"Se olvidaron de quitarle la cadena": habla la mujer del fallecido succionado por una máquina de resonancia magnética

Un devastador incidente sacudió la comunidad de Long Island cuando Karim McAllister, un hombre de 61 años, perdió trágicamente la vida en un centro médico durante un procedimiento de resonancia magnética el 15 de julio cuando el hombre ingresó a una sala de exploración para ayudar a su esposa Adrienne, lo que desencadenó un suceso que terminaría de forma inesperada.

El Departamento de Policía del Condado de Nassau reveló detalles escalofriantes sobre cómo un colgante metálico que portaba McAllister provocó su fatal desenlace, cuando la intensa fuerza magnética del resonador lo atrajo violentamente hacia el aparato.

Se revelaron los detalles del accidente

Los primeros relatos apuntaban a que Adrienne, quien estaba siendo examinada, había solicitado la ayuda de su esposo, quien al escuchar sus gritos, habría ingresado en la sala, aparentemente ignorando las advertencias de seguridad establecidas para estas zonas de diagnóstico. Sin embargo, la mujer ha desmentido esta versión posteriormente afirmando que, si bien ella sí solicitó la ayuda de esposo, fue el técnico quien le indicó a Karim que ingresara, pero olvidó recordarle que debía retirar la cadena que llevaba puesta.

Al ingresar a la sala, la potencia del campo magnético atrapó instantáneamente a McAllister, generando momentos de pánico absoluto, en los que la mujera insistía: "¿Podrías apagar la máquina, llamar al 911?", entre sollozos mientras intentaban liberar a su esposo. Pero, a pesar de los desesperados esfuerzos, McAllister sufrió múltiples infartos que culminaron con su muerte menos de 24 horas después del trágico suceso, dejando a su familia completamente devastada.

A pesar de no ser el único incidente que se haya registrado de este tipo, ha reavivado un intenso debate sobre los protocolos de seguridad en centros de diagnóstico, pues las resonancias magnéticas utilizan campos magnéticos extremadamente potentes que pueden convertir objetos metálicos en proyectiles mortales.

La familia rechaza las acusaciones de imprudencia, señalando que el técnico ya conocía previamente el colgante de Karim y nunca advirtió sobre los posibles riesgos. Su hija incluso inició una campaña para recaudar fondos para cubrir los gastos derivados de esta pérdida irreparable.