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Aranceles

Los problemas de los agricultores en EE UU ponen a prueba su fidelidad a Donald Trump

Los precios inestables, los mercados perdidos y el aumento de costos generan incertidumbre en el sector agrícola estadounidense

Los aranceles a China han afectado gravemente al gremio CHRISTOPHE PETIT TESSONEFE

La guerra comercial impulsada por Donald Trump ha dejado al campo estadounidense en una encrucijada. Lo que para el expresidente es una herramienta de presión frente a potencias como China, para muchos agricultores se ha convertido en una amenaza directa a su sustento, con precios inestables, mercados perdidos y una creciente sensación de incertidumbre.

En abril, Trump declaró lo que llamó el “Día de la liberación”, imponiendo aranceles a gran parte del mundo, incluido uno del 145% a China. Pekín respondió con un arancel de represalia del 125% a los productos agrícolas estadounidenses, un golpe directo a los granjeros del Medio Oeste, muchos de los cuales dependen de la exportación de soja al país asiático.

La incertidumbre es otro factor que pesa sobre los agricultores. Los aranceles han fluctuado desde su introducción, lo que ha dificultado planificar la producción. A ello se suma el aumento del costo de fertilizantes y equipos agrícolas, en parte por disputas comerciales con Canadá. Según el exsenador Jon Tester, agricultor de tercera generación, “los jóvenes que empiezan en el campo, sin ahorros suficientes, van a quebrar, y si esto continúa, muchos como yo también”, declaró para la BBC.

Las tensiones han tenido un fuerte impacto emocional. La Asociación Nacional de Salud Rural recuerda que los agricultores ya tienen tasas de suicidio tres veces superiores a la media. Su presidente advirtió en una carta a la Casa Blanca que los productores de soya están “al borde de un abismo comercial y financiero”.

Aun así, muchos granjeros mantienen su apoyo a Trump. Sus seguidores confían que los aranceles servirán para forzar a China y otros países a negociar, y destacan las ayudas del gobierno, como la ampliación de subsidios y seguros de cosecha por 60.000 millones de dólares. “Nuestros agricultores van a hacer su agosto”, aseguró el presidente en un discurso al Congreso.

Los analistas señalan que el respaldo rural responde también a una identidad política forjada durante décadas. Muchos agricultores se sienten marginados frente a las élites urbanas y ven en los republicanos —y ahora en Trump— a sus defensores naturales. Sin embargo, expertos advierten que el daño a las cadenas de suministro, con China comprando cada vez más a Brasil, puede tener consecuencias duraderas para la economía agrícola estadounidense, aunque por ahora el voto rural siga firme junto al expresidente.