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El nuevo 'centinela del mar' chino: el Liaowang-1 rastrea cohetes, ICBM y satélites militares en tiempo real

La Marina del gigante asiático integra su poder naval con su ambición espacial gracias al imponente Liaowang-1, una plataforma flotante clave en la vigilancia de satélites y misiles

El nuevo gigante del mar chino: el Liaowang-1 rastrea cohetes, ICBM y satélites militares en tiempo real
El nuevo 'centinela del mar' chino: el Liaowang-1 rastrea cohetes, ICBM y satélites militares en tiempo realAgencia AP

El reciente despliegue del Liaowang-1, el más nuevo y avanzado buque de rastreo espacial de la Marina china, marca un punto de inflexión en las capacidades estratégicas del país asiático.

Con esta incorporación, China da un paso adelante en su objetivo de combinar la proyección marítima con el dominio del espacio, consolidando su posición como potencia global en ambos frentes.

Diseñado para supervisar en tiempo real satélites, cohetes y misiles, el Liaowang-1 sustituye progresivamente a los veteranos buques de la clase Yuan Wang, que operan desde 1977. Este nuevo modelo no solo representa una mejora técnica, sino un salto cualitativo en términos de capacidad de seguimiento, alcance y permanencia operativa.

Tecnología y tamaño: las claves del Liaowang-1

Con un desplazamiento estimado de más de 30.000 toneladas, el Liaowang-1 es notablemente más grande que su predecesor más cercano, el Yuan Wang 7, de 21.000 toneladas. Mide 224 metros de eslora y 32 de manga, lo que le proporciona gran estabilidad y autonomía operativa en altamar, incluso en condiciones adversas.

Este coloso está equipado con un sistema de radar y antenas parabólicas de gran ganancia, optimizadas para misiones complejas de seguimiento orbital y telemetría. Su diseño, descrito por analistas como “impresionante aunque poco estilizado”, prioriza la funcionalidad sobre la estética, al estilo de otras plataformas tecnológicas chinas como los buques de vigilancia Dongjian.

Liaowang-1
Liaowang-1Agencia AP

Funciones estratégicas en la nueva carrera espacial

El Liaowang-1 actúa como una estación de seguimiento móvil, capaz de desplazarse a puntos estratégicos del océano para monitorear lanzamientos espaciales, trayectorias de misiles intercontinentales (ICBM) y órbitas de satélites militares. A diferencia de las estaciones terrestres, limitadas por la curvatura de la Tierra, estos buques pueden ofrecer cobertura global en tiempo real.

Esto lo convierte en un activo fundamental para el seguimiento del sistema de navegación Beidou, las misiones tripuladas como la Shenzhou 11, o incluso operaciones de guerra espacial y antisatélite (ASAT), un campo en el que China ya ha demostrado capacidades avanzadas.

Además, su capacidad de vigilar lanzamientos extranjeros y movimientos navales de países rivales, especialmente de Estados Unidos y sus aliados, lo sitúa como una pieza clave en el tablero geopolítico del Indo-Pacífico y más allá.

Autonomía estratégica y proyección global

Más allá de su rol técnico, el despliegue del Liaowang-1 refleja una voluntad clara de proyectar poder más allá de las fronteras tradicionales de China. Su operación en aguas internacionales, con cobertura casi total del planeta, pone de manifiesto la ambición china de consolidarse como una potencia marítima, espacial y tecnológica.

Esta capacidad móvil reduce los puntos ciegos en la red de seguimiento china y permite una respuesta rápida a eventos estratégicos o misiones espaciales, fortaleciendo la conexión entre el Ejército Popular de Liberación (EPL) y su creciente red de satélites militares y de comunicaciones seguras.

Barco chino de última generación.
Barco chino de última generación.Agencia AP

Un desafío directo al dominio occidental

Para las potencias occidentales, especialmente Estados Unidos, el Liaowang-1 representa un nuevo nivel de desafío operativo y tecnológico. Su presencia en alta mar añade complejidad a las estrategias de defensa y seguimiento espacial de Occidente, que ahora deben considerar una flota naval china con capacidad de rastreo espacial global.

Este despliegue no solo simboliza el avance tecnológico chino, sino también su intención de disputar el liderazgo en los dominios estratégicos del siglo XXI: el espacio y los océanos. Así, el Liaowang-1 no es simplemente un buque, sino un símbolo flotante del nuevo paradigma geoestratégico global.