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Israel aprueba 2.500 viviendas al amparo de Washington

El domingo, Netanyahu anunció que levantará las restricciones para ampliar asentamientos en Jerusalén Este que hasta ahora había limitado por la presión internacional

Imagen de archivo de la construcción de viviendas en Ramot
Imagen de archivo de la construcción de viviendas en Ramotlarazon

El Gobierbno de Israel ha aprobado la construcción de 2500 viviendas en Cisjordania, la mayoría en colonias de los territorios palestinos ocupados

Para los palestinos, es «una abierta provocación». Para los líderes de los asentamientos judíos, una medida insuficiente. Los polos opuestos reaccionaron así a la decisión del Gobierno de Benjamin Netanyahu de aprobar la construcción de 2.500 viviendas en los territorios ocupados de Cisjordania. De ellas, 990 casas serán construidas de inmediato y el resto entran en una nueva etapa de planificación. El anuncio fue realizado por el ministro de Defensa, Avigdor Liberman, quien justificó la decisión para «responder a las necesidades de vivienda y de la rutina de la vida diaria», y agregó: «Volvemos a la vida normal en Judea y Samaria». El primer ministro tuiteó: «Construimos y seguiremos construyendo».

La medida sigue a la aprobación el pasado domingo de 566 viviendas en Jerusalén Este, que habían sido suspendidas en diciembre a petición de Netanyahu con el fin de evitar un nuevo choque con la Administración de Barack Obama. La decisión, además, está ligada a la reciente investidura de Donald Trump, conocido por su afinidad con el Gobierno de Israel. De hecho, en el pasado aseguró que quiere reconocer Jerusalén como capital israelí, un tema que estará presente en la reunión que ambos mantendrán el próximo mes en Washington.

La mayor parte de las viviendas aprobadas ayer se encuentran en los llamados «bloques de asentamientos». El término, acuñado en los tiempos del otrora primer ministro Ariel Sharon, se refiere a las zonas de mayor población judía en los territorios en disputa, que según acuerdos extraoficiales con los palestinos en el pasado, quedarían en manos de Israel en el marco de un acuerdo definitivo. A cambio de la superficie de los bloques, la idea era que los palestinos reciban una compensación territorial por parte israelí.

Pero en la situación actual, de total estancamiento y profunda desconfianza entre las partes, todo anuncio de nuevas construcciones es visto automáticamente en el lado palestino como un nuevo obstáculo en el camino hacia una eventual solución pacífica sobre el terreno. «Esto equivale a provocar a la comunidad internacional y a subestimarla», declaró Nabil Abu Rudeina, portavoz del presidente palestino, Mahmud Abas. «Condenamos esta medida, nos oponemos a ella y advertimos de que tendrá sus consecuencias porque demorará todo intento de devolver la seguridad y la estabilidad, fortaleciendo a los extremistas y al terrorismo», agregó. En la misma línea se pronunció la Unión Europea al criticar el anuncio del Gobierno israelí, porque ello aleja la posibilidad de una «solución de dos Estados». «Es lamentable que Israel siga con esta política, a pesar de la continua preocupación internacional y de las objeciones que se han planteado constantemente a todos los niveles», señaló el Servicio de Acción Exterior de la UE en un comunicado. La Casa Blanca no hizo esta vez ningún comunicado oficial al respecto.

Por su parte, el Consejo Yesha, el ente representativo de los asentamientos judíos, criticó la decisión señalando que «tras años de sequía total en la construcción, llega una decisión sumamente reducida y limitada, que no responde a las grandes necesidades de las localidades israelíes en Judea, Samaria y el Valle del Jordán». Según el comunicado, «esto es un engaño que se presenta como autorizaciones de construcción de gran envergadura mientras que en la práctica se construye ahora sólo algunos cientos y el resto va a planificación».

El líder de Hogar Judío y ministro de Economía, Naftalí Benet, afirmó que la presidencia de Trump es una oportunidad para que su país «abandone los conceptos obsoletos» de Oslo y propuso «no una Autoridad Palestina, como existe ahora, sino una Autonomía Palestina». «Por primera vez en 50 años, Israel debe determinar su propio destino. Debemos preguntarnos qué queremos: ¿soberanía israelí en área C o un Estado palestino?», dijo en un acto público donde invitó a desestimar la solución de dos Estados y a poner en práctica su ya conocido plan para la anexión de los territorios ocupados por Israel.