Elecciones en Francia

Matthew Kaminski: «La batalla por Europa»

La Razón
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Nominado a un premio Pulitzer en 2015, ganó el premio «Overseas Press Club» ese mismo año por su cobertura del conflicto en Ucrania. Matthew Kaminski, director del medio “Politico” en Europam, ha recibido a La Razón en Madrid, donde ha participado en la iniciativa «conversaciones con» de la Universidad de Navarra.

-¿Después de los resultados electorales en Francia y Países Bajos, ya se está diciendo que el populismo retrocede y que las fuerzas pro europeas están en alza. ¿Está de acuerdo?

-Esto está en el corazón de a dónde va Europa. Ha habido algunos golpes duros para el “establishment” europeo, sobre todo el Brexit. Hemos tenido unos cuantos sustos como en las presidenciales de Austria. En Austria habrá unas elecciones parlamentarias antes de octubre de 2018 y el ultraderechista Partido de la Libertad puede acabar gobernando. Entonces dirán que los populistas están de vuelta. Pero al menos, con las derrotas de Wilders y Le Pen, Europa puede respirar tranquila durante unos meses.

-¿Qué está en el corazón del fenómeno populista?

-Hay dos procesos en marcha. Uno es la crisis económica comenzada en 2007 que dio alas a populistas de izquierda como Podemos y Syriza en el sur, y grupos de extrema derecha como el Frente Nacional o UKIP. Europa está mejor en el plano económico últimamente y eso calmará los ánimos. Pero a largo plazo hay fenómenos más importantes. Uno es la transformación económica sin precedentes, en parte por la automatización. Si tienes las habilidades necesarias y una buena educación, te irá bien. Pero si no tienes esas cosas, te va a sustituir un robot y te quedarás sin trabajo. Habrá muchos trabajos que desaparecerán. Mucha gente acabará sin trabajo y enfadada, lo cual dará gasolina al populismo. Lo otro es que estamos viendo una ruptura en la política. Antiguamente los partidos tradicionales tenían un monopolio sobre los periódicos en las ciudades. Antes, en la política sin dinero y sin acceso a los medios no tenías nada que hacer. Ahora ya no es así. Trump no gastó mucho dinero. Tuvo acceso constante a los medios gratuitamente. Pudo evitar la manera tradicional de usar los medios creando sus propias plataformas comunicativas con la gente y aun así fue capaz de enseñarse a sí mismo como un presidente creíble. Macron es otro ejemplo perfecto. Es un insurgente absoluto, más incluso que Le Pen. En Francia, por primera vez, la izquierda y derecha tradicionales se han quedado ambas fuera de la segunda ronda.

-En Reino Unido ya bromean con su característico humor inglés que Macron será muy duro en las negociaciones del Brexit. ¿Siendo un fuerte integracionista europeo, cómo cree que afrontará el nuevo presidente francés las negociaciones?

-No creo que la victoria de Macron cambie mucho las cosas. Si hubiesen ganado Le Pen o Mélenchon sería distinto, ya que desestabilizarían Europa. Pero parece que los 27 han conseguido una posición conjunta sobre el acuerdo que quieren, lo cual es un éxito en sí mismo. Seguramente habrá países que intentarán empujar su agenda en temas particulares, pero por ahora están manteniendo un frente unido firme. La causa europea es demasiado importante y vulnerable para que estemos peleándonos por pequeñas cuestiones. No creo que actores individuales vayan a tener un efecto muy importante. De todas formas, Macron tiene sus propias preocupaciones. En primer lugar, necesita ganar las legislativas dentro de unas semanas. Por otro lado, tiene por delante la tarea de llevar a cabo difíciles reformas económicas en su propio país.

-Parece que Theresa May está cada vez más abierta a la opción de aceptar un Brexit duro. ¿Cree que esto es una apariencia para tener una mano negociadora más fuerte, o realmente están dispuestos los británicos a establecer una rígida frontera entre Reino Unido y el resto de Europa si no consiguen lo que quieren?

-Creo que en su mundo ideal, May querría el mejor acuerdo posible que no la mate políticamente. Pero está presionada por la poderosa facción dentro de su propio partido favorable a un Brexit duro. Estos “tories” no aceptarán ciertas cosas, como que el tribunal de Justicia de la UE tenga algo que decir dentro de Reino Unido, lo cual complicará las negociaciones. También tiene que lidiar con diferentes intereses y posiciones en su partido y país. Philip Hammond, su ministro de Economía, aboga por hacer más concesiones. La “City” londinense también necesita flexibilidad. Y luego tiene a los escoceses protestando por la salida de Europa y pidiendo otro referéndum de independencia.