
América Latina
Petro se desmorona con un gobierno colombiano en crisis
La crisis tiene como protagonista al nuevo jefe de Despacho Presidencial, Armando Benedetti, un veterano político incómodo y muy cuestionado
El gobierno de Gustavo Petro atraviesa una crisis profunda. Hacia la ciudadanía colombiana, se muestran las grietas de un gabinete conformado por una alianza de izquierda. Adentro, las peleas son más duras y los funcionarios se han convertido en enemigos internos. La estabilidad gubernamental ahora se debate en el terreno político, apenas días después de tambalearse en materia económica por el impasse con Donald Trump a propósito de las condiciones de deportación para colombianos migrantes.
En el Consejo de Ministros televisado de esta semana, el primero de este tipo en el país, Gustavo Petro quiso conjurar una rebelión política interna de al menos ocho ministros tras el nombramiento del exembajador Armando Benedetti como jefe de gabinete y de Laura Sarabia como canciller.
Sobre ellos llovieron críticas, desde la vicepresidenta Francia Márquez hasta la ministra de ambiente Susana Muhamad. “Me duele que en este Gobierno, que yo ayudé a elegir, no hay transparencia en muchas acciones y hay muchos casos de corrupción”, dijo la primera antes de decir que Sarabia la ha irrespetado a pesar de su investidura.
En esas y otras voces se repetía una idea: el proyecto de izquierdas que los convocó al gobierno se está desviando. También se notó que el trabajo entre despachos no es tan coordinado como se esperaría, con ministros acusando mentiras en afirmaciones de otros.
La respuesta de Petro fue defender a los dos señalados. De Benedetti incluso dijo que lo correcto era darle una segunda oportunidad, sin mencionar directamente los escándalos por consumo de sustancias y denuncias de supuestos manejos irregulares en la campaña.
Pero en el camino, el presidente también dejó en claro que muchas de sus indicaciones no son escuchadas por ministros, que el proyecto de cambio no avanza, que su gabinete ha abandonado la senda "revolucionaria" y se ha acercado a las mieles de la burguesía. Todo ello a partir de un informe elaborado por Benedetti sobre la efectividad del gobierno en el cumplimiento de metas planteadas. La conclusión fue demoledora: en dos años -mitad del periodo- se ha cumplido 15% de las promesas hechas "al pueblo". Petro regañó al gabinete por el incumplimiento de 146 compromisos de los 195 totales.
Todavía no se han producido renuncias de ministros ni otros altos funcionarios, pero podrían ocurrir. En Bogotá se comentan las discusiones que ocurren en las entrañas del Pacto Histórico (la alianza más izquierdista que apoya a Petro) para lidiar no solo con los problemas de coordinación internos sino con el efecto de haber mostrado al país esta discusión, en vivo y directo.
Por si fuera poco, la Corte Suprema de Justicia decidió este jueves acusar formalmente a Armando Benedetti por el supuesto delito de tráfico de influencias, por su presunta participación en un entramado corrupto. Es el primer caso que pasará irá a juicio, de los siete que cursan en su contra ante esa instancia y que siguen en etapas previas.
Por su parte, Benedetti acusó ante fiscalía a Augusto Rodríguez por los delitos de injuria y calumnia agravados y abuso de autoridad, debido a que el director de la Unidad Nacional de Protección dio a entender que el ahora jefe de gabinete tuvo vínculos con un zar del contrabando durante la pasada
campaña presidencial. Lo dijo durante el consejo de ministros televisado, y en presencia del señalado. Rodríguez también ha sido considerado como hombre de extrema confianza de Gustavo Petro.
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