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Inteligencia militar

Reino Unido advierte de la proliferación de grupos paramilitares en Rusia

La inteligencia militar británica pone el foco en las actividades del gobernador prorruso de Crimea, Serguéi Aksiónov

Ninth anniversary of Russia's annexation of Crimea STRINGEREFE

La inteligencia militar británica ha lanzado una advertencia sobre la proliferación de grupos paramilitares en Rusia, que aprovechan el precedente del Grupo Wagner bajo la ley de un país que prohíbe la existencia de compañías militares privadas. Esta tendencia, recoge el MI6 en un escueto comunicado, “se ha acelerado drásticamente desde la invasión de Ucrania y es especialmente importante en Crimea”. El Ministerio de Defensa de Reino Unido pone el foco en la península ucraniana bajo ocupación militar rusa, anexionada por el Kremlin mediante un referéndum ilegal en 2014.

“El líder de la Crimea ocupada por Rusia, Serguéi Aksiónov, ha desempeñado un papel decisivo en la creación de varias unidades locales, que a menudo reivindican su afiliación a la tradición cosaca”, añade el MI6. “A la mayoría se les ha otorgado un estatus semioficial como unidades de reserva del Ejército regular”. Así, Aksiónov, de la misma forma que otros dirigentes prorrusos en los territorios ucranianos ocupados, pretende “mejorar sus credenciales patrióticas reclutando combatientes”.

Sin embargo, Londres cree probable que esta operación en concreto responda a sus preocupaciones sobre la incapacidad del Ejército ruso de defender la península en una eventual ofensiva ucraniana. En este sentido, la inteligencia militar británica sostiene que “el principal elemento de la guarnición rusa, el 22º Cuerpo de Ejército, está actualmente desplegado en su mayor parte fuera de Crimea y ha sufrido numerosas bajas”.

Figuras como el jefe de la inteligencia militar de Ucrania, Kyrylo Budanov, y el principal asesor del presidente Volodimir Zelenski, Myjaylo Podolyak, aseguran que recuperar el control de la península entra dentro de sus planes. El propio Zelenski declaró en agosto del año pasado que la guerra contra Rusia “empezó en Crimea y terminará en Crimea”. La península forma parte de los objetivos de Kyiv de cara a la esperada contraofensiva, junto con los óblast de Lugansk y Donetsk, Zaporiyia y Jersón.

Aksiónov empezó a planificar la defensa de Crimea tras los primeros ataques del Ejército ucraniano contra objetivos militares y estratégicos de la península, como la explosión en octubre del puente de Kerch, la única infraestructura que conecta el enclave con la Rusia continental. Inspirado por el oligarca Yevgueni Prigozhin, el jefe de la autodenominada República de Crimea reunió a batallones de voluntarios de las milicias de Tavrida y Livadia para apuntalar un Ejército privado.

Los líderes y miembros destacados de estos grupos paramilitares son cosacos rusos y antiguos activistas antiucranianos que ya participaron en la anexión de Crimea en 2014. Muchos combaten también en las regiones vecinas de Jersón y Zaporiyia a petición de las autoridades locales. Por eso, Aksiónov fue más allá para crear en marzo del año pasado su propia compañía de mercenarios, Convoy, que nutre sus filas con antiguos combatientes de Wagner.

En febrero de este año, la cadena de televisión estatal rusa VGTRK emitió un reportaje sobre una unidad de Convoy en el que destacaba las medidas defensivas desplegadas en la península. “Nunca había visto una fortificación semejante: todo un edificio de apartamentos bajo tierra. Su equipo es nuevo, están armados hasta los dientes”, comentaba la reportera.

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