Los «tories» endurecen su discurso para frenar al UKIP

Nigel Farage es muy consciente de que es persona non grata en cualquier celebración del Partido Conservador. Sin embargo, en un claro acto de provocación, se plantó ayer en Manchester, donde los «tories» celebran su congreso anual, para pedir sin tapujos que aquellos que quieren un «Reino Unido independiente» deben «olvidar su lealtad» a David Cameron y «aprovechar la oportunidad de las europeas de 2014 para dar su voto al UKIP».

En los últimos meses, el líder del Partido Independiente de Reino Unido (UKIP) se ha convertido en la peor amenaza para la formación que dirige el «premier». Sus propuestas para poner freno a la inmigración y sacar al país de la Unión Europa ganan cada día más adeptos en el voto de la derecha y los «tories», con la mirada puesta ya en las elecciones generales de 2015, empiezan a estar preocupados.

A Farage se le negó la entrada en el edificio donde tiene lugar el congreso, pero los fotógrafos siguieron muy de cerca sus pasos por las conferencias celebradas en las inmediaciones organizadas por diferentes «think tanks», a las que acudió como invitado. Desde primera hora de la mañana, había dejado claras sus intenciones con un artículo en el rotativo «The Times», en el que, aunque descartaba por completo trabajar con Cameron en una coalición de Gobierno, no decía que no a un posible pacto a «nivel local» con los «tories» más euroescépticos en determinadas circunscripciones de cara a los próximos comicios generales. «Si es la mejor manera de servir al pueblo, estoy abierto a negociar», recalcaba.

La propuesta fue rechazada rápidamente por los altos cargos del Partido Conservador, pero entre sus filas hay destacados diputados, como Peter Bone y Jacob ReesMogg, que no lo consideran una idea descabellada. La división de opiniones amenaza con hacer sombra al congreso anual.

En este sentido, el alcalde de Londres, el conservador Boris Johnson, advirtió anoche de que el UKIP podría incluso costarle la reelección a Cameron en 2015 si se divide el voto de centro derecha, lo que convertiriía a Ed Miliband en el nuevo inquilino de Downing Street. «No les votéis, no penséis ni siquiera en ello porque si lo hacéis veremos este país sonámbulo en un nuevo Gobierno laborista», recalcó.

En el último año, el Ejecutivo ha radicalizado su discurso eurófobo y ha presentado varias medidas para el control de la inmigración para así ganar posiciones con respecto al que se ha convertido en su enemigo más peligroso. De hecho, la ministra británica del Interior, Theresa May, anunció ayer que los «tories» incluirán en su programa de las generales la promesa de eliminar la Ley británica de Derechos Humanos. Y recordó que sigue abierta la posibilidad de que Reino Unido abandone directamente la Convención Europea de Derechos Humanos «si es lo que hace falta para arreglar nuestras leyes» en este terreno.

La responsable del «Home Office» aseguró que en el proyecto de ley de Inmigración que está preparando, se reducirán de 17 a cuatro los motivos por los que una persona puede recurrir su deportación, para así, según la ministra, reducir el abuso del artículo 8 de la Convención europea de los derechos humanos, que protege el derecho a la vida privada y familiar. May adelantó que, al rebajar la base jurídica, los recursos de este tipo de sospechosos se reducirán a la mitad de los actuales 70.000 al año.

Más recortes del estado del bienestar

El Partido Conservador británico seguirá ahorrando con recortes en el Estado del Bienestar y el gasto público incluso si logra eliminar el déficit presupuestario, lo que, según su plan actual, debería ocurrir en 2018, afirmó ayer el ministro de Economía, George Osborne. El «número dos» del Gobierno de David Cameron prometió que, de ganar las elecciones generales en 2015, se propondría generar un superávit en el presupuesto, a fin de reducir eventualmente la deuda neta acumulada. Por otra parte, el «Chancellor of the Exchequer» anunció que quiere imponer, a partir de 2014, duras medidas para las personas que llevan varios años en el desempleo, como la recogida de basura en las calles o la atención a los ancianos, si quieren seguir recibiendo el subsidio.