
Resaca electoral
El hundimiento socialista y otra claves para entender los resultados electorales en Portugal
El país ha girado con fuerza a la derecha. Detrás del auge de la ultraderecha y el hundimiento de la izquierda están algunos factores comunes al resto de Europa, como la inmigración o la crisis de los partidos tradicionales

La inmigración ha sido uno de los factores clave que han condicionado las elecciones legislativas del domingo en Portugal, donde el centroderecha ha ganado, los ultras han experimentado una gran subida y el Partido Socialista (PS) ha perdido 20 escaños.
Tras los comicios de ayer, la coalición conservadora Alianza Democrática (AD) del primer ministro en funciones, Luís Montenegro, tiene 89 diputados, nueve más que en la pasada legislatura; mientras que el ultraderechista Chega y el PS están empatados con 58; a falta de que se conozca el sentido del voto en el extranjero, que adjudica cuatro escaños.
Chega ha sumado ocho nuevos asientos respecto a 2024 y los socialistas se quedan con 20 menos.
El fulgurante ascenso de la ultraderecha
El director asociado de la empresa de análisis Political Intelligence, André Santos Pereira, recordó a EFE que Chega ha visto crecer gradualmente el número de sus parlamentarios desde su fundación: De 12 escaños en las elecciones de 2022, pasó a 50 en las de 2024 y ahora a 58.
"Este crecimiento acompaña una tendencia que se verifica en Europa, donde los partidos de extrema derecha han tenido un crecimiento exponencial", apuntó.
El analista destacó que en el caso de los últimos comicios en Portugal este fenómeno está "muy asociado" a "la corrupción, las dudas eventuales sobre la credibilidad del primer ministro por la polémica que tuvo por su empresa familiar y también por el tema de la migración".
Asimismo, la gestión migratoria "ha penalizado" a los partidos de izquierda y al PS, por la manera de manejar este asunto durante los Ejecutivos del primer ministro socialista António Costa (2015-2024).
Por contra, Chega ha centrado su campaña en la lucha contra la corrupción y propone medidas antiinmigración.
Los socialistas, de 120 diputados en 2022 a 58 en 2025
Tras las elecciones de ayer, el líder del PS, Pedro Nuno Santos, presentó su dimisión por el retroceso "muy significativo" de su partido, que ha pasado de 120 diputados en 2022, con Costa, a los 58 actuales.
Los motivos de esta caída: "Pienso que el Partido Socialista, al contribuir a que hubiera elecciones en un momento en que el electorado no quería elecciones y, sobre todo, en un momento en que hay una mayoría sociológica de derecha en Portugal, fue penalizado por no tener un discurso que sea coherente para sus votantes tradicionales", remarcó Santos Pereira.
En paralelo, el PS fue castigado por la situación migratoria, porque, subrayó el analista, "resulta de una política del anterior primer ministro socialista, con una llamada política de puertas abiertas en Portugal, donde aumentó mucho el número de migrantes, y esto ha tenido consecuencias en la forma en que la población se posiciones sobre este tema".
A estos factores se añaden los ocho años de Gobierno socialista de Costa, porque, tras once meses de un Ejecutivo de derecha, "no parece que la gente esté interesada en cambiar de ciclo político de nuevo".
Matemáticas parlamentarias
Ahora, le toca a Montenegro, con 89 escaños lejos de la mayoría absoluta que son 116, encontrar los apoyos suficientes para que su programa de Gobierno no sea rechazado en la unicameral Asamblea de la República y pueda ser investido.
Este proceso va a estar condicionado por el calendario y la necesidad de llegar a algún arreglo con el PS o con Chega. Por lo pronto, el presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa, ha citado para mañana por separado a los representantes de los tres partidos para llevar a cabo consultas.
Santos Pereira apuntó que el primer ministro en funciones tiene dos caminos: o bien se aproxima a Chega o al PS, y ahí va a ser clave la labor de Rebelo de Sousa pidiendo a cualquiera de los dos partidos que hallen la manera de viabilizar el programa del Gobierno.
Y es que durante casi un año Portugal no va a poder tener elecciones legislativas, porque Rebelo de Sousa termina su mandato como presidente y habrá comicios para elegir a su sustituto en enero 2026. Según la legislación, el presidente no puede disolver el Parlamento durante los seis meses anteriores al fin de su mandato.
Ademá, la nueva cámara tampoco pude ser disuelta en los seis meses siguientes a su constitución
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