Cumbre de la OTAN
Sánchez aparece orillado en la foto de familia de la cumbre de la OTAN y aislado del resto
El “no” del presidente del gobierno español a subir al 5% el gasto militar genera malestar en el resto de los aliados de la Alianza Atlántica en la cumbre de La Haya
La negativa de Pedro Sánchez a dedicar el 5 % del PIB al gasto en Defensa ha marcado el inicio de la cumbre de la OTAN que se está celebrando en La Haya (Países Bajos). No solo Donald Trump ha arremetido contra España, sino que otros países se han sumado a las críticas, al entender que el Gobierno ha buscado un traje a medida que resulta injusto para el resto y socava la unidad de los aliados. El digital Politico, el más leído en el ámbito comunitario, ha tachado a Sánchez como el nuevo “villano” y el “paria”.
La propia foto de familia de los 32 aliados al comienzo de la sesión de este jueves ha mostrado a Sánchez orillado en un extremo y sin hablar con otros líderes. Algo extraño en él, que en otros encuentros no tenía problemas para relacionarse con sus homólogos y no rehuía los corrillos, sino más bien todo lo contrario. Antes de comenzar la sesión, ha seguido evitando el contacto con sus colegas y tan solo se le ha visto departiendo con el líder turco, Recep Tayyip Erdogan. Resulta difícil saber hasta qué punto este aislamiento ha sido impuesto o buscado.
Hay algunos países que muestran indignación sotto voce y otros tiran de ironía. “Los estrategas de la OTAN han calculado los gastos y consideran que, con precios actuales, se necesita el 3,5 % del PIB para lograrlo. Supongo que esta gente no es tonta, saben lo que cuesta y consideran que es 3,5 %. Sería genial hacerlo al 2,1 %; si Pedro Sánchez puede hacerlo, sería un genio, y la genialidad inspira a la gente”, ha asegurado el primer ministro belga, Bart De Wever.
Los aliados pactaron el pasado domingo un borrador de declaración, que será refrendado este miércoles, y que les compromete a aumentar su gasto en Defensa hasta el 5 % en el año 2035, pero con la suficiente ambigüedad para contentar a todos. Esta cantidad se divide en dos capítulos (3,5 % en gasto militar puro y duro, y el 1,5 % restante en otras partidas como ciberseguridad). De hecho, el presidente del Gobierno compareció este pasado domingo para explicar que había conseguido una cláusula de flexibilidad para España. Según esta interpretación, nuestro país tan solo está obligado a gastar el 2,1 % del PIB (“ni más ni menos”) para cumplir sus compromisos de aumento de capacidades.
Pero Rutte echó un jarro de agua fría este pasado lunes. El secretario general corroboró que el pacto alcanzado se basa en cumplir esos compromisos, pero los números de Sánchez y los de la Alianza no se parecen en nada. “España cree que puede alcanzar estos objetivos con un porcentaje del 2,1 %. La OTAN está absolutamente convencida de que España tendrá que gastar un 3,5 % para conseguirlo”, aseguró este lunes, sin dejar margen de dudas, tras dejar claro que no se había pactado ninguna “excepción” o “acuerdo paralelo”. “No veo nada que dé lugar a excepciones”, declaró el martes a la prensa el primer ministro sueco, Ulf Kristersson.
“Creemos que cualquier desviación de este principio por parte de cualquier país miembro es un mal ejemplo”, declaró el ministro de Defensa polaco, Władysław Kosiniak-Kamysz, antes de viajar a la cumbre.
Las críticas han continuado este miércoles, con mayor o menor disimulo. “España dice que lo puede lograr con otra cantidad de financiación, nosotros pensamos que necesitamos el 3,5 %, pero creo que seguimos compartiendo la unidad a la hora de cumplir”, ha asegurado el primer ministro de los Países Bajos, Dick Schoof. Por su parte, el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, al ser preguntado por España, ha querido dejar claro que los objetivos son “vinculantes para todos” y que su país alcanzará el 3,5 % ya en 2025.
El presidente de Lituania, Gitanas Nausėda, también ha asegurado, en un evidente guiño a Trump, que “para hacer la OTAN grande de nuevo” es imprescindible llegar al 5 %, e incluso ha afirmado que el horizonte temporal de 2035 es “demasiado tarde” ante la amenaza rusa. Estados Unidos había propuesto inicialmente que la fecha para alcanzar este 5 % fuera en 2032.