Política

Alemania

Los socialdemócratas alemanes aparcan su crisis interna hasta octubre

Una troika dirigirá el partido hasta la celebración de un congreso extraordinario en octubre

El líder del SPD Thorsten Schäfer-Gümbel, y las jefas del Gobierno de Mecklenburgo-Antepomerania, Manuela Schwesig, y de Renania-Palatinado, Malu Dreyer/EFE
El líder del SPD Thorsten Schäfer-Gümbel, y las jefas del Gobierno de Mecklenburgo-Antepomerania, Manuela Schwesig, y de Renania-Palatinado, Malu Dreyer/EFElarazon

Lo único certero que arroja la dimisión Andrea Nahles como líder del Partido Socialdemocrata (SPD) es un sinfín de interrogantes que empujan de nuevo hasta la incertidumbre al futuro político alemán. Una evidencia que no puedo ser paliada con la designación ayer por parte de la cúpula del partido de una troika formada Manuela Schwesig y Malu Dreyer, líderes de los estados de Mecklemburgo-Pomerania Occidental y Renania-Palatinado, respectivamente, y Thorsten Schäfer-Gümbel, que dirige el SPD en Hesse, para asumir de manera interina la presidencia de los socialdemócratas hasta que el partido elija a un nuevo líder.

Tras el anuncio, Schäfer-Gümbel informó que el próximo día 24 la cúpula se reunirá para debatir sobre la futura estructura del partido, el procedimiento para elegir a su nueva presidencia y apuntó a la posibilidad de que ésta sea bicéfala. Será entonces cuando la ejecutiva del partido marque una posible fecha para el próximo congreso del partido que, tendrá lugar entrado ya octubre, y en el que entre otros puntos figurará el de haber balance de la gran coalición, antes de alcanzar la mitad de la legislatura.

Los tres presidentes interinos, que decidieron por unanimidad y por su condición de vicepresidentes del partido asumir esa tarea, aseguraron asimismo que queda descartada para ellos presentar su candidatura a la jefatura del partido tras esta fase de transición.

No obstante, y como prueba de la inestabilidad política que vive nuevamente el país, la prensa alemana destacó, por encima de esta designación, los distintos escenarios a los que se enfrenta Alemania tras la renuncia de Nahles. El primero supone la continuidad de la Gran Coalición hasta el final de la legislatura, en 2021. Una opción que sería la preferida de Angela Merkel y de su sucesora, la líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), Annegret Kramp-Karrenbauer.

A favor de esta posibilidad está la manutención de la estabilidad gubernamental. Lejos de la debacle electoral, el trabajo del gobierno ha sido hasta el momento tildado de objetivo y respetuoso y en la agenda todavía hay varios proyectos que el SPD quiere implementar. Otra alternativa sería continuar con la Gran Coalición hasta el otoño o a la espera de ver el resultado de los comicios que se llevarán a cabo a principios de septiembre en los estados Sajonia y Brandeburgo.

En otro orden de posibilidades, y si el SPD saliera de la Gran Coalición, se baraja una nueva alianza con liberales y verdes, la misma cuya creación no llegó a consumarse después de los comicios de 2017 tras la retirada de los primeros. Una opción que tiene al tiempo como principal enemigo. En el ecuador de la actual legislatura, optar por esta alianza implicaría volver a negociar un nuevo acuerdo de coalición, a lo que seguiría la formación de gobierno y el nombramiento de nuevos ministros.

Tareas que previsiblemente se solaparían con la campaña electoral de las próximas generales. Con lo cual, las quinielas tampoco descartan la posibilidad de un gobierno en minoría, aunque con dos vertientes: sin cambio de canciller o buscando un relevo a Merkel. Aunque la historia alemana da cuenta de gobiernos minoritarios, estos solo fueron por cortos periodos de transición y, en cualquier caso, obligaría al grupo conservador a idear una nueva táctica para persuadir a los otros grupos y así mantener el ciclo gubernamental.

Por otro lado, un gobierno en minoría con cambio de canciller callaría las voces de aquellos que opinan que el tiempo de Merkel ha finalizado. Kramp-Karrenbauer ocuparía su lugar lo cual, a ojos de algunos analistas, sería un problema para el partido ya que, a pesar de llegar meses en el liderazgo, su popularidad sigue lejos de la de Merkel.

La última alternativa pasa por convocar elecciones anticipadas. Ni conservadores ni socialdemócratas desean nuevos comicios, tras haber caído a mínimos en las generales de 2017 y descendido aún más en las europeas del pasado 26 de mayo. Además se da por hecho que esta posibilidad fortalecería al partido ultraderechista Alternativa para Alemania. Desde el bloque conservador se insiste en la voluntad de mantener en pie la gran coalición, por “sentido de responsabilidad”, hacia el país y hacia Europa, según ratificó ayer la líder de la CDU, Kramp-Karrenbauer.