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Un millón de voces contra Maduro

Exhibición de fuerza de la oposición venezolana en la «Gran toma de Caracas», la mayor marcha organizada en el país, pese al cerco puesto por el chavismo en los accesos. La manifestación discurrió sin apenas incidentes pese a las provocaciones de los seguidores del presidente, que sólo pudo reunir a unos miles de personas en un acto paralelo

Una de las calles de Caracas tomadas ayer por los opositores tras la marcha convocada por los partidos de la Mesa de la Unidad Democrática
Una de las calles de Caracas tomadas ayer por los opositores tras la marcha convocada por los partidos de la Mesa de la Unidad Democráticalarazon

Exhibición de fuerza de la oposición venezolana en la «Gran toma de Caracas», la mayor marcha organizada en el país, pese al cerco puesto por el chavismo en los accesos

Caracas amaneció radiante con su Ávila de fondo y las calles vestidas de amarillo, azul y rojo. Miles y miles de personas se sumaron a la convocatoria que hiciera la Mesa de la Unidad Democrática un mes atrás para hacer posible la «Gran toma de Caracas». Había un sentimiento común: la exigencia de que se haga este mismo año un referéndum revocatorio que saque a Nicolás Maduro del poder con votos. No fue fácil. El Gobierno impuso bloqueos desde la madrugada para evitar que quienes se movilizaron desde todos los rincones del país pudiesen entrar en Caracas. Retuvieron a decenas de personas en controles, los gobernadores chavistas cerraron los túneles y la Guardia Nacional Bolivariana arremetió con gases lacrimógenos en la carretera Panamericana. Pero eso no impidió que la gente saltara los obstáculos, continuara su rumbo y llegara a pie a los siete puntos de concentración.

Bandera en mano, gorra para protegerse del sol y zapatos de goma para resistir la caminata, Betty Casique salió muy temprano con su esposo y su suegra. Relató a LA RAZÓN que su principal motivación para marchar era por un cambio político en Venezuela. «Mis dos hijos se fueron del país por la inseguridad; a uno de ellos lo secuestraron una vez. Uno está en Australia y otro en Estados Unidos. Nosotros somos personas mayores y no conseguimos las medicinas que necesitamos, las colas por comida son insoportables y cada vez que la oposición haga un llamado, allí nos tendrán». Ramón Márquez era chavista, no es madurista, y se unió a la «Gran toma de Caracas» aunque sin identificarse con ningún partido. «Lo único bueno que ha hecho Nicolás Maduro es unir a la gente que está molesta, la que sabe que esta crisis es inaguantable. Acabó con el legado del comandante», agregó.

Codo a codo, en la vía, los diputados de la MUD; Lilian Tintori, la esposa de Leopoldo López; la dirigente María Corina Machado y el gobernador del estado de Miranda Henrique Capriles Radonski caminaron con la gente. Los manifestantes coreaban todo tipo de consignas como «Y va a caer, y va a caer, este Gobierno va a caer» y «Yo vine porque quise, a mí no me pagaron». Según cálculos de los promotores, se movilizaron cerca de un millón de personas.

Los indígenas que caminaron 763 kilómetros desde Amazonas a Caracas, así como el grupo de discapacitados que recorrieron varios estados en sillas de ruedas, se sumaron a la movilización en Chacao y a su paso la gente aplaudió especialmente el gesto de valentía de luchar por el revocatorio.

A las 12 del mediodía, hora local, los opositores entonaron el himno de Venezuela, el «Gloria al bravo pueblo». Muchos lloraban, otros aplaudían de emoción, las señoras más religiosas rezaban encomendando el futuro del país a los santos de su devoción. Debían esperar dos cosas: que pasaran las ocho horas de movilización en las calles de Caracas, que se cumplían a las dos de la tarde y que se leyera el pronunciamiento de la MUD en el que le exigen al Consejo Nacional Electoral que entregue la fecha de recogida del 20% de firmas que se requieren para activar el revocatorio.

«Lo que ocurrió no tiene precedentes en la historia de Venezuela. Hoy es el inicio de la etapa definitiva de esta lucha y todos los venezolanos ejerceremos nuestro derecho a la protesta pacífica. Anunciamos la agenda inmediata de lucha: el próximo 7 de septiembre iremos a la sede del Consejo Nacional Electoral ratificando nuestra demanda para que se tome el 20% y el 14 de septiembre tomaremos todas las capitales del país», señaló Jesús «Chúo» Torrealba, secretario Ejecutivo de la MUD.

Tras los llamamientos de los líderes opositores, para no caer en la provocación de los violentos del chavismo, la jornada transcurrió sin violencia la mayor parte del tiempo, aunque hubo pequeñas escaramuzas entre los «motorizados» del oficialismo y opositores mientras marchaban. Varios autobuses fueron detenidos cerca de la ciudad, otros apedreados. A la altura de Las Mercedes, la GNB (Guardia Nacional) arrojó bombas lacrimógenas para evitar que un grupo de personas se desviara y tomara también la autopista. En la Avenida Libertador sonaron algunos disparos, aunque no hubo heridos.

Al término de la manifestación un grupo de personas se enfrentó con piedras y botellas a los cuerpos de seguridad en Las Mercedes, la Avenida Libertador y Chacaito. Al cierre de esta edición había al menos tres detenidos por alteración del orden público. Los opositores replicaron que los radicales eran infiltrados por el Gobierno que buscaban escenarios violentos.

Mientras, en su contramarcha, el chavismo trató de llenar el mayor corredor vial de la capital, la avenida Bolívar. No lo lograron. El partido de Maduro instaló ocho tarimas pequeñas a lo largo de la Avenida Bolívar y una principal, en la que horas después hablaría Nicolás Maduro. Pequeñas figuras inflables del fallecido presidente Chávez se movían al ritmo del viento, con música folclórica de fondo.

De un lado de la tarima principal, formaba la Milicia Bolivariana. Los hombres y mujeres de beige y bajo el inclemente sol gritaban de cuando en cuando el «Unidad, lucha, batalla y victoria» que identifica a esa agrupación militar.

Ya entrada la tarde, se subió el presidente Nicolás Maduro para dar su discurso. Insistió en los intentos de golpe de Estado que viene denunciando su Gobierno desde hace días. «Yo voy con la mano de hierro que me dio Chávez. Estoy dispuesto a todo para defender la patria y su soberanía. Que nadie se equivoque. Estamos tras la pista de quienes pagaron para masacrar al pueblo», finalizó.

Monedero les llama «golpistas»

El cofundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, volvió ayer a situarse del lado del chavismo con motivo de la marcha denominada la «Toma de Caracas» al tachar de golpistas a los manifestantes que participaban en ella para pedir el revocatorio contra Maduro: «El Plan Cóndor ahora es de colores: golpe en Brasil, marcha golpista en Venezuela, asonada en Bolivia, presión en Cuba, (...)», dijo Monedero por Twitter. En la misma línea, Izquierda Unida junto al Movimiento de Solidaridad con la Revolución Bolivariana, convocó una concentración el próximo 13 de septiembre en la Puerta del Sol, para apoyar al Gobierno de Venezuela y en contra de las supuestas «agresiones exteriores» que sufre el país.