Los más de 1.100 acusados por el asalto al Capitolio

Como era de esperar, Donald Trump ha sido el acusado por el asalto al Capitolio que más cobertura mediática ha recibido, pero no es el único que enfrenta cargos por los disturbios. El Departamento de Justicia lleva investigando los hechos desde que ocurrieron y hasta el mes de julio los fiscales ya habían acusado a cerca de 1.100 personas más en relación con el ataque al corazón de la democracia estadounidense. La cifra podría aumentar a 1.000 más durante los próximos meses.

De los actuales acusados, hay más de 350 que enfrentan cargos por agredir a agentes de policía, incluyendo 110 que utilizaron un arma de fuego. Alrededor de 310 se enfrentan un delito de obstrucción en un procedimiento oficial, y más de 100 manifestantes se han sentado hasta ahora ante un juez y enfrentan al menos uno o dos delitos. Además, hay cerca de 330 inculpados que no se han librado de pasar por prisión. Una de las figuras más destacadas es el fundador ultraderechista del grupo paramilitar Oath Keepers, Stewart Rhodes, que enfrenta 18 años de prisión. A el see suma también el líder del grupo Proud Boys, Enrique Tarrio, empresario y político conservador estadounidense que será sentenciado este verano.

La lectura de cargos que enfrenta Trump ha sido a cuenta de la jueza de la corte federal del Distrito de Columbia, Moxila Upadhyaya, pero quien enjuiciará el caso del expresidente es la jueza de distrito de EE UU Tanya Chutkan, de 61 años, nacida en Kingston (Jamaica). Fue nominada al cargo en 2014 por el expresidente demócrata Barack Obama en una votación en el Senado sin ningún tipo de dudas (ganó con 95-0 votos) y ha sido destacada por su dureza contra todos los acusados por el asalto al Capitolio. De momento ha sentenciado a por lo menos 38 acusados con penas que van desde los 10 días a más de 5 años en prisión. Es una de las pocas magistradas que ha igualado o incluso superado la mayoría de las peticiones y recomendaciones de castigo que le pedía la Fiscalía en estos casos.

Chutkan estudió Económicas en la Universidad de George Washington, y obtuvo también la carrera de Derecho por la Universidad de Pensilvania. Antes de convertirse en jueza, estuvo trabajando 12 años en un bufete de abogados privado, Boies Schiller Flexner LLP, donde acabó convirtiéndose en socia y especializándose en litigios y defensa criminal de delitos de cuello blanco (los cometidos por empresarios con alto poder adquisitivo en busca de enriquecimiento financiero). Muchos coinciden que este bagaje previo le ha dado las tablas suficientes para llevar a buen puerto y de manera justa la causa de Trump.

No es la primera vez que Chutkan se enfrenta al expresidente. En 2019, la jueza bloqueó temporalmente los planes del entonces mandatario de reanudar las ejecuciones federales, lo que evitó la muerte de 4 convictos en Indiana. También frenó los intentos del exmandatario de acabar con una regla de la época de Obama que exigía a las grandes empresas que informaran de los pagos que realizaban a empleados por raza y género. En noviembre del 2021, la magistrada le denegó a Trump la petición de bloquear la entrega de documentos al comité de la Cámara de Representantes estadounidense que investigaba los disturbios del 6 de enero rechazando la teoría del exmandatario de que podía tener ¨privilegios ejecutivos¨.

En su fallo la jueza señaló que ¨los presidentes no son reyes y el demandante no es presidente¨. La elección de la magistrada puede preocupar al equipo legal de Trump, por la dureza de sus sentencias y los previos encuentros legales que ha tenido con temas que involucran al expresidente, pero Chutkan tampoco está tranquila. El miércoles le confesó a un abogado de otro caso judicial que ¨no había dormido desde que le asignaron el caso de Trump¨, a lo que el letrado le respondió, ¨por favor, cuídate¨.