Programa atómico

Irán trasladó en secreto 400 kilos de uranio altamente enriquecido antes del ataque de Estados Unidos a sus plantas nucleares

Fotografías satelitales obtenidas por Maxar Technologies muestran un convoy de al menos 16 camiones saliendo del complejo de Fordow el 19 de junio

Un equipo de la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI) examina el proceso de enriquecimiento de uranio en una planta nuclear de Natanz (Irán) hoy, lunes 20 de enero de 2014
Un equipo de la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI) examina el proceso de enriquecimiento de uranio en una planta nuclear de Natanz (Irán) hoy, lunes 20 de enero de 2014larazon

Las autoridades iraníes han reconocido que lograron trasladar en secreto casi la totalidad de su uranio altamente enriquecido a un lugar no revelado antes de que Estados Unidos lanzara su devastadora ofensiva contra sus principales instalaciones nucleares, informa de The Daily Telegraph. La operación, bautizada “Martillo de Medianoche”, tuvo lugar el sábado por la noche. Siete bombarderos furtivos B-2 despegaron desde territorio estadounidense y descargaron poderosas bombas perforantes GBU-57 sobre las instalaciones de Fordow, Natanz e Isfahán. El presidente Donald Trump declaró al día siguiente que el ataque fue un éxito “espectacular”. “Ayer tuvimos un éxito militar espectacular, le quitamos la ‘bomba’ de las manos a Irán”, escribió Trump en su red Truth Social.

Su secretario de Defensa, Pete Hegseth, fue más tajante: “Las ambiciones nucleares de Irán han sido obliteradas”. Sin embargo, imágenes satelitales recientes y fuentes de inteligencia sugieren que Irán logró trasladar buena parte de su material más sensible -incluidos 400 kg de uranio enriquecido al 60%- fuera de las instalaciones antes del bombardeo.

Fotografías satelitales obtenidas por Maxar Technologies muestran un convoy de al menos 16 camiones saliendo del complejo de Fordow el 19 de junio, tan solo dos días antes del ataque. Otros vehículos -incluidos bulldozers y convoyes de seguridad- fueron vistos en movimiento frenético dentro del sitio, según analistas de la firma de defensa TS2 Space. Una situación similar se habría registrado en Natanz e Isfahán, donde se almacenaba parte del uranio ahora supuestamente reubicado. Esto alimenta la versión iraní de que su reserva principal de uranio enriquecido fue resguardada antes del ataque.

Aunque las instalaciones fueron blanco de 14 bombas GBU-57 -cada una de 13.600 kg- y decenas de misiles Tomahawk lanzados desde un submarino estadounidense, la pregunta clave es si la operación logró neutralizar el verdadero peligro: el material nuclear. El analista israelí Ronen Solomon, citado por The Daily Telegraph, aseguró que, si bien el traslado del uranio puede ser cierto, la capacidad de Irán de enriquecerlo de nuevo dependerá de su infraestructura: “Tener el uranio sin centrifugadoras es como tener combustible sin un coche”, afirmó.

Desde Irán, el asesor del líder supremo, Ali Shamkhani, advirtió que incluso si las instalaciones han sido completamente destruidas, “el juego no ha terminado, porque los materiales enriquecidos, el conocimiento nacional y la voluntad política siguen intactos”. Según un informe del 17 de mayo del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Irán poseía 408,6 kg de uranio enriquecido al 60%, suficiente -según el Instituto de Control de Armas- para fabricar una bomba en menos de dos semanas si se enriquece al 90%.

Irán utiliza centrifugadoras avanzadas -como las IR-2m y IR-6- en cascadas para acelerar este proceso. Fordow, su instalación más fortificada, está enterrada bajo más de 500 metros de roca, diseñada para resistir ataques convencionales. Solo las GBU-57, las bombas no nucleares más poderosas del arsenal estadounidense, pueden penetrar esas defensas.

Aunque Trump afirmó en televisión que las instalaciones “fueron completamente obliteradas”, el jefe del Estado Mayor, general Dan Caine, advirtió que los análisis de daños aún están en curso: “Las evaluaciones iniciales indican daños severos, pero llevará tiempo conocer el alcance total.”

Imágenes posteriores al ataque muestran que Fordow, al menos en superficie, no presenta grandes daños estructurales visibles. Dos funcionarios israelíes indicaron al New York Times que el sitio sufrió daños serios, pero no fue completamente destruido. La Agencia Internacional de Energía Atómica reconoció que aún no es posible verificar qué ocurrió dentro del complejo subterráneo.