Política

Cumbre de la UE

Falta de visión del Gobierno socialista

La Razón
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l Hollande está en apuros. El «affaire» Leonarda ha dividido a su partido y su popularidad sigue en caída libre. ¿Está el Gobierno socialista decepcionando a sus propios votantes?

–El Gobierno se encuentra en una situación sumamente delicada. Con el 23% de aprobación, Hollande está (por un punto, solo) rompiendo los récords históricos de rechazo popular, con los niveles de la presidencia de Mitterand en 1991. El contexto económico contribuye a agravar esta situación con los altos niveles de desempleo y el descontento por la elevada carga impositiva. El caso de Leonarda cuestiona los valores de una izquierda que sube los impuestos a las clases medias y no a las grandes fortunas. Los principios que supuestamente abandera Hollande han quedado a los pies de los caballos. El «affaire» de Leonarda es más una cuestión de símbolos que de realidad. Los votantes de izquierda se preguntan qué diferencia hay entre la etapa de Sarkozy y la actual.

l ¿La seguridad y la inmigración son terrenos propios de la derecha en los que la izquierda francesa se siente incómoda?

–La izquierda no siempre ha tenido problemas con la seguridad y la inmigración. En 1989 el presidente Mitterand habló de «exceder el umbral de tolerancia» y en 1990 el primer ministro Michel Rocard aseguró que «Francia no puede asistir a todas las calamidades del mundo». El primer ministro Lionel Jospin fue el arquitecto de la mayor reforma policial en 1997. El gran problema de este Gobierno en concreto es su falta de visión en la seguridad y la inmigración. No percibimos una postura clara. Desde una óptica amable, se podría decir que Hollande trata de lograr un equilibrio entre generosidad y realismo, pero en el caso de Leonarda no lo ha sabido ni conceptualizar ni transmitir a la opinión pública.

l ¿Tiene el Gobierno socialista un doble lenguaje?

–El Gobierno tiene un doble lenguaje en el sentido de que Hollande, como candidato, prometió un cambio y sus ministros no están tomando ninguna decisión que pueda ser percibida por sus votantes de ese modo. Hollande no prometió ser más laxo en la política de inmigración que Sarkozy. Dejó claro que quería poner límites a la «inmigración económica». Pero desde un punto de vista más general, el presidente ha fallado en su promesa de garantizar el derecho a voto de los extranjeros. El ala más izquierdista del PS y de su coalición atraviesan tiempos difíciles por la negación de sus valores de justicia social.

l ¿Está Valls aprovechando la debilidad del Hollande?

–Los dos están jugando mutuamente. Valls está intentado ser un ministro indispensable con su línea dura. Y Hollande alterna a Valls, que representa el ala derechista, con su ministra de Justicia, Christiane Taubira, del sector más izquierdista.

*Director del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS).Preguntas elaboradas por R. Colomer