
Oriente Medio
Qatar entierra al líder de Hamás en medio del temor a una escalada en Oriente Medio
Ismail Haniyeh murió en un ataque israelí mientras asistía en Teherán a la investidura del nuevo presidente iraní

Miles de personas se congregaron ayer en la mayor mezquita de Qatar para despedir a Ismail Haniyeh, líder de Hamás asesinado por Israel -aunque el gobierno de Netanyahu ni ha confirmado ni desmentido, como suele ser habitual en acciones de este tipo— en Teherán. El máximo responsable político de la organización islamista se encontraba en la capital iraní para asistir a la toma de posesión del nuevo presidente Pezeshkian cuando fue sorprendido por un proyectil -una investigación del diario The New York Times asegura que una bomba fue detonada remotamente en su habitación— en la madrugada del martes al miércoles.
Entretanto, la región entera contiene la respiración ante la esperada respuesta de Irán, Hizbulá -que perdió el mismo martes a su número dos, Fouad Shukr, en Beirut— y la propia Hamás y el temor de que ello abra definitivamente un enfrentamiento bélico a gran escala en Oriente Medio.
Además de miles de civiles, el funeral de Haniyeh en Doha contó con la presencia de dirigentes de Al Fatah, el partido nacionalista y secular en control de Cisjordania, la Yihad Islámica y la propia Hamás, así como algunas de las figuras importantes de la diáspora palestina.
Además de actor clave en las negociaciones para el alto el fuego en Gaza, Qatar, donde ha sido enterrado Ismail Haniyeh, es un puntal financiero fundamental para Hamás y sede de su aparato político. Esta semana, el Gobierno qatarí se preguntó sobre las posibilidades de alcanzar un acuerdo para el cese de los ataques israelíes contra Hamás en Gaza con la muerte del líder político de la organización sobre la mesa. “La estrategia de los asesinatos políticos y la escalada deliberada contra los civiles en Gaza en cada una de las fases de la negociación lleva a preguntarse sobre cómo se pueden celebrar negociaciones en las que una de las partes asesina a la otra con la que negocia al mismo tiempo”, reflexionó el primer ministro Mohamed bin Abderrahmán Al Thani.
Tras las exequias desde Irán y el Líbano volvieron a repetirse los discursos belicistas y amenazadoras de las horas previas. En Doha, el número dos de Hamás en Gaza, Khalil al-Hayya -un posible sucesor de Haniyeh—, aseguró que “la sangre” del líder islamista abatido “nos dará la victoria, la dignidad y la liberación”.
El máximo responsable de la Guardia Revolucionaria iraní, Hossein Salami, aseguró ayer que los “enemigos de la nación”, en referencia a Israel, “pagarán” por lo sucedido. Desde Beirut, el primer ministro libanés, Nayib Mikati -que es siempre un musulmán suní—, reivindicaba ayer el derecho de su país a “defender su tierra, su soberanía y su dignidad por todas las vías”.
Entretanto, las cancillerías occidentales se emplean en las últimas horas a fondo para evitar la escalada al tiempo que aconsejan a sus nacionales la salida de Irán y el Líbano o suspenden las conexiones aéreas con las capitales de la región. Desde Estados Unidos, el presidente Joe Biden admitía ayer que la eliminación del líder político de Hamás -figura clave en las conversaciones multipartitas para el alto el fuego— “no ayuda” a las negociaciones para la liberación de los rehenes y el fin de las hostilidades en Gaza.
“Tenemos las bases para un alto el fuego”, afirmó el mandatario estadounidense. En referencia al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el presidente de EEUU afirmó que “él debe actuar y hacerlo ahora”. Horas después desde la Casa Blanca se anunciaba que ambos líderes se disponían a discutir la situación prebélica. La Inteligencia estadounidense está convencida, según recogían medios israelíes, que Irán podría llevar a cabo un ataque contra Israel en los próximos días.
La jornada escribió un capítulo más en el escenario de tensión que viven Israel y Turquía. Después de que las autoridades turcas decretaran día de luto por la muerte de Haniyeh, Ankara decidió que sus banderas ondearan a media asta tanto en la Embajada en Tel Aviv como en el Consulado General en Jerusalén. Una medida que no gustó nada al Gobierno israelí, cuyo Ministerio de Exteriores convocó ayer de urgencia al embajador adjunto de Turquía en Tel Aviv.
Por otra parte, un día más, ayer volvieron a registrarse lanzamientos de cohetes desde el Líbano hacia el norte de Israel. En la tarde de ayer, Hizbulá se atribuyó en su canal de Telegram el lanzamiento de un proyectil contra la base israelí de Al Mar, muy próxima a la frontera con el Líbano. La tensión fue también elevada en toda Cisjordania, donde Hamás había llamado ayer a “una jornada de la ira”. El medio saudí Al-Hadath reportaba ayer que Hizbulá había llevado a cabo la evacuación de su cuartel general en el distrito de Dahiya, en el sur de Beirut, ante la posibilidad de un nuevo ataque israelí en las próximas horas.
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