Espionaje

Los aliados apoyan al Gobierno de May

La Razón
La RazónLa Razón

El Gobierno británico consiguió ayer el apoyo internacional que buscaba en la crisis diplomática que atraviesa con Rusia, la peor de los últimos 30 años, a raíz del envenenamiento del ex espía Sergei Skripal y su hija.

Donald Trump, Angela Merkel y Emmanuel Macron se sumaron ayer a Theresa May para condenar enérgicamente el intento de asesinato con un gas nervioso asegurando que el episodio que tuvo lugar el pasado 4 de marzo en la localidad inglesa de Salisbury constituía “un asalto a la soberanía del Reino Unido”. Aquel domingo el ex espía, de 66 años, y su hija Yulia, de 33, fueron encontrados inconscientes en un banco cercano a una céntrica plaza. Al cierre de esta edición, continuaban luchando por su vida.

En un comunicado conjunto poco habitual, publicado por Downing Street, los mandatarios aceptaban la versión británica de los hechos –que culpa directamente a Moscú- sobre un acontecimiento que aseguran constituye “la primera utilización ofensiva de un agente nervioso en Europa desde la Segunda Guerra Mundial”, y que “amenaza la seguridad de todos”.

En la declaración, los cuatro líderes exigen a Rusia que esclarezca las cuestiones relacionadas con la agresión y el programa de producción de la sustancia utilizada para intentar matar a las víctimas.

“El Reino Unido ha informado en profundidad a sus aliados de que es altamente probable que Rusia estuviera detrás del ataque”, reza el comunicado. “Compartimos la evaluación británica de que no hay otra explicación plausible alternativa, y señalamos que la incapacidad de Rusia de responder a la legítima petición del Gobierno británico subraya aún más su responsabilidad”, añade.

Los líderes internacionales exigen a Moscú que “responda a todas las preguntas sobre el ataque”, y que “proporcione información completa sobre el programa Novichok a la Organización sobre la Prohibición de Armas Químicas”. “Nuestra preocupación es aún mayor en el contexto de un patrón previo de comportamiento irresponsable por parte de Rusia. Pedimos a Rusia que esté a la altura de sus responsabilidades como miembro del Consejo General de la ONU de defender la paz y la seguridad internacional”, concluye el texto.

El tono inequívoco del comunicado complació enormemente al Ejecutivo de May, que había pasado los últimos días persuadiendo a sus aliados, especialmente a Francia, donde el portavoz de Macron advirtió el miércoles al Reino Unido contra la “política de la fantasía”.

En una línea muy diferente, Macron aseguró ayer que anunciará medidas “en los próximos días” en respuesta al caso y explicó que los servicios franceses han colaborado con los ingleses en la investigación y “confirman” la tesis británica.

Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dejó claro que el ataque con un agente químico “tiene que tener consecuencias” porque es “inaceptable”. Asimismo, aseguró que el “Reino Unido no está solo” y la Alianza está lista para prestarle apoyo. En este sentido, al ser preguntado por si estaría justificado invocar el artículo 5 -la cláusula de defensa colectiva- señaló que nadie había realizado de momento la petición.

Las investigaciones sobre el ataque continúan y ayer la Policía acordonó la casa del agente Nick Bailey, quien se encuentra hospitalizado tras haber sido una de las primeras personas en asistir a las víctimas en el lugar de los hechos. Las autoridades sellaron su casa en el pueblo de Alderholt, a 20 minutos en coche de Salisbury, y comenzaron a examinar también su vehículo en medio de la creciente preocupación de que pudiera haber llevado hasta allí rastros del veneno.

May se trasladó ayer a Salisbury para agradecer a los servicios de emergencia su "dura"labor frente a un ataque que calificó de "descarado"y "despreciable". Acompañada del inspector jefe del cuerpo policial de Wiltshire, Kier Pritchard, y del diputado conservador por la circunscripción, John Glen, May fue departiendo con diferentes responsables de los servicios de emergencia, con ciudadanos de esa turística localidad -famosa por su catedral medieval- y comerciantes del lugar, que temen que el incidente pueda afectar a sus negocios. En una breve declaración ante los medios, la líder conservadora reiteró que Londres considera que Rusia es “culpable” de lo sucedido.

El ministro de Defensa, Gavin Williamson, anunció ayer una inversión de 48 millones de libras (54 millones de euros) para la construcción de un nuevo centro de defensa de armas químicas que servirá como apoyo al Laboratorio de Ciencia y Tecnología de Defensa de Porton Down, en el condado inglés de Wilthsire, centro de investigación militar que identificó la sustancia con la que Skripal y su hija fueron envenenados.

“Si dudábamos de la amenaza que supone Rusia para nuestros ciudadanos, sólo tenemos que ver el imprudente ataque de Salisbury", señaló Williamson, que espetó a ese país que debería "irse y callarse". Según el ministro, Rusia es "capaz de mucho más"y puso como ejemplo "su implicación en la guerra de Siria", así como sus "intentos"de interferir en las políticas de otras naciones.

Williamson advirtió de que el Reino Unido ha llegado a un "importante momento"de su historia, en el que se plantea una encrucijada en la que la nación debe decidir si "sentarse"y dejar que los acontecimientos le "sobrepasen"o "dar un paso adelante". Preguntado sobre si opina que el Reino Unido y Rusia están entrando en una nueva "Guerra Fría", el ministro indicó que "hay que asumir que las relaciones no son buenas ahora mismo"."Rusia ha tomado una deliberada decisión política al atacar al Reino Unido", matizó.

El Gobierno anunció el miércoles la expulsión de 23 diplomáticos rusos ante la actitud "de completo desprecio"de Rusia frente a la agresión. Como parte de la respuesta británica a este episodio, el ministro de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, aseguró ayer que la Policía podría actuar también contra millonarios rusos asentados en el Reino Unido que deben su fortuna a sus vínculos con el presidente Vladímir Putin. (fin).