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EE UU

La familia de la ucraniana asesinada en tren en EE UU rompe su silencio y critica a las autoridades por falta de seguridad

El crimen ha reavivado las críticas por las deficiencias en la seguridad del transporte público mientras su familia exige justicia

Funeral of Ukraine's former MP Iryna Farion in Lviv MYKOLA TYSEFE

Iryna Zarutska, una joven refugiada ucraniana de 25 años, encontró la muerte de manera violenta en un vagón del South End light rail en Charlotte, Carolina del Norte. Un ataque inesperado y brutal segó la vida de una mujer que buscaba un futuro seguro lejos de la guerra, desatando una profunda conmoción y un reclamo urgente de mejoras en la seguridad del transporte público.

La familia de Zarutska, devastada por la pérdida, ha levantado su voz para exigir una investigación exhaustiva sobre los protocolos de seguridad que fallaron aquella fatídica jornada. Su dolor se mezcla con una demanda de justicia y prevención para evitar que otras víctimas sufran un destino similar.

El ataque ocurrió cuando Zarutska, una trabajadora de pizzería y estudiante de inglés, viajaba en un tren lleno. Un hombre sin hogar la atacó con un cuchillo de bolsillo, cortándole la garganta de manera brutal. El agresor, identificado como Decarlos Brown Jr., fue detenido inmediatamente y enfrenta cargos estatales y federales que podrían culminar con la pena de muerte.

La joven llegó a EE UU escapando de la invasión rusa en Ucrania

Los familiares han manifestado su dolor inconmensurable, describiendo la pérdida como "la forma más horrible" de morir. Exigen una investigación profunda sobre las deficiencias en la seguridad del transporte público, cuestionando particularmente la ausencia de vigilancia en la Lynx Blue Line.

La cronología de los hechos revela la crueldad del suceso. Zarutska, quien había escapado de la invasión rusa en Ucrania, envió un mensaje a su pareja anunciando su pronto regreso a casa. Horas después, su familia fue informada de su muerte, encontrando su teléfono en la estación de tren. Las imágenes del ataque, que circularon masivamente, muestran al agresor dejando un rastro de sangre en el vagón, mientras otros pasajeros parecían no percatarse inicialmente de la tragedia. Brown fue retenido sin derecho a fianza, y la fiscal general Pam Bondi ha manifestado su intención de buscar "la máxima pena" para el responsable.

La familia de Zarutska subraya que "esto le podría haber pasado a cualquiera" y está comprometida a evitar futuras tragedias. Su reclamo abre un debate crucial sobre la seguridad en el transporte público y los mecanismos de supervisión de las empresas contratadas para proteger a los pasajeros.