Ofensiva azerí

Mueren 200 personas durante la operación militar azerbaiyana en Nagorno Karabaj

Acuerdo de alto el fuego 24 horas después de los bombardeos del Ejército de Azerbaiyán. El Gobierno azerbaiyano quiere la reintegración pacífica del enclave separatista en su territorio

Zzz (Azerbaijan), 20/09/2023.- A still image taken from a handout video provided by the Russian Defence Ministry press-service shows Russian peacekeepers evacuating civilians at an undisclosed location in Nagorno-Karabakh, 20 September 2023. More than two thousand civilians, including 1,049 children, were evacuated from the 'most dangerous areas' of Nagorno-Karabakh, the Russian ministry said. Azerbaijan's Ministry of Defense announced on 20 September that it agreed to a proposal for a ceasef...
Las fuerzas de paz rusas evacuan a civiles de Nagorno-KarabajRUSSIAN DEFENCE MINISTRY PRESS SAgencia EFE

El estruendo provocado por los disparos y la artillería pesada azerí en la zona de Nagorno Karabaj se ha silenciado, veinticuatro horas después de comenzar, tras la rendición de las fuerzas separatistas de la región. Ese territorio, reconocido internacionalmente como perteneciente a Azerbaiyán, que ha buscado su independencia desde el final de la Unión Soviética, ha aceptado a cambio del cese de los bombardeos su desarme militar.

Una de las claves ha sido la falta de apoyo internacional, incluido el de Armenia y Rusia, que tiene desplegadas en la zona fuerzas de pacificación. Gracias a la mediación de Moscú, el acuerdo de alto el fuego entró en vigor este miércoles a las 13:00, hora local, aunque nadie sabe a ciencia cierta cuánto podría durar, visto el largo historial de guerras entre Azerbaiyán y esta zona separatista. El acuerdo firmado obliga a retirar las tropas que quedaban en la región pertenecientes a Armenia y la “disolución y desarme completo” de las fuerzas armenias locales, que entregarán todo su armamento al Ejército azerí.

El Gobierno de Ereván, que siempre ha apoyado a esta región habitada por etnias armenias, ha rechazado abrir hostilidades contra el país vecino, según palabras de su primer ministro, Nikol Pashinián, que había reconocido este territorio como parte de Azerbaiyán. Armenia ha librado guerras encarnizadas con Bakú hasta el año 2020, fecha en la que finalizó el último conflicto armado entre los dos países. El resultado del mismo obligó a Armenia a renunciar a estos territorios que habían estado bajo su control desde 1994.

Desde diciembre del año pasado, Azerbaiyán había bloqueado la única ruta hacia el enclave desde Armenia, conocida como el Corredor de Lachin. Un hecho denunciado por Ereván ante los organismos internacionales. Esa vía es la única carretera que conecta la región con el territorio de Armenia. Es una carretera de vital importancia para la llegada de suministros, los residentes en Nagorno Karabaj denunciaron los últimos meses una grave escasez de alimentos básicos y medicamentos.

Azerbaiyán acusó a los armenios de utilizar esa carretera para introducir suministros militares, algo que Armenia siempre ha negado. Según los censos locales podrían vivir actualmente 120.000 personas que se identifican como armenios. Hay voluntad de mantener este alto el fuego y para ello autoridades de Karabaj planean reunirse este jueves con representantes del Gobierno de Azerbaiyán en la ciudad de Yevlax y así intentar llegar a un acuerdo que regule “los derechos y la seguridad” de los ciudadanos armenios que viven en esos territorios, siempre dentro de la “Constitución de Azerbaiyán”.

Desde el gobierno de la región se ha aceptado a regañadientes el cese de los bombardeos para evitar elevar el número de víctimas que, según recuentos oficiales del Defensor del Pueblo de Nagorno Karabaj, ascendían a 200 muertos y unos 400 heridos, muchos de ellos civiles.

Azerbaiyán comenzó los ataques este martesjustificándolos como una “operación antiterrorista” en respuesta a la muerte de seis personas, incluidos cuatro policías, en dos explosiones de minas terrestres horas antes.

La principal zona afectada por los bombardeos ordenados por Bakú ha sido la ciudad de Karabaj, Khankendi (conocida como Stepanakert por los armenios), donde se escucharon numerosos disparos de mortero. Desde Azerbaiyán han visto cómo se había incrementado la inseguridad durante los últimos meses. El pasado mes de julio, el Ministerio de Exteriores azerbaiyano lamentaba el hecho de que Rusia, erigida como garante del alto al fuego alcanzado en 2020, no estaba haciendo cumplir el acuerdo. Un pacto que había sido promovido por el mismo Vladimir Putin y por el cual Armenia tuvo que ceder territorios a Azerbaiyán.

Por parte armenia, también se ha criticado el papel de Moscú en la defensa de sus intereses y de la alianza militar que les une, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), habiéndose producido un distanciamiento entre estos dos países. A pesar de que se siguen considerando aliados, Armenia ha acusado a Rusia de conocer previamente los planes de Azerbaiyán y no haberles avisado con la suficiente antelación.

El martes por la noche, numerosos manifestantes salieron a las calles de Armenia para protestar por lo ocurrido, concentrándose cerca de algunas representaciones rusas, en donde pidieron la salida de las tropas de Moscú de ese país y gritaron insultos en contra del presidente ruso, Vladimir Putin, y de su ministro de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov.

Este miércoles, el expresidente ruso, Dimitri Medvedev, justificaba los ataques del martes culpando a Armenia de acercarse a la OTAN. Hace algunas semanas, el Gobierno de Ereván anunció que estaba organizando unos ejercicios conjuntos con fuerzas estadounidenses, que fueron criticados por Moscú como "pasos poco amistosos".

A pesar de ello, el presidente Putin negó recientemente que Armenia hubiera roto su alianza militar con Rusia, pero declaró que fuentes gubernamentales de ese país del Cáucaso habían "reconocido esencialmente" la soberanía de Azerbaiyán sobre Nagorno Karabaj. "Si la propia Armenia ha reconocido que Karabaj forma parte de Azerbaiyán, ¿qué debemos hacer nosotros?", afirmaba Putin durante el foro económico celebrado la semana pasada en Vladivostok.