Buenos Aires
«Los cubanos no nos creemos nada después de 56 años de engaños»
Si en las calles de La Habana la noticia del acercamiento entre Cuba y EE UU se vivió con cierta apatía, en la colonia del exilio cubano en Florida, el acontecimiento no dejó indiferente a casi nadie. «Mis ojos son un caudal de lágrimas repletas de esperanza. Qué día para la historia entre Estados Unidos y Cuba», dijo L. Bustamente a este periódico, quien, como muchos otros cubanos en Florida cree que el exilio que salió de la isla en los años ochenta y noventa «no es lo que mucha gente refleja». A su juicio, Miami «no es ya la ciudad de la intransigencia; es cierto que hay un grupo de odiadores que hacen mucho ruido y que ahora harán más porque está en peligro la plata que reciben del Gobierno Federal de Estados Unidos». Para otros, a partir de ahora «el pueblo de allí va a conocer a la gente de aquí, y los de allá van a conocer este país más ampliamente, y van a darse cuenta de cuál es la diferencia entre la tiranía y la libertad», reconoció un exiliado en la pequeña Habana, en Miami, en un testimonio recogido por Euronews. La agencia Afp habló con Raúl Hernández, un cubano de 60 años que vive en Miami desde hace 35 y que aún tiene dos hermanos en la isla. Hernández piensa que el relajamiento de las sanciones podría incrementar el turismo y ayudar a la economía cubana. Menos complacientes se mostraron ayer los familiares y allegados de las víctimas del ataque cubano contra la flotilla de «Hermanos al Rescate» en 1996, que criticaron la puesta en libertad de los tres espías por parte de EE UU a cambio de la liberación del estadounidense Alan Gross por Cuba. Para este colectivo, la decisión del presidente de su país es «una burla» a sus seres queridos. Los hechos ocurrieron el 24 de febrero de 1996 cuando dos avionetas de esa organización dedicada al rescate de balseros cubanos fueron impactadas por misiles disparados por cazas MIG cubanos en espacio aéreo internacional. Murieron Mario Manuel de la Peña, Carlos Acosta, Armando Alejandre y Pablo Morales, pilotos de la organización «Hermanos al Rescate», fallecidos en un ataque en el que se implicó a los espías cubanos que se infiltraron entre los exiliados cubanos de Miami y que ahora han sido liberados por Estados Unidos.
«Los cubanos no nos creemos nada después de 56 años de engaños»
G. G. Maestro/Á. Sastre
Madrid / Buenos Aires ¿Cómo está viviendo Cuba la noticia histórica sobre el acercamiento entre dos países enfrentados durante 53 años? Las reacciones de los cubanos contactados por LA RAZÓN van desde el escepticismo hasta la alegría contenida pasando por una buena dosis de cautela. Los medios de comunicación oficiales exhibieron durante todo el día un tono triunfalista. La Habana no ha hecho concesiones a Estados Unidos y, en cambio, el Gobierno ha «rescatado» a los tres espías que estaban encarcelados en suelo norteamericano.
En frente se sitúa la disidencia política, que en líneas generales ha adoptado una visión crítica. «Sin libertades y respeto a los derechos humanos no habrá un cambio verdadero en la isla», aseguró por teléfono José Daniel Ferrer, secretario de la Unión Patriótica de Cuba, quien añadió que en las calles de La Habana no se vivió un ambiente de fiesta. «El régimen ha sacado a gente joven a la calle, como hace siempre en estos casos, pero la realidad es que no hay una manifestaciones de alegría», afirmó a LA RAZÓN Roberto de Jesús Guerra, fundador y director de la agencia cubana Hablemos Press. En cambio, el periodista Iroel Sánchez manifestó que hubo «emociones muy intensas por el regreso a Cuba de los tres cubanos que en nuestro país son considerados héroes por protegernos de actos terroristas gestados en Estados Unidos». Sobre el acercamiento entre ambos países, añadió que «ha sido recibido con optimismo, como una victoria de la resistencia frente a las agresiones de Estados Unidos y con la esperanza de que podamos al fin tener una relación respetuosa».
Las opiniones en Cuba están divididas. «La sociedad civil lo ve como un paso más hacia la apertura y como un escenario en el que van a poder mejorar sus condiciones económicas», señaló el periodista Jorge Olivera, que formó parte de los condenados en los juicios sumarísimos que llevaron a la cárcel a 75 disidentes en la primavera de 2003. «Entre Cuba y Estados Unidos hay unos vínculos muy fuertes. Dos millones de cubanos viven en Norteamérica», dijo Olivera, quien añadió que las perspectivas comerciales pueden beneficiar al llamado sector privado cubano, particulares con licencia de trabajo para operar por su cuenta.
El también periodista Roberto de Jesús Guerra hizo una pequeña encuesta entre cubanos de su zona: «Hablé con una veintena de personas para pedirles su opinión sobre la normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, y lo que me encontré es que la gente no tiene muchas expectativas. Son ya 56 años de engaños por parte del Gobierno cubano. La gente está más preocupada por dónde puede conseguir comida que por la política». Yoandri Montoya, activista de la localidad de Bayamo de 34 años, afirmó que «al 70% de la población le da lo mismo» y que «los jóvenes no creen en los Castro ni en Estados Unidos. El entusiasmo existe entre el régimen y no entre la gente de la calle. El cubano de a pie, el trabajador, está totalmente decepcionado».
El diario oficial «Granma» tituló así su primera noticia en la web: «De cuando le creció el corazón a la Patria», en referencia a la liberación de los tres prisioneros cubanos por parte de EE UU. El periódico abría con una foto en la que se podía ver al presidente Raúl Castro con su uniforme de batalla junto a los tres espías de vuelta a casa, a los que les dijo: «Orgulloso de ustedes por la resistencia que mostraron por el valor y el ejemplo que representa eso para todo nuestro pueblo».
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