Crisis migratoria en Europa

Alemania recibirá este año 300.000 refugiados

Polonia, Hungría y República Checa dan la espalda a la política europea de Merkel

Angela Merkel durante la entrevista en la televisión pública ARD
Angela Merkel durante la entrevista en la televisión pública ARDlarazon

Polonia, Hungría y República Checa dan la espalda a la política europea de Merkel.

La política migratoria de Angela Merkel sigue siendo un obstáculo para lograr el consenso europeo. La canciller encontró una firme oposición en algunos países del este durante una ambiciosa maratón diplomática en la que se reunió con 15 líderes y visitó cuatro países para reforzar la UE tras el Brexit. El rechazo de República Checa o Polonia evidencia la falta de apoyos en el bloque que está cosechando la canciller debido a su política de refugiados.

Los esfuerzos de Merkel frente al Grupo de Visegrado (Hungría, Polonia, Eslovenia y República Checa) no han sido suficientes para convencer a sus líderes. Comenzando por el primer ministro húngaro, el ultraconservador Viktor Orban, que aseguró sin florituras que utilizaría un «robusto sistema de defensa» en su frontera con Serbia para impedir la entrada de más refugiados a su país. También el primer ministro checo, Bohuslav Sobotka, rechazó «aprobar ningún sistema que fije cuotas obligatorias para el reparto de los refugiados», según afirmó tras su reunión en Praga con la mandataria alemana, quien no había visitado el país desde 2013.

Merkel se topó en Praga con un gélido recibimiento, inusual en República Checa. Las manifestaciones que pedían su retirada del Gobierno, las pancartas que amenazaban con un «Czexit» (salida checa de la UE) e incluso los carteles que mostraban el bigote de Adolf Hitler sobre el rostro de la canciller compusieron un escenario nuevo para Merkel en el país en el que, hace sólo un año, contaba con un 70% de las voces a favor. Ahora, sólo el 18% de los ciudadanos checos asegura seguir confiando en ella. «Tenemos opiniones diferentes sobre el reparto de refugiados», reconoció Merkel al finalizar su gira. A dos semanas de la Cumbre de Bratislava, la cuestión se muestra irresoluble.

Mientras la influyente líder europea batalla por su proyecto migratorio, miles de refugiados siguen intentando cruzar las fronteras alemanas. El director de la Oficina de Migración y Refugiados, Frank-Jürgen Weise, estimó ayer en 300.000 las entradas esperadas en 2016. Si bien la cifra representa menos de un tercio del total de los refugiados acogidos el año pasado, Weise reconoció que aún son 530.000 las solicitudes pendientes de examen y que parece improbable que puedan resolverse antes del final de año. «Si llegan más de 300.000 personas, nos encontraremos seriamente bajo presión», reconoció.

Si algo ha dejado claro la ofensiva diplomática que llevó la jefa del Ejecutivo alemán es que el este se resiste a aceptar su liderazgo, aunque éste también presenta evidentes signos de debilidad en su propio país. Uno de cada dos alemanes ya no desea que Merkel se presente a un cuarto mandato en 2017. Frente al 42% que sigue a su lado, el 50% manifiesta haber dejado de creer en ella. Merkel, en el poder desde 2005, no revelará hasta primavera si volverá a presentarse. Pese a que tenía previsto anunciarlo en 2016, la crisis migratoria y los primeros atentados yihadistas en Alemania le han llevado a posponer la decisión.

Mientras, el vicecanciller, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, estimó que Merkel había «subestimado el desafío de integración de los refugiados llegados a Alemania». «Siempre dije que era inconcebible que nuestro país pudiera acoger a un millón de personas anualmente», añadió.