplo, Polonia aprobó el plan para la construcción de su primera planta nuclear en 2021, a cargo de la empresa estadounidense Westinghouse, una decisión que, según el Ejecutivo polaco, fue tomada para reducir su dependencia de Rusia. Años antes, en 2014, la propia Ucrania acordó con esta misma firma la extensión de su contrato en detrimento del control ruso.

España, por ejemplo, busca fortalecerse como fabricante de combustible nuclear para reducir la dependencia de Rusia. La compañía española ENUSA está produciendo elementos combustibles adecuados para tres tipos de reactores de fisión nuclear: reactores de agua en presión (PWR), reactores de agua en ebullición (BWR) y reactores de agua a presión en colaboración con la misma Westinghouse (VVER).