Política

Nueva York

Obama nos vigila

El FBI ha recopilado datos de las empresas como Facebook o Apple durante siete años

Obama, hoy, en un acto en San José, en California
Obama, hoy, en un acto en San José, en Californialarazon

El presidente Barack Obama repitió prácticamente las mismas palabras con las que su antecesor, George W. Bush, justificó en 2004 los programas de vigilancia a los ciudadanos en aras de la seguridad nacional. Entonces, EE UU vivía en pleno auge de la guerra contra el terror, término acuñado por el líder republicano tras los ataques a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001. Ayer, la conmoción pública tenía su origen en el espionaje practicado por el FBI gracias a un programa de acceso a los servidores de los gigantes de internet. Desde San José (California), poco antes de reunirse con el presidente chino, Xi Jinping, Obama ofreció las primeras explicaciones.

Antes de ver a los periodistas, sabía perfectamente cuáles serían las preguntas y que nadie iba a ajustarse al guión del día trazado por la Casa Blanca sobre la reforma sanitaria. «Nadie está escuchando vuestras llamadas privadas. Este programa no tiene esa finalidad. (...). No se puede tener cien por cien seguridad, cien por cien privacidad y cero inconvenientes. Tenemos que tomar ciertas decisiones como sociedad», apuntó el presidente sin expresar ningún tipo de remordimiento ni cuestionar las posibles violaciones del derecho a la privacidad. «Hemos aumentado las salvaguardas. Pero mi determinación y la de mi equipo ha sido la de ayudar a evitar ataques terroristas. Y merece la pena si sólo se consiguen los números de teléfono y la duración de las llamadas sin ningún nombre y sin mirar el contenido de las mismas», continuó el presidente.

También aprovechó para criticar las filtraciones de los programas clasificados al periódico británico «The Guardian» y al estadounidense «The Washington Post», los rotativos que han revelado que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) y el FBI han recogido datos de los servidores de nueve compañías de internet en EE UU. De esta forma, se han apropiado de correos electrónicos, vídeos y fotografías, entre otros, que han permitido a los analistas seguir los movimientos de diferentes personas. Entre estas empresas se encontrarían Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, PalTalke, AOL, Skype, YouTube y Apple. Sin embargo, algunas de las compañías citadas habrían negado ser parte de este programa, cuyo nombre en código es PRISM.

La filtración se produce un día después de que se haya divulgado que la compañía telefónica Verizon compartió con el Gobierno los registros de las llamadas de millones de sus clientes. Este sistema estaría amparado por la llamada Ley Patriótica («Patriot Act»), aprobada durante la Administración Bush, aunque exige que haya una orden judicial previa para que Verizon entregue de forma diaria a la NSA la información de todas las llamadas alojadas en sus sistemas.

El programa PRISM arrancó en 2007 durante la Administración Bush, cuyas controvertidas políticas antiterroristas han continuado con el presidente demócrata. Obama mantuvo en el Pentágono durante los primeros tiempos de su mandato al secretario de Defensa de Bush, Robert Gates, y amplió el programa de «drones» (lanzamiento de misiles desde aviones no tripulados) en la frontera entre Pakistán y Afganistán para cazar a terroristas. Esta aplicación recuerda a las iniciativas controvertidas de Bush de supervisión y vigilancia sin órdenes judiciales que se utilizaron tras el 11-S. Pero como muchas de las iniciativas de Bush, PRISM ha crecido durante la presidencia de Barack Obama. Todo a pesar de que cuando era candidato a la Casa Blanca en 2008, el entonces senador de Illinois criticó estas prácticas y pidió transparencia. Pero a juzgar por las últimas filtraciones Obama estaría siguiendo la estela de su antecesor. Esta actitud ha llevado a congresistas y asociaciones de protección de las libertades civiles a poner el grito en el cielo y arremeter contra Obama por extralimitarse en labores de espionaje. «Va más allá de un mundo orwelliano», ilustró en la CNN el subdirector de asuntos legales de la Unión de Libertades Civiles (ACLU), Jameel Jaffer. También el senador independiente Angus King, que habitualmente se alinea con los demócratas, dijo ayer que es necesario que «el pueblo tenga una idea general» de en qué consisten estos programas de espionaje.

Este último episodio de espionaje se une al rosario de escándalos que están salpicando la agenda de Obama en su último mandato. Entre otros, el control al que fueron sometidos periodistas de la agencia Associated Press; la dudosa actuación de la Agencia Tributaria respecto a miembros del Tea Party y otros partidos críticos con los republicanos; y la polémica actuación de la Secretaría de Estado tras el atentado contra la Embajada norteamericana en Bengasi (Libia).

Reino Unido también usa el programa PRISM

Reino Unido ha recopilado en secreto información privada de las mayores empresas de internet en una operación encubierta dirigida por la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA), según reveló ayer el diario británico «The Guardian». El centro de escuchas y decodificación de los servicios secretos en Cheltenham, más conocido como GCHQ, tuvo acceso desde al menos junio de 2010 al llamado sistema de vigilancia Prism. Con este programa, el GCHQ sortearía el proceso legal que se requiere oficialmente para obtener material personal de las compañías de internet cuya sede está fuera de Reino Unido.