Escalada
Israel ataca Líbano y Gaza tras una lluvia de cohetes
Más de 44 proyectiles. El fuego cruzado entre el Ejército israelí y Hamás eleva la tensión a máximos prebélicos
Máxima tensión en Oriente Próximo después de sucederse en apenas unas horas el lanzamiento de más de tres decenas de cohetes desde Líbano y Gaza a Israel, la respuesta armada de Tel Aviv a Hamas, nuevos lanzamientos de proyectiles, más de cuarenta, del grupo islamista palestino a territorio israelí esta vez desde la Franja y la muerte de dos jóvenes israelíes tiroteadas en una carretera de Cisjordania. La escalada, que se produce en pleno Ramadán, Pésaj (la Pascua judía) y Semana Santa, retrotrae a los niveles del verano de 2006 y la ofensiva de Hizbulá desde el sur de Líbano.
Aunque la tensión va in crescendo desde hace semanas, la incursión nocturna de los agentes de las Fuerzas de Seguridad israelíes en la noche del miércoles en la mezquita Al Aqsa de Jerusalén –los disturbios se saldaron con más de 30 palestinos heridos y unos 350 detenidos fue la antesala de una rápida espiral violenta que adquiere a esta hora tintes prebélicos. En la tarde del jueves milicias palestinas lanzaban a suelo israelí desde territorio de Líbano hasta 36 cohetes –la mayor parte interceptados por las Fuerzas de Defensa-, el mayor ataque desde ese país desde 2006, además de siete desde Gaza.
La respuesta de Israel no tardaría en llegar. En la madrugada del viernes. la Fuerza Aérea israelí golpeaba a Hamás tanto en Líbano como en Gaza. Según un portavoz militar israelí, los bombardeos de represalia alcanzaron diez objetivos de la organización islamista en la Franja, que controla políticamente, y tres en el sur libanés.
Como respuesta, milicias palestinas dispararon también en la madrugada del viernes 44 cohetes más hacia Israel desde la Franja. Del total de proyectiles lanzados, informó el Ejército, nueve fueron disparos fallidos, 12 impactaron en el mar Mediterráneo y 23 alcanzaron suelo israelí. Sólo uno de ellos ocasionó daños materiales, en este caso en una vivienda de la ciudad de Sderot, limítrofe con Gaza. No se han reportado, con todo, hasta el momento víctimas mortales como consecuencia del fuego cruzado.
Israel acusó ayer a grupos palestinos de los ataques perpetrados desde Líbano y avisó de que no permitirá que Hamás “opere desde el interior” de ese país. Un portavoz militar israelí aseguró que Hizbulá está al tanto de los lanzamientos de proyectiles desde suelo libanés y consideró “responsable” al Estado libanés de “cada agresión que emane de su territorio”.
Por si fuera poco, la tensión volvió a elevarse en la mañana de ayer con la muerte en un tiroteo de dos jóvenes de apenas veinte años en el norte de Cisjordania. Según un portavoz de los servicios de emergencias israelíes, el suceso, que tuvo lugar en una carretera situada en las cercanías de la localidad de Hamra, está siendo investigada como “ataque terrorista”. Además, la madre de las fallecidas –de 45 años- resultó herida de gravedad. Las tres residían en el asentamiento judío de Efrat, cerca de Jerusalén y al sur de Belén. Aunque ningún grupo palestino ha reivindicado el ataque contra las tres mujeres, pero Hamás lo celebró como “una respuesta natural a los crímenes de la ocupación en Al Aqsa y la agresión bárbara agresión contra Líbano y la inquebrantable Gaza”. Horas antes, en la madrugada, ya se había registrado un ataque a tiros contra un soldado israelí, que sólo sufrió heridas leves.
Preocupación en Naciones Unidas
Desde Naciones Unidas se advirtió ayer de que el enfrentamiento entre Israel y Hamás corre el riesgo de “derivar en un conflicto mayor”, en palabras de la coordinadora especial de la ONU Joanna Wronecka en un tuit. “Estoy muy preocupada por la peligrosa escalada a través de la Línea Azul después del lanzamiento de numerosos cohetes desde el Líbano hacia Israel”, confesó Wronecka.
“El imperativo inmediato es contener la situación. Hago un llamamiento a todas las partes para que actúen con la máxima moderación y colaboren con la FPNUL [la Fuerza Provisional de Naciones Unidas para Líbano] para ayudar a restablecer la calma”, exigió ayer la representante de la ONU.
Con todo, los mandos militares israelíes aseguraron no pretender una escalada bélica y estar dispuestos a poner fin a la respuesta armada si Hamás detiene los ataques. No en vano, el Ejército israelí levantaba ayer provisionalmente la alerta aérea para los residentes en las comunidades del sur del país mientras negocia, con la mediación de Egipto, el fin de la última espiral violenta, según medios israelíes.
Por su parte, las autoridades libanesas anunciaron ayer la presentación de una queja ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas por el ataque israelí a su territorio, que el Gobierno del país de los cedros considera “una violación flagrante de su soberanía y de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad y una amenaza a la estabilidad que disfrutaba el sur del Líbano”, según una nota del Ministerio de Exteriores.
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