Análisis

"El sistema de la V República no está diseñado para este nivel de fragmentación política en Francia"

Jean Baptiste Paul Harguindeguy, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Pablo de Olavide, explica las claves de la crisis política en Francia

Emmanuel Macron, junto al dimitido primer ministro francés, Sébastien Lecornu
France PoliticsASSOCIATED PRESSAgencia AP

¿Francia está abocada a la convocatoria de elecciones anticipadas tras la caída del tercer primer ministro en un año?

La disolución es la solución que está proponiendo Reagrupación Nacional, entre otras cosas porque le va muy bien en los sondeos. En cambio, la izquierda está menos convencida. La otra solución es tirar hacia delante como hasta ahora, proponer otro primer ministro e intentar seguir por si la crisis se resuelve por sí sola. Es la primera vez en la V República. No hay precedentes desde la IV República (1946-1958) para ver esta inestabilidad y tantos primeros ministros. Pero la IV República era un sistema parlamentario prácticamente puro con un sistema proporcional, por lo cual era más parecido al español, al italiano o el belga que a la V República. Carecemos de precedentes.

¿Qué salidas le quedan a Macron?

Macron tiene varias soluciones. La que le exige Mélenchon es simplemente dimitir y organizar unas elecciones presidenciales. No es tan fácil porque cada bando cuenta con su propia demoscopia e intenta valorar un poco su fuerza y su anclaje para saber dónde podrían obtener votos. Existe, por tanto, mucho tacticismo detrás. Es cierto que el abanico de opciones de Macron se va estrechando. Puede decidir abandonar el cargo, la primera vez que ocurriría en esas condiciones. Puede decidir tirar hacia delante, por lo que no sabemos si el primer ministro sería de izquierdas, derechas, de centro o de extremo centro. O puede también funcionar así un tiempo o acercarse a la izquierda. En cualquier caso, la situación ha pillado por sorpresa a toda la clase política, el presidente incluido, porque 26 días para formar un equipo para el día 27 abandonar el barco supone entrar en un territorio desconocido. Pero nada obliga legalmente a Macron a irse.

¿Es aún posible el nombramiento de un primer ministro socialista?

Hace años que está en la mesa la oferta de los socialistas de una candidata, Lucie Castets, que podría tender puentes entre la mayoría presidencial macronista y la izquierda, más bien el Partido Socialista y la mayor parte de los ecologistas porque los insumisos no están para nada convencidos con la candidatura de esta burócrata con un perfil bastante moderado. Es una de las opciones que baraja Macron, pero tras haber virado a la derecha y la extrema derecha, sería otro volantazo inclinarse al PS.

¿Nadie quiere quemarse con unas presidenciales a la vuelta de la esquina?

Nadie quiere quemarse y abandonar su programa pareciendo un jugador blando. La otra explicación que circula es la falta de cultura política en Francia para el pactismo, el consenso. Es cierto, pero creo que se debe más a un problema institucional que genera esta falta de cultura política. Hay un superjugador en el juego, que es el presidente, y un primer ministro que en reglas generales en la V República no ha sido un impedimento para el presidente, sino que ha sido una especie de valido, un ejecutante de las políticas fijadas por el presidente. Es la primera vez que los equilibrios en la Asamblea Nacional no permiten que salga un partido a favor o en contra (en las cohabitaciones). Nunca había existido tanta fragmentación para la que el sistema no está diseñado, lo que hace que todo recaiga en los hombros de Macron, pero tiene un poder limitado. Puede nombrar al primer ministro que quiera, pero ya ha quemado el tercero en muy pocos meses.

El Gobierno ha fracasado de alguna manera por el enfrentamiento entre los barones de Los Republicanos...

Ha pesado mucho en la balanza el papel del líder de Los Republicanos, el PP francés, Bruno Retailleau, que representa al ala dura de la derecha del partido. Con sus declaraciones ha tensado mucho la cuerda explicando que no estaba de acuerdo con la composición del Gobierno. Un dardo contra la figura de Bruno Le Maire, que habría vuelto en este Gobierno como ministro de Defensa, al que se acusa de que la deuda francesa no haya dejado de subir como responsable durante años de toda la política fiscal y económica. En definitiva, Retailleau no quiere trabajar en el Gobierno codo con codo con figuras que en el futuro podrían pasarle factura a solo un año y medio de las elecciones presidenciales. Él es un candidato natural para ser candidato en Francia. Esa animosidad política, no sé si personal, entre las dos figuras ha pesado mucho.