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«Sabía que pasaría tarde o temprano»

Vista de las velas y las flores colocadas en el mercado navideño de Berlín tras el atentado yihadista
Vista de las velas y las flores colocadas en el mercado navideño de Berlín tras el atentado yihadistalarazon

Acompañados de velas rojas y blancas, familiares de las víctimas del atentado al mercado navideño de Breitscheidplatz en Berlín protagonizaron ayer la reapertura de la feria tres días después de la tragedia.

Acompañados de velas rojas y blancas, familiares de las víctimas del atentado al mercado navideño de Breitscheidplatz en Berlín protagonizaron ayer la reapertura de la feria tres días después de la tragedia. Antes habían participado también en una oración en la iglesia memorial Kaiser Wihelm, que está sólo a unos metros de donde ocurrió el ataque, en una sencilla ceremonia sin presencia institucional y presidida por doce velas blancas sobre el altar, una por cada víctima mortal.

Fuera, los asistentes, muchos de ellos con flores en sus manos, comenzaron a encender velas en uno de los cinco memoriales dispuestos en el mercado. «¡Díganme!, ¿hasta cuándo?, ¿hasta cuándo?». «La luz es más fuerte que la oscuridad». «Por siempre van a estar en nuestros corazones». Estos eran algunos de los mensajes que los berlineses fueron dejando junto con banderas de Alemania, Israel e Italia como homenaje a las nacionalidades de algunas de las doce personas que fallecieron la noche del lunes.

Este mercadillo navideño, según explicó la emisora local RBB, suele contar con 170 puestos, pero ayer sólo abrieron 33, entre otras cosas porque la zona que se vio golpeada por el camión sigue cerrada con motivo de la investigación. «Sabíamos que esto iba a pasar tarde o temprano. En Berlín o en cualquier otro mercadillo del país. No hay ciudad en Alemania que no tenga uno y no vamos a cerrar», comentaba la vendedora Hertha Hillmann.

Pasadas las dos de la tarde, las tiendas de Glühwein (bebida típica de estas fechas en Alemania), de chocolates y de adornos navideños comenzaron a recibir a los visitantes y turistas que lentamente llegaban a Breitscheidplatz. «Ves a la gente un poco más atenta a lo que pasa a su alrededor, pero ya se puede ver que están viniendo de nuevo. Eso es bueno, porque al principio no había mucho público», dijo Ibraheem, un vendedor de Currywurst.

Sin embargo, algo que no dejó de llamar la atención entre los asistentes era la elevada cantidad de agentes de Policía, muchos de ellos armados, en cada punto del mercado de Navidad. Las autoridades han decidido mantener una patrulla de vigilancia junto a la iglesia y se han instalado bloques de hormigón en torno al mercadillo con el fin de evitar que se produzca de nuevo un ataque.

Ibraheem, además, apuntó que al contrario de lo que sucedía días atrás, ayer no había niños. De hecho, algunos de los puestos del mercado destinado principalmente a los más pequeños estaban cerrados.

En otro lugar de la plaza, irónicamente, había más presencia de periodistas que de asistentes, mientras que otros berlineses optaron por ir directamente a la iglesia Kaiser Wihelm para firmar en el libro de condolencias.

Ante un tumulto de gente que escuchaba cómo una joven cantaba una canción de Elton John en honor a los fallecidos, cinco mujeres, con sus respectivos velos y vestimentas, prendieron alguna de las velas que habían comprado en la estación Zoologischer Garten para recordar a las víctimas. Para muchos, fue uno de los momentos más emotivos del día y de mucho respeto para quienes observaban el gesto. «Aún estamos muy tristes. Pero no hay que tener miedo en Berlín, porque somos una ciudad que no tiene miedo y que tiene que seguir con su vida normal», afirmó Tina, la dueña de un puesto de crepes en el mercado. Del mismo modo, Niels Heglesen, alemán, justificó su visita al lugar al recalcar: «Nos solidarizamos con las víctimas teniendo el valor de expresar nuestros sentimientos y demostrando que no tenemos miedo. La vida debe continuar».

Una opinión que compartió una turista de Israel, Naomi, quien conocía a una de las víctimas del atentado terrorista. «Ella se estaba quedando en nuestro hotel. Es difícil volver a estar aquí de nuevo. Aún tengo miedo, pero no nos pueden ganar».

Entretanto, otros asistentes, como la alemana Lisbet Kongsted, expresaron su temor porque el terrorista sigue en libertad, dijo en referencia al joven tunecino Anis Amri. «Espero que capturen pronto al sospechoso, porque hay miedo. Cada vez que veo a un hombre con pelo negro y con las características de la foto creo que puede ser él», añadió Kongsted.

La capital alemana alberga en estas fechas cerca de 60 mercados navideños. El alcalde, Michael Müller, recalcó insistentemente que no se debe temer salir a las calles y participar de estos espacios que son, además, característicos del país. Y todo indica, según informaciones del Ayuntamiento, que tanto los berlineses como los turistas han optado por seguir asistiendo a este tipo de ferias, aunque con mayor vigilancia policial en cada uno de ellos.

En su mensaje navideño, Müller recordó a las víctimas del atentado y reconoció que lo sucedido el lunes «ha eclipsado» las celebraciones navideñas y de Año Nuevo. «Deseamos que nuestra ciudad sea una metrópolis de las personas, en la que todos podamos vivir juntos y en paz», señaló. «El odio no tiene cabida en nuestro Berlín», subrayó Müller, quien instó a los habitantes a no dejar que les arrebaten el «espíritu festivo».