Asia-Pacífico
Xi Jinping recibe al expresidente Rodrigo Duterte para recuperar la influencia perdida en Filipinas
El líder chino presiona al exmandatario filipino para forzar a su sucesor, «Bongbong» Marcos, a revertir el acercamiento con EE UU
El presidente de China, Xi Jinping, ha recibido este lunes en la casa de huéspedes estatal Diaoyutai de Pekín a quien fuera presidente de Filipinas hasta junio del año pasado, Rodrigo Duterte. El polémico exdirigente, cuyo mandato estuvo marcado por el avance del autoritarismo y una implacable «guerra contra las drogas», que dejó un reguero de muertes en las calles a manos de las fuerzas de seguridad, protagonizó un viraje en materia de política exterior hacia China que ha ido perdiendo fuerza desde que tomara las riendas su sucesor, Ferdinand Marcos Jr., conocido como «Bongbong», quien ha optado por Estados Unidos como socio preferente en aguas del Pacífico.
«Espero que continúe desempeñando un papel importante en la cooperación amistosa [entre China y Filipinas]», expresó Xi en su encuentro con Duterte, según la agencia estatal de noticias Xinhua, en un momento delicado para sus relaciones bilaterales.
El expresidente filipino aterrizó en Pekín después de advertir sobre los peligros que afrontaría su país en caso de que la rivalidad entre China y Estados Unidos se descontrolara. Filipinas, dijo Duterte hacia finales de junio, podría convertirse en un «cementerio». Un pronunciamiento que se produjo solo un mes después de la visita oficial a Washington del actual mandatario, «Bongbong» Marcos.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibió en mayo en la Casa Blanca al hijo y heredero del exdictador Ferdinand Marcos, con quien firmó un ambicioso acuerdo en materia de seguridad que permitía el acceso a las fuerzas estadounidenses a cuatro bases militares adicionales en aguas del Pacífico occidental, con el objetivo manifiesto de contrarrestar la expansión de China y defender de forma más eficaz la isla de Taiwán en caso de que Pekín decidiera invadir la que considera una «provincia rebelde» bajo su soberanía.
Duterte ha cuestionado en público la decisión de Marcos, a quien apoyó en las elecciones presidenciales de mayo de 2022, entre otros motivos por compartir ticket electoral con su hija, la actual vicepresidenta Sara Duterte-Carpio, precisando que sería «bastante ingenuo» pensar que Estados Unidos no desplegaría cabezas nucleares en Filipinas.
El expresidente dice haber asegurado en repetidas ocasiones al enviado chino en su país, Huang Xilan, que Manila no mantiene ninguna disputa con Pekín. Sin embargo, las fricciones por cuestiones de soberanía en el mar de la China meridional siguen latentes. Sin embargo, Xi, consciente de la postura de Duterte, ha apostado por utilizar su influencia para recuperar terreno en el archipiélago.
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