Francia

Poca repercusión en la jornada de protesta contra la reforma laboral de Macron

Uno de los focos de atención son las autopistas, donde los camioneros que se quejan de las implicaciones de la reforma bloqueaban esta mañana algunos puntos estratégicos de la red vial francesa

El presidente francés, Emmanuel Macron, ayer en el Consejo de Seguridad de la ONU
El presidente francés, Emmanuel Macron, ayer en el Consejo de Seguridad de la ONUlarazon

Los llamamientos a la huelga por parte de los sindicatos que se oponen a la reforma laboral del presidente francés, Emmanuel Macron, están teniendo poco efecto en la actividad esta mañana, con algunas excepciones en el transporte urbano de algunas ciudades (no en París) y en los ferrocarriles.

Los llamamientos a la huelga por parte de los sindicatos que se oponen a la reforma laboral del presidente francés, Emmanuel Macron, están teniendo poco efecto en la actividad esta mañana, con algunas excepciones en el transporte urbano de algunas ciudades (no en París) y en los ferrocarriles.

Los sindicatos liderados por la Confederación General del Trabajo (CGT) organizan hoy una segunda jornada de protesta, que prevé unas 200 manifestaciones en todo el país, en la víspera de la aprobación por el Gobierno de los decretos ley de esa reforma laboral.

La Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF) ha dicho que garantizará la circulación del 95 % de sus trenes y la totalidad de los trenes de alta velocidad (TGV).

Se prevé que las anulaciones se concentren en los trenes convencionales de largo recorrido (funcionan el 80 %), en los regionales (el 84 % con carácter general, pero el 50-60 % en ciertas regiones) y en algunas líneas de cercanías de la capital francesa (donde se espera la cancelación de hasta dos tercios de los servicios).

Otro de los focos de atención son las autopistas, donde los camioneros que se quejan de las implicaciones de la reforma bloqueaban esta mañana algunos puntos estratégicos de la red vial francesa, como en Bethune (norte).

Además, los periódicos no salieron hoy a los quioscos por un paro de los trabajadores de las imprentas.

Para la CGT y para los otros sindicatos que participan en la movilización -como Solidarios, la Federación Sindical Unitaria (FSU) o la Unef, de estudiantes-, los decretos ley del Ejecutivo presentan una amenaza de «dumping social» y restringen las posibilidades de acción de las centrales en el interior de las empresas.

Macron, que en el programa electoral que le llevó a la victoria en las presidenciales de mayo había hecho de la reforma del mercado de trabajo una de sus prioridades, dijo este martes que «la democracia no es la calle», en referencia a la jornada de protestas de hoy.

En la anterior, el pasado día 12, salieron a la calle 223.000 manifestantes, según la policía, y 500.000, según la CGT.

Tras la adopción de los decretos ley en Consejo de ministros mañana, el sábado es el movimiento de la izquierda radical, la Francia Insumisa, la que ha convocado una manifestación en París para exigir la retirada de la reforma.

Y desde el próximo domingo por la noche, algunos sindicatos de camioneros han avisado de que bloquearán depósitos de carburantes.

El secretario general de la CGT, Philippe Martínez, «tendió la mano» a los líderes de los dos grandes sindicatos -la Confederación Francesa Democrática de Trabajadores (CFDT) y Fuerza Obrera (FO)- para que se sumen a las movilizaciones, algo que ya no hicieron el pasado día 12, y destacó que ninguna central considera que la reforma laboral «va por el buen camino».

«Creo que tenemos que unirnos rápidamente para contemplar formas de movilización unitaria», afirmó Martínez, y añadió que «cuando el mundo sindical, cuando los asalariados están divididos, en general siempre es la patronal la que gana».

En una entrevista al canal LCI, Martínez negó que hubiera «una guerra de egos» endre él y el líder de la Francia Insumisa, Mélenchon, que decidió la manifestación del sábado próximo, al margen de la protesta sindical.

«No hay competición con Mélenchon», aseguró después de haber minimizado esa cuestión haciendo hincapié en que «hay un verdadero peligro para los ciudadanos franceses, eso es importante para nosotros». EFECOM