Economía global
Qué son los aranceles y cómo los está usando Estados Unidos contra la Unión Europea
Con la reimposición de aranceles y la amenaza de nuevas medidas proteccionistas, la administración de Donald Trump esta desatando una guerra comercial
Las políticas del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, están, sin duda, orientadas hacia el proteccionismo. La economía del gigante americano, partiendo de la base de que es la más grande del mundo, ha amenazado con imponer aranceles no solo a sus "enemigos comerciales", como China o los países que conforman BRICS, sino también a sus socios más cercanos, sus vecinos: Canadá y México,ya un aliado durante años: Europa.
Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha convertido los aranceles en una de sus principales herramientas de política económica. Estos impuestos sobre las importaciones fueron reducidos en favor del comercio internacional después de la Segunda Guerra Mundial, pero ahora parecen resurgir con fuerza. Lo cierto es que, si bien Trump los presenta como una estrategia para proteger la industria estadounidense, también los utiliza como un arma de presión en negociaciones comerciales y diplomáticas con aliados y rivales.
¿Qué son los aranceles y por qué Trump los usa?
Los aranceles son impuestos aplicados a productos que provienen del extranjero con el fin de encarecerlos y así hacer que los bienes nacionales sean más competitivos. En la teoría económica tradicional, se utilizan para proteger la producción local, recaudar ingresos o responder a prácticas comerciales desleales de otros países.
Trump, sin embargo, los emplea como una herramienta multifuncional. Por un lado, busca revitalizar la industria manufacturera estadounidense, golpeada por la globalización y la competencia de economías con menores costos de producción, como es el caso de China. Pero, por otro, los utiliza para presionar a países exigiendo concesiones en materia de comercio, migración o seguridad,como sucedió con Colombia cuando el presidente Gustavo Petro se negó a recibir a sus connacionales ilegales en territorio estadounidense.
La situación más tensa se vive en relación con la reciente imposición de un arancel del 25% a todas las importaciones de acero y aluminio. Esta medida afecta principalmente a Canadá, Brasil y México, que son los mayores proveedores de estos metales a Estados Unidos. La Unión Europea, por su parte, tampoco se libró de la amenaza arancelaria de Trump. De hecho, el presidente estadounidense justificó esta medida alegando que la UE fue "formada para fastidiar a los Estados Unidos" y que estos aranceles son una respuesta a prácticas comerciales que considera injustas.
Las consecuencias de la guerra comercial
La imposición de aranceles tiene un impacto directo en los precios de los productos. En 2018, cuando Trump aplicó un arancel a las lavadoras importadas, los consumidores estadounidenses terminaron pagando un 12% más por estos electrodomésticos. Ahora, con impuestos sobre productos clave como el acero, el aluminio y bienes agrícolas, es probable que el costo de cosas esenciales como los automóviles, los electrodomésticos y los alimentos aumente en Estados Unidos.
Por otro lado, los países afectados han respondido con represalias. China ha impuesto aranceles de hasta el 15% sobre productos agrícolas estadounidenses y ha restringido la actividad de empresas de tecnología y aviación de EE.UU. Además, la Unión Europea anunció contramedidas valoradas en 26.000 millones de euros, gravando productos emblemáticos como las motocicletas Harley-Davidson y los jeans Levi's, y aún falta que Mexico y Canadá anuncien su proceder.
La industria estadounidense no opera en aislamiento, sino en un sistema global interconectado. Muchos productos fabricados en EE.UU. dependen de piezas importadas de otros países. Un automóvil estadounidense, por ejemplo, puede incorporar aluminio canadiense, circuitos electrónicos chinos y mano de obra mexicana. Al imponer aranceles a estas importaciones, los costos de producción aumentan, lo que obliga a las empresas a trasladar esos costos a los consumidores o a reducir su producción.
Para muchos analistas, la guerra comercial puede sumir a Estados Unidos en una recesión. Algunos inversores ya han mostrado señales de preocupación, en especial frente a las caídas en las bolsas, y una menor confianza en la economía estadounidense. Mientras tanto, países como China y la Unión Europea buscan nuevas alianzas comerciales para reducir su dependencia de EE.UU., lo que podría aislar aún más a la economía estadounidense a largo plazo.
Las consecuencias de los aranceles para Europa
En el contexto de amenazas arancelarias pierden todos, unos más que otros pero, en definitiva, todos. En primera estancia, tendrán un efecto negativo en las exportaciones de la UE. Sectores clave como el automotriz, el acero y la agricultura enfrentarían una disminución en la demanda de sus productos, lo que resultaría en una reducción de ingresos y potenciales pérdidas de empleo.