Jordania

Jordania teme por su estabilidad ante la llegada masiva de refugiados sirios

El conflicto en Siria ha traspasado sus fronteras con la presencia de más de un millón de refugiados y la amenaza del terrorismo yihadista

Refugiados sirios en un campo en la ciudad jordana de Mafraq
Refugiados sirios en un campo en la ciudad jordana de Mafraqlarazon

Jordania afronta el desafío que supone para su sociedad, economía y seguridad el conflicto en Siria, que ha traspasado sus fronteras con la presencia de más de un millón de refugiados y la amenaza del terrorismo yihadista.

Jordania afronta el desafío que supone para su sociedad, economía y seguridad el conflicto en Siria, que ha traspasado sus fronteras con la presencia de más de un millón de refugiados y la amenaza del terrorismo yihadista.

"Una de cada cinco personas que ves por la calle no es jordana", explica a Efe Nabil al Sharif, analista político y antiguo ministro de Información jordano, desde su oficina de Ammán.

Habla de la cambiante realidad de un país que desde el inicio del conflicto en la vecina Siria, cinco años atrás, ha sufrido una transformación inesperada con la llegada de casi 1,5 millones de refugiados a través de su frontera norte, a pesar de no ser firmante de la Convención del Estatuto de los Refugiados de 1951.

Solo 640.000 están registrados oficialmente en el censo del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), de los que únicamente un 20 por ciento -fuentes vinculadas al Gobierno reducen el porcentaje hasta el 9 por ciento- vive en los campos de Marjeeb al Fahud, Cyber City, Al Azraq y fundamentalmente Zaatari, una auténtica ciudad-campo que alberga a 80.000 habitantes.

El resto busca cualquier oportunidad de trabajo con que ganarse una nueva vida.

"Cargamos con una gran responsabilidad por tener este gran número de refugiados sirios. Y si esta gente no es acogida aquí, les encontraréis llamando a las puertas de Europa", pronostica Al Sharif al recordar que se trata de un país con escasos recursos naturales que adolecía de problemas económicos antes de la crisis y donde el paro, que ronda el 15 por ciento, va en aumento.

Insiste en que la comunidad internacional debe comprometerse económicamente a que Jordania, que según sus estimaciones invierte un 20 por ciento de su presupuesto en gestionar la crisis de los refugiados, pueda mantener la provisión de servicios y desarrollar oportunidades laborales.

Explica que el Gobierno sostenía un discurso de oportunidades sobre la integración siria que se ha desmoronado porque la sociedad empieza a resentirse ante la mano de obra barata, la saturación del sistema educativo y la llegada de valores diferentes a un entorno muy conservador.

"Por supuesto, tener un 25 por ciento extra de la población va a ser una amenaza a la estabilidad", dice a un grupo de periodistas ante el Parlamento jordano el diputado Adnan Sawair.

Asimismo, la organización de defensa de derechos humanos Amnistía Internacional alertó ayer de la falta de acceso de los refugiados a los servicios médicos y respaldó que, si todo el mundo aportara más fondos, Jordania podría mejorar su asistencia.

Pero a la delicada realidad social y económica se añade la espinosa cuestión de la seguridad.

Según datos publicados por la Universidad de Ammán, las autoridades han percibido una creciente tendencia conservadora y un 5 por ciento de los más de ocho millones y medio de jordanos apoya o muestra simpatía por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).