Reino Unido

May propone crear un comité para controlar los abusos

Acorralada por el escándalo sexual de Westminster que afecta a su círculo íntimo, la primera ministra británica propone la creación de un organismo independiente que investigue los casos

La primera ministra británica, Theresa May, pronuncia un discurso durante el congreso anual de la Confederación de la Industria Británica (CBI) en Londres (Reino Unido), hoy
La primera ministra británica, Theresa May, pronuncia un discurso durante el congreso anual de la Confederación de la Industria Británica (CBI) en Londres (Reino Unido), hoylarazon

Acorralada por el escándalo sexual de Westminster que afecta a su círculo íntimo, la primera ministra británica propone la creación de un organismo independiente que investigue los casos.

La «premier» Theresa May se comprometió ayer a combatir «el abuso de poder» en la vida pública, con la introducción de una nueva normativa parlamentaria contra el acoso sexual, que incluye un código de conducta y un nuevo «procedimiento de agravios independiente», para que no sean los partidos, como ocurre en la actualidad, los que tramiten las quejas de abuso de sus trabajadores. Asimismo, también se revisarán las reglas sobre el consumo de alcohol en los bares del Parlamento británico.

La líder «tory» consensuó estas medidas con los responsables de las formaciones con representación en la Cámara de los Comunes con los que se reunió ayer para abordar el gran escándalo sexual en el que está envuelto Westminster. Decenas de diputados de todos los partidos han sido acusados de llevar a cabo comportamientos inadecuados en los últimos años. Y, en este sentido, la polémica más grave de la historia reciente del Parlamento británico no ha hecho otra cosa que agravar la crisis política de May, quien no levanta cabeza desde que el pasado mes de junio perdiera la mayoría absoluta en las generales que ella misma adelantó para obtener un mandato claro que le permitiera negociar con fuerza la salida del bloque europeo.

Para hacer frente al problema, el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, también en el punto de mira por varios casos que afectan a su grupo, propuso formar a los diputados en estándares de empleo y gestión de sus oficinas parlamentarias. En este sentido, planteó que la formación de los políticos se haga después de las elecciones generales y también sugirió que se establezca una autoridad encargada de facilitar apoyo al personal parlamentario víctima de abusos o malos tratos. Asimismo, el veterano político agregó que todos los partidos deberían animar a su personal a unirse a un sindicato, pues les facilitaría la manera de protegerles de acoso sexual o abusos en el puesto de trabajo.

Después de la dimisión la semana pasada de Michael Fallon como ministro de Defensa, Theresa May decidió reunir a políticos de la oposición para buscar la manera de responder a esta crisis y tomar medidas para impedir que estos presuntos acosos vuelvan a repetirse.

El último afectado por esta polémica es el «número dos» del Ejecutivo, Damian Green, que ayer calificó de «falsas» las denuncias publicadas en los medios de que la Policía encontró pornografía en su ordenador cuando fue investigado por otro motivo en el año 2008. En concreto, el entonces subcomisario de la Policía Metropolitana de Londres (MET, por sus siglas en inglés), Bob Quick, fue quien halló la pornografía cuando atendía un caso de supuestas filtraciones desde la cartera de Interior, según los medios. Green es uno de los cuatro diputados «tories» que están siendo ahora investigados por el comité disciplinario del partido después de las acusaciones sobre su dudosa conducta. Pero los problemas para May no acaban ahí. Otra joven ha denunciado haber sido violada por una persona que trabaja para un parlamentario conservador. La supuesta víctima explicó ayer a la cadena británica BBC que denunció los hechos ante la Policía y el Parlamento, pero las autoridades conservadoras de Westminster no hicieron nada al respecto. Estas acusaciones de inacción u ocultamiento consciente de los abusos afectarían directamente a Gavin Williamson. El joven diputado de 41 años, convertido ahora en ministro de Defensa, era antes el responsable de guardar la disciplina de voto en los «tories», pero ayer negó tener información al respecto de este caso.

Por su parte, los laboristas han suspendido al diputado Kelvin Hopkins después de que una activista del partido, Eva Etemadzadeh, asegurara haber realizado la denuncia hace dos años por abusos que él niega. La joven asegura que le causó sorpresa saber que en su día el diputado fue promocionado al «gabinete en la sombra» del partido de oposición a pesar de que había sido denunciado por conducta inapropiada. «Me quedé conmocionada al saber que le promocionaron después. Estoy desilusionada con el partido, no sólo por no hacer nada, sino por promocionarle después», asegura.

Asimismo, el Partido Laborista también investiga las denuncias de otra activista, Bex Bailey, que afirma que un miembro de esa formación la persuadió para que no denunciara una supuesta violación que sufrió en un evento organizado por el propio partido en 2011 bajo el argumento de que podría dañar su carrera política, si es que quería tener futuro en la agrupación. Por otra parte, Mark McDonald, miembro del Gobierno independentista escocés, dimitió tras reconocer que en el pasado llevó a cabo comportamientos inadecuados.