Aviación

¿Qué planea los Estados Unidos con el despliegue de los bombardeos B-2 en la base de Diego García?

Especialistas militares consideran que puede ser el preludio un ataque masivo contra los hutíes o una advertencia a Irán para que deje de dinamizar el "Eje de la Resistencia"

Un B-2, a punto de despegar
Un B-2, a punto de despegarLa Razón

¿Prepara Estados Unidos un ataque a gran escala en Oriente Medio, tal vez contra los hutíes? ¿O se trata de una advertencia a Irán para que deje de apoyar a los grupos terroristas del “Eje de la Resistencia”?

Algo planea el Pentágono cuando ha realizado un despliegue de sus bombarderos furtivos B-2 Spirit en la base de Diego García, junto con aviones de transporte C-17 Globemaster III y cisterna KC-135, según expertos en la materia. No se trata de un ejercicio rutinario, ya que los B-2 solo se movilizan cuando hay planes concretos de ataque en marcha.

Según datos obtenidos por expertos en aviación y análisis de inteligencia de código abierto, al menos cuatro bombarderos furtivos B-2 han sido desplegados en la isla británica de Diego García, situada en el Océano Índico. Este movimiento parece ser parte de un despliegue avanzado, diseñado para permitir ataques contra los aliados de Irán.

Informes de “The Warzone” y “The Aviationist” indican que las imágenes satelitales han mostrado que, en la última semana, al menos tres aviones de transporte C-17 y diez aviones cisterna han sido enviados a Diego García. Este territorio británico, de gran valor estratégico, ha servido como punto de tránsito para intervenciones estadounidenses en el Medio Oriente en diversas ocasiones anteriores.

Los analistas de aviación, utilizando rastreadores de vuelos, registros de comunicación y datos de la comunidad de observadores, han podido reconstruir el despliegue de los B-2 en la isla. Debido a que los B-2 no emiten señales de transpondedor en los sitios de rastreo, se comunican directamente con el control de tráfico aéreo. Mediante este sistema y con el apoyo de los aviones cisterna, la información sobre sus vuelos se ha logrado reconstruir. De este modo, se ha detectado que, desde el 24 de marzo, al menos cuatro bombarderos B-2 con los indicativos PITCH 11, 12, 13 y 14 han sido enviados hacia el Océano Índico, lo que representa casi el 21% de la flota de estos aviones.

La isla Diego García es un atolón bajo control británico, ubicado a unos 3.800 kilómetros al sur de Irán. Las imágenes satelitales han mostrado la presencia de cuatro hangares B-2 en el aeropuerto de la isla, que pueden ser utilizados para transportar aviones furtivos y pueden estar operativos en unos 70 días.

Aunque el gobierno estadounidense no ha confirmado oficialmente el despliegue, se especula que podrían haber sido enviados a la región como preparación para posibles operaciones militares. A pesar de que actualmente Estados Unidos ya realiza ataques aéreos contra los hutíes en Yemen, el uso de bombarderos furtivos a gran escala contra un enemigo con capacidades limitadas de defensa aérea parece improbable.

En cambio, el despliegue de los B-2 podría estar relacionado con Irán, especialmente después de que la administración Trump impuso sanciones económicas al país persa, lo que lo colocó entre la disyuntiva de aceptar un acuerdo o enfrentar posibles represalias militares, agregan los mismos sitios especializados.

El B-2 ha sido utilizado por los Estados Unidos en guerras como la de Afganistán o Irak. Capaz de volar durante 30 horas, pueden partir de sus bases americanas y volver a ellas, como ya ha ocurrido, después de efectuar bombardeos devastadores. El despliegue en Diego García puede ser un aviso para el enemigo o, en el peor de los casos, para algo más contundente y directo. Este bombardero puede lanzar hasta 80 bombas inteligentes de 500 libras (230 kg) de tipo JDAM, o 16 bombas termonucleares.