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La industria de las armas, un gran negocio dentro de una economía estancada

La Razón
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Pistolas, escopetas, revólveres, rifles. Armas. Son un gran negocio en Estados Unidos. Tanto que a pesar de ser el país que más las produce, también es uno de los grandes importadores.

Según datos del Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, en 2011 en Estados Unidos se fabricaron 6,54 millones de pistolas, revólveres, rifles y otras armas de fuego. Además, se compraron a terceros países 3,25 millones de unidades.

Esta industria contribuye a la economía estadounidense con más de 24.000 millones de euros y genera de forma directa o indirecta 220.000 puestos de trabajo, según la Fundación Nacional de Deportes de Tiro (NSSF, por sus siglas en inglés). Más del doble que el gigante General Motors, considerado por los políticos, al menos en sus discursos, uno de los pilares de la economía estadounidense. Sólo en el estado de Idaho, las armas generan 373 millones de euros. Incluso bromean con las leyes sobre el control de las mismas. Su gobernador, el republicano Butch Otter, admite que «son una pieza muy importante en nuestra economía. Para nosotros el control de armas significa utilizar las dos manos. La industria armamentística no necesita tener miedo de Idaho». Este estado alberga una de las empresas de armas más importantes, ATK Sporting; además, se ha beneficiado de las estrictas leyes que limitan su uso en otros estados vecinos. El número de personas empleadas por esta industria creció en Estados Unidos en un 10% entre 2008 y 2010, según la NSSF. Mientras, el resto de la economía estadounidense pareció encogerse, víctima de la crisis económica. El valor económico de la industria de las armas de fuego también crece. De 13.981 millones de euros en 2008, subió a 21.000 en 2010, y batió todos los récords el año pasado con 24.000 millones de euros. El Gobierno también gana. Las autoridades federales y estatales ingresan en impuestos 3.641 millones de euros. Los 37,4 millones de cazadores y pescadores de Estados Unidos gastaron en 2011 65.500 millones de euros en equipamiento, botes o pistolas para practicar este deporte. En Estados Unidos, el 47% de los ciudadanos tiene un arma en su hogar o en una propiedad privada.

Y el interés por la caza y los deportes de tiro no hace más que aumentar entre las jóvenes generaciones, según afirma la NSSF. Y también entre las mujeres norteamericanas. Por ello, se han empezado a ver en las ferias de armas rifles y pistolas de color rosa.