
Seísmo
Un terremoto a 80 kilómetros del Everest, en la región china del Tíbet, causa un centenar de muertos
El temblor, de magnitud 7,1 en la escala de Richter y cuyo epicentro se ha situado en la frontera entre China y Nepal, fue sentido por más de cien millones de personas en cinco países distintos
Un poderoso terremoto de magnitud preliminar 7.1 grados en la escala Richter sacudió el martes las veneradas estribaciones del norte del Himalaya, cerca de una de las ciudades más sagradas de Tíbet. Este cataclismo ha costado al menos 126 vidas y ha dejado a 188 heridos, provocando réplicas que se han sentido en la vasta región y sembrando el pánico en naciones vecinas como Bangladés, Bután e India.
El sismo ocurrió a las 9:05 a.m. hora local (0105 GMT), con el epicentro localizado en Tingri, un área rural conocida como la puerta de entrada norte a la región del Everest, a una profundidad de apenas 10 km, lo que amplifica la percepción del movimiento en las regiones circundantes. Modelos computarizados del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) sugieren que hasta 105 millones de personas pudieron haber experimentado los temblores, y que alrededor de 76.000 individuos sintieron sacudidas catalogadas como de "fuertes" a "severas". Informes en redes sociales revelaron que residentes de las áreas afectadas experimentaron temblores prolongados que interrumpieron su descanso en la madrugada, reflejando el profundo efecto de este fenómeno geológico en su vida cotidiana.
La región del Himalaya, caracterizada por su compleja tectónica de placas, es propensa a eventos sísmicos de alta magnitud. Este último terremoto resalta no solo el poder destructivo de dicha actividad, sino también la fragilidad de los que habitan en esta zona geológicamente activa, donde la infraestructura a menudo no está preparada para enfrentar tales desastres naturales.
De hecho, las cifras revelan que, en esta ocasión, más de 1.000 estructuras sufrieron daños significativos, evidenciando la vulnerabilidad inherente de la infraestructura en esta región montañosa. El epicentro del terremoto se situó cerca de Shigatse, una ciudad de gran relevancia en el budismo tibetano cuyo patrimonio cultural se ve amenazado por la inestabilidad de la zona.

Imágenes aéreas y videos, difundidos por la cadena estatal china CCTV, mostraron un paisaje arrasado: edificaciones colapsadas, muros desgarrados, calles cubiertas de escombros y escenas de caos que retratan la magnitud de la destrucción. Equipos de rescate fueron movilizados con rapidez, hurgando entre los restos en busca de supervivientes, mientras se distribuían mantas a los residentes para mitigar el intenso frío que caracteriza la región.
Las grabaciones de vigilancia capturaron momentos de pánico, con individuos huyendo de los comercios mientras las estanterías temblaban violentamente, arrojando mercancías al suelo.
El presidente chino, Xi Jinping, instó a realizar esfuerzos exhaustivos para la búsqueda y rescate, enfatizando la necesidad de minimizar las pérdidas humanas y asegurar una reubicación adecuada para los afectados durante el crudo invierno. Con todo, las autoridades locales se encuentran en contacto con diversas municipalidades para evaluar el alcance del desastre.
Con temperaturas en Dingri descendiendo a -8 grados Celsius y pronosticadas para caer a -18 por la noche, la situación es desesperante. Más de 1.500 bomberos y rescatistas han sido desplegados en las áreas más afectadas, acompañados de 22.000 artículos de ayuda que incluyen refugios, ropa térmica, mantas y camas plegables. Este esfuerzo marca el inicio de un arduo proceso de recuperación en una región que ha demostrado su resiliencia ante la adversidad. El condado alberga a aproximadamente 62,000 personas en condiciones extremas. Aunque los temblores son una realidad constante en esta zona, el del martes se destacó como el más potente registrado en un radio de 200 kilómetros en los últimos cinco años, según datos del Centro de Redes de Sismos de China.
Nepal se sitúa sobre una importante falla geológica, donde la placa tectónica india subduce bajo la placa euroasiática, un proceso que ha dado origen a la formación de la cordillera del Himalaya. Esta interacción genera una actividad sísmica regular debido a la acumulación de tensiones en la corteza terrestre. Según datos del Centro de Redes de Sismos de China desde 1950 se han registrado 21 terremotos con magnitud igual o superior a 6 en el bloque de Lhasa.
El de Gorkha, que sacudió Nepal el 25 de abril de 2015, se originó debido a la ruptura de una sección del Empuje Himalayo Principal, un interfaz de subducción continental de bajo ángulo que separa la Placa India al sur de la Placa Euroasiática al norte. El epicentro se localizó cerca de la aldea Barpak, aproximadamente a 80 kilómetros al oeste-noroeste de Katmandú. Según el Tensor de Momento Centroidal Global, la magnitud del mismo se registró en 7.8. Sin embargo, el Centro Nacional de Sismología del Departamento de Minas y Geología del Gobierno de Nepal asignó una local de 7.6. Este evento desencadenó más de 300 réplicas, provocando la fatalidad de cerca de 9.000 fallecimientos, donde un 55% de las víctimas eran mujeres. La catástrofe impactó a cerca de ocho millones de personas, lo que representa casi un tercio de la población del país.
El ámbito residencial fue el más devastado, especialmente en áreas rurales donde muchas viviendas carecían de medidas adecuadas para resistir sismos. Se contabilizaron más de 500.000 edificaciones totalmente destruidas y otras 269.000 sufrieron daños, incluyendo importantes sitios culturales y monumentos clasificados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Las infraestructuras esenciales también sufrieron pérdidas significativas, afectando gravemente los medios de vida en sectores como la agricultura y el turismo.
Según un informe de evaluación de necesidades elaborado por organismos internacionales como la ONU, el Banco Mundial y la UE, se calculó que los daños y pérdidas ascendieron a 7.100 millones de dólares, mientras que las necesidades para la recuperación se estimaron en 6.700 millones de dólares. El subsector de la vivienda representó casi la mitad de los daños totales, reflejando la magnitud de la crisis que enfrenta Nepal en su camino hacia la reconstrucción.
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