Asalto al Capitolio
«Lo más grave habría sido que Trump fuera acusado de sedición»
El exfiscal del Departamento de Justicia de EE UU, Mark Rasch, cree que la incidencia de la nueva acusación en el electorado es nula: «Sus detractores no le votarán pase lo que pase, y sus partidarios le apoyarán pase lo que pase»
Donald Trump recibió en la noche del martes el mayor varapalo de su carrera política. Un varapalo que, sin embargo, apenas puede tener efectos negativos en su campaña para volver a instalarse en la Casa Blanca. El Departamento de Justicia oficializaba la acusación contra el expresidente por los cargos de conspiración para defraudar a Estados Unidos, conspiración contra los derechos de los ciudadanos, obstrucción de un procedimiento oficial y conspiración para obstruir un procedimiento oficial. Cuatro presuntos delitos recogidos en 45 páginas que habrían sido cometidos por el magnate y seis miembros de su círculo más próximo, a los que la acusación no menciona, para subvertir el resultado de las elecciones presidenciales de noviembre 2020, en las que salió derrotado contra el candidato demócrata, Joe Biden.
Los abogados de Trump se reunieron días previos a la acusación con varios funcionarios de la oficina del fiscal especial Jack Smith. ¿Por qué? ¿Qué crees que discutieron en esa reunión?
No es anómalo que en casos de alto perfil la defensa y la Fiscalía tengan una discusión «previa a la acusación». Suele ser el último esfuerzo de la defensa para convencer a la acusación de que el caso no puede presentarse, cuando los hechos o la ley no apoyan la acusación, o de que no debe presentarse, cuando el orden público u otros motivos la desaconsejan. Llegados a este punto, la defensa tiene una idea bastante clara de la naturaleza de los cargos contemplados por el fiscal especial: dónde tiene intención de presentar cargos –finalmente en Washington– y las pruebas que tiene intención de presentar. Es inusual en los procesos penales saber tanto sobre el caso antes de que se presente. Es probable que los abogados de Trump intentaran convencer a los fiscales de que no presenten cargos, o de que no presenten determinados cargos, o con respecto al calendario de los cargos.
Trump ya se enfrenta a otras tres causas abiertas. ¿En qué proceso es más probable que sea condenado? ¿Y cuál es más grave, en términos jurídicos?
Quizá lo más grave, jurídica y políticamente, sería que Trump fuera acusado personalmente en el caso del 6 de enero de «sedición» o «conspiración sediciosa» en virtud del artículo 1505 del Título 18 del Código de los Estados Unidos, por los que podría ser multado o condenado como mínimo a 20 años de cárcel, o ambas cosas. Esto estaría relacionado con el hecho de que emplazara a sus partidarios a impedir la participación en las elecciones. Ambos casos son graves porque afectan al corazón del proceso electoral y de la democracia.
Es probable que las fechas de los respectivos juicios coincidan con las primarias del Partido Republicano y la campaña electoral para las presidenciales. ¿Podría alguno de los casos tumbar su candidatura?
Siempre es posible. Pero, de todos modos, mucho de esto ya está «incorporado» en la forma en que la gente evalúa la candidatura de Trump. De hecho, aprendemos poco sobre el expresidente que no supiéramos ya. De sus oponentes del Partido Republicano, solo los exfiscales Chris Christie y Asa Hutchinson hacen de esto un problema, y al electorado no parece importarle. En resumen, sus detractores no le votarán pase lo que pase, y sus partidarios le apoyarán pase lo que pase. Y hay muy poca gente en el medio.
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